Quiero Amarte

Capitulo 23 - Aprovecha Tu Carrera

-Narra Dulce-

Un nuevo día, un nuevo llamado y una nueva tortura, sí una tortura... jamás pensé decirlo porque amo actuar pero desde esa mañana cada día y cada llamado es una tortura. Ya han pasado dos semanas y cada día es peor, ahora ya ni siquiera nos miramos o al menos él no lo hace y yo... trato de mantenerme fuerte pero cuando me toca, cuando me besa, cuando me abraza y de su boca salen todas esas palabras de amor así sea actuando yo no puedo seguir y me quedo paralizada y sin habla.

Hoy de nuevo me tocan escenas con él, escenas en las que Verónica ya tiene su embarazo bastante avanzado y en las que ellos dos ya están juntos.

Dulce: buenos días...

Dana: buenos días Dulce.

Dulce: ¿Qué tal va todo?

Dana: todo está listo, ahí está el vestuario y ya tengo todo preparado para colocarte el postizo.

Dulce: bien entonces empecemos de una vez.

Dana prepara todo mientras me deshago de mi blusa y poco después Moni se le une para terminar más rápido. Me colocan el postizo y lo pintan y lo pegan haciendo que parezca que de verdad es mi vientre y no uno de mentira.

Casi una hora después ya estoy lista, esta escena no tiene pinta de ser fácil porque desde ya siento que me falta el aire sólo de pensar que estará pegado a mí, tocándome, besándome y acariciándome como si de verdad un bebé creciera dentro de mí y sé que no debería pero con él hace mucho tiempo que dejé de distinguir realidad y ficción.

Luis: Dulce...

Dulce: buen día Luis.

Saludo a Luis y miro de reojo hacia el set viéndolo ya sentado en la cama del cuarto, el cuarto de Martín y Verónica.

Luis: ¿ya tienes clara la escena?

Dulce: sí.

Luis: bien pues empecemos.

Asiento y camino hasta llegar a donde él se encuentra, sólo lleva un pantalón de pijama y yo... yo un camisón de satén que hace resaltar el vientre postizo.

Luis: vamos Víctor, Dulce a la cama.

Ambos asentimos y sin decirme nada se mete en la cama, yo respiro hondo y lo hago junto a él, comenzando la escena apenas el grito de Luis resuena en todo el lugar.

Lo veo entrar en la cama y se acomoda a mi lado sin decir nada, pone su mano sobre mi vientre y sonríe al sentir levemente como nuestro hijo se mueve. Lo veo muy pensativo sin decir nada y una duda me asalta.

Verónica: ¿te pasa algo?

Levanta la vista sin apartar sus manos de mí y al verlo a los ojos lo confirmo.

Verónica: dime que te preocupa.

Martín: Gabriella, sigue enojada y resentida conmigo.

Verónica: ya...

Bajo la mirada sintiendo un nudo en el pecho al pensar en todo el dolor que hemos provocado pero él toma mi mano, me acaricia...

Cuando toma mi mano lo siento frío, más frío que nunca y cuando se acerca, acaricia mi mejilla y ese nudo en el pecho que debe sentir Verónica se hace realidad, yo lo siento... mis manos y todo mi cuerpo tiembla, su respiración y la mía se entremezclan y mis ojos se cristalizan.

Martín: no pienses cosas que no son ciertas, tú y nuestro hijo son lo más importante para mí.

Verónica: hemos lastimado a muchas personas.