¿Qué habría sido si?...

• Prólogo • (reescrito)

- Simon, ¿Podemos hablar? - Se apuró en decir la rubia, ya que el mexicano llevaba un muy buen paso de ventaja. Y no se le veían intenciones de que quisiera parar.

- Déjame solo, Ambar, por favor. - Pidió, casi rogó el mexicano.

- Simon, ¿podes parar un segundo?, ¡quiero hablar con vos! - La rubia casi lo alcanzaba, tenía unas tremendas ganas de explicarle todo... Y tal vez... Seguir como estaban...

- No me interesa lo que me quieras decir, no me interesa, no me interesa...

- Te quiero explicar lo que pasó. - Exclamó Ambar, perdiendo la paciencia mientras se posicionaba frente a Simon. Manteniendo el contacto visual, implorándole con la mirada.

- Ambar ¿cómo pudiste, Ambar?, ¿por qué?, ¿por qué me mentiste? ¿por qué? De verdad, yo pensé que de verdad sentías algo por mi. - Él estaba dolido, y ella lo notaba, pero eso no quería decir que ella tampoco lo estuviera.

- Jamás te mentí sobre lo que siento - siguió mirándolo, quería sacarlo todo. - al principio, cuando me empecé a acercar a vos, es verdad, es verdad, yo era, no sé, rara, diferente. Pero después, después cambio, todo cambio, yo cambie... Tenes que creerme Simon, yo a vos... Te quiero. - Dijo, con toda la sinceridad que tenia.

- No, no me digas... Bueno. - Simón estaba más que convencido de que está era una más de sus mentiras, ¿Seguiría mintiendo siempre?, ¿de qué le serviría hacerlo?

- ¿Bueno qué? Te estoy hablando en serio.

- No me digas que me quieres porque no es verdad, ¿ok? Deja de mentirme, Ambar.
Ambar tú me dijiste que... Confiabas en mí, yo creí que tú y yo podríamos hacer algo padrísimo Ambar... - a estas alturas los dos ya estaban más que desesperados, ella anhelaba que él le creyera y no la dejara sola. Él quería creerle, la cosa es que ya no podía.

- Sí confío en vos... - dió un respiro, tratando de explicar.

- No, no confías en mi, no es verdad. No es verdad porque me mentiste ¿ok? Y lo que hiciste es que me decepciónaste.

- Okey... - quería sacar todo. Desde lo que hizo, hasta lo que sentía por aquel chico castaño.

- Escúchame porque yo estoy hablando - la interrumpió aquel chico, que al no obtener respuesta, prosiguió hablando. - Me decepcionaste. -

- Sí, sí, me equivoqué un montón. Pero yo quiero que me des otra oportunidad, para demostrarte que esa persona que hizo eso, esa persona que se equivocó ¡no está más!, en serio no está más... Simon yo... Nunca en mi vida pensé que llegaría a sentir por alguien esto que siento por vos. - ella no estaba acostumbrada a decir la verdad, ni siquiera a expresarse o contar lo que le pasaba. Pero, parecía ser que con él, las palabras fluían solas.

Él sólo le dió un repaso de arriba hacía abajo, con los labios apretados.

- ¿Cómo puedes hablar de amor si estás...llena de odio?... - Ambar lo miró alzando las cejas, incrédula por sus palabras. No creía que él lo había dicho. - Lo siento, pero es la verdad. -

- No, yo no lo puedo creer. - Esas palabras le habrían dolido un carajo, sino fuera porque quien las dijo era Simon.

- Es la verdad. ¿Eres consciente de que pusiste en peligro a todos tus amigos? ¿eres consciente? - Él estaba igual de decepcionado, igual de dolido.

- Fue un accidente. - Espetó la rubia, con amargura.

- Mmm...Claro, también fue un accidente incendiar la pista ¿no?, y lo de la cámara, y echarle la culpa a Luna... -

- No, eso no fue un accidente. No, obviamente que no fue un accidente. Estaba enojada y perdí el control. Simon te pido por favor que no me dejes, si vos no estás al lado mío todo se vuelve...Oscuro, feo...Simon yo sé que sin vos no puedo...Te necesito...Por favor. - Imploró, rogándole. Ella estaba acostumbrada al rechazo y al abandono, pero realmente quería que él fuera la excepción, ella lo necesitaba en todo el sentido de la palabra.

Él, por su parte, dudó unos segundos. Verla así, con sus preciosos ojos llorosos, le hundió el corazón. Él quería atraerla a su cuerpo, darle calor, abrazarla, besarla, cuidarla de todo el daño y el mal que le pudieran hacer. Pero lo no sabía, era que él mismo era la perdición de la rubia. Él, era la persona que más la dañaba.

- No puedo volver a confiar en ti, Ambar. - se le agudizó la voz mientras hablaba. Quería llorar, pero no lo haría, no enfrente de ella.

- Pero...

Todos conocemos ese lado de la historia, y sabemos como termina esto.
Pero...¿realmente tiene que terminar así?, ¿qué habría pasado si Simon la hubiera perdonado?, ¿estarían juntos?, ¿se alejarían?, ¿intentarían luchar por ese amor que dicen tenerse?