Todo salió bien, nuestras familias felices por el bebé en camino y yo mil veces más tranquila porque ya podía vomitar cuaticamente en las mañanas sin molestarme en disminuir el ruido para evitar sospechas.
Lo que empezó como unas simples náuseas mañaneras pronto se transformó en vómitos explosivos, me convertí en una olla a presión de fluidos gástricos ambulante y con suerte podia salir media hora de mi casa sin devolver todo el contenido de mi estómago.
Fui al doctor y me recetó Pluriamin, un remedio que me salvo los primeros 4 meses de embarazo. La indicación decía una pastilla por noche y al otro día amanecías tiki taka. Todavía recuerdo el día que se me olvidó tomar la pastilla la noche anterior. Me desperté temprano en la mañana con la guata mas revuelta que merengue francés y antes de llegar al baño tuve una explosión de vómito en la escalera que apenas pude controlar tapandome la boca con las manos. Llegué al baño mientras me contorsionaba con las arcadas a lo mas circo du soleil, y segui vomitando, y cuando ya no tenia ni una miserable gota de bilis en mi estómago seguia con las arcadas hasta que el ataque de vomitibis aguda se pasaba. Asi estuve desde que desperté hasta pasada las 12 de la noche cuando por fin pude tragar la pastilla y ponerme a dormir con la garganta chopico. Eso sí, antes de pegar ojo miré con mi amor una película que ya ni me acuerdo muy bien de que se trataba porque cada 15 o 20 minutos tenía que vomitar y como ya estaba cansada de subir y bajar las escaleras acomodé una bolsa grande de basura al lado y cuando me venía la vomitibis me inclinaba hacia la bolsa y listo.
- Oye, no te da asco que vomite al lado tuyo? Igual es asqueroso :x
- No, no pasa nada, tranquila. No me da asco. Respondía mi pierni. Hay que reconocer que es bien lindo y amoroso.
Igual vomitar es heavy. Yo de verdad no sé cómo lo hacen las bulimicas pa devolver el estómago todo el santo día. Como soy distraída y olvidadiza la vez que les conté no fue la única en que olvidé tomar la pastilla anti-vómito, y las veces que eso ocurrió era encerrarme en la casa porque si tomaba una cucharadita de agua tenía que correr a los cinco minutos a devolverla al baño. Está demás decir que la garganta me quedaba como lija y la espalda más adolorida que esclavo egipcio construyendo las pirámides.
Lo positivo de todo esto es que entre tanto invocar a Guajardo bajé de peso, porque cuando quedé embarazada venía de Chiloé con una tonelada de milcaos y curantos en el cuerpo que prácticamente baje rodando del avión hasta el auto que me llevo a mi casa.
ESTÁS LEYENDO
Dulce y Salada Maternidad
HumorUna mami primeriza relata como ha sido su experiencia con la maternidad de manera honesta y sin filtro.