El amor vs la muerte

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10 de Noviembre, 1834

El comienzo del invierno se veía marcado por los primeros copos de nieve que caían iguales a pequeñas estrellas iluminadas por los primeros rayos del sol y descansaban sobre la tierra cubriendo las finas líneas dejadas por las ruedas de aquel viejo carruaje.

Sobre la silla del carruaje con las riendas en las manos, el hijo menor de la familia He, con los ojos dorados llenos de juventud y emoción, miraba firme el camino que lo conduciría a la mansión de los She.

Se había preparado tantas veces para ese momento, aquel discurso estaba grabado palabra por palabra en su cerebro, todo iría perfecto, llegaría a la mansión de la familia She, miraría al padre de Qinxuang a los ojos y le diría con mucho detalle todo lo que sentía por su hija y le prometería que la cuidaría como si fuera la joya más preciada, porque en eso se había convertido en lo más preciado que podría obtener.

Respiro hondo mientras veía como la puerta de la entrada se habría lentamente, detrás estaba una señora con algo de edad, fruncía el ceño mientras lo observaba con detalle, pero el chico solo le sonrió como gesto de saludo.

- Es por aquí - le indico levantando el brazo en dirección a la casa.

Volvió a respirar hondo al entrar en la casa, sentía como su cuerpo temblaba por los nervios, pero él debía mantenerse firme. He xuan observaba el interior de la mansión a medida que se adentraba más en ella, lo habían guiado por un largo pasillo lleno de pinturas perfectamente alineadas. Se podía ver uno que otro florero con alguna rosas marchitas.

Al entrar en la sala tuvo que detenerse mientras sus ojos se acostumbraban, la habitación estaba iluminada solo por la luz de la chimenea, frente a ella se encontraba un hombre mayor, su silueta daba el porte de un hombre de al menos unos cuarenta años. sobre su regazo descansaba un libro el cual no logro diferenciar, debía mantenerse centrado en sus planes, pero ahora que tenía al padre de Qinxuang frente a él, sus miedos se juntaron creando un caos en sus emociones.

- ¿A qué se debe su visita, Joven He? -

La voz del señor She, retumbó en las paredes, se levantó de la silla dejando el libro a un lado.

-Bueno - he xuan tomó aire antes de continuar - Supongo que le han llegado los rumores que anda circulando entre los granjeros.

- Lo que comenten las demás personas no es de mi incumbencia. Pero debido a que mi hija se ve incluida en eso, si he prestado atención a algunos - tomó una copa y sirvió algo de vino en ella. - Se que te ves a escondidas con ella o al menos eso creían.

he xuan sintió como si le faltara el aire pero aun asi mantenia su mirada firme, no podía verse débil y mucho menos ahora, sintió como el frío del metal acariciaba su mano escondida en forma de puño entre sus bolsillos, había trabajado meses solo para conseguir aquella joya.

- Siento que lo supiera de esa forma - comenzó a hablar, ignorando la debilidad que sentía en su garganta - Pero ya que lo sabe, me tomaré el atrevimiento de pedirle su permiso no solo para seguir viéndome con ella, además de que me gustaría convertirla en mi esposa.

El mayor soltó un bufido, dejando que en su rostro se le formara una sonrisa burlona..

- Muy valiente de tu parte- dio un paso en dirección al contrario- pero ¿que te hace creer que mereces a mi hija?

He xuan soltó el anillo en su mano y lo dejó caer sobre la tela de su bolsillo

-Su hija y yo nos amamos, y creemos que esa es razón suficiente.

-Para mi no lo es, Qinxuan es mi hija pequeña, y no la puedo entregar a cualquiera que venga a pedir su mano, debo pensar en su bienestar, en su futuro- la mirada del señor She recorrió a He Xuan con mucho detalle- y tu solo puedes ofrecerle hambre y enfermedad, no eres más que un granjero muerto de hambre.

-prometo cuidarla, a ella no le faltara nada, trabaje todos los días si es necesario para darle una vida digna, la amare como nadie en esta vida y estaré siempre que ella me necesite.

- Esa son solo estupideces. mi hija merece un mejor futuro, y tu no se los puedes dar.- el jefe de la familia She se mantuvo de pie delante de He Xuan- Les estoy haciendo un favor a ambos, por eso le pedí a su hermano que la llevara con él, no quiero que esté cerca de personas como tu y mucho menos que crea en esas cosas del amor, del amor no se vive.

El corazón de He xuan se desmoronó en ese instante, no podía dejar todo así de fácil.

Giró sobre sus talones sin siquiera despedirse.

A grandes zancadas llegó directo a donde había dejado el carruaje y decidió salir en su búsqueda sin pensarlo.

El Infierno es frío (Beefleaf)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora