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Aitana le miro perpleja, no entendía a ese chico y dudaba en que algún día lo haría, aunque llego a la conclusión de que todo era un juego, de que el estaba jugando con ella para vengarse de él, aunque ella nunca haya echo nada. No iba a dejar que jugará con ella.

–¿Que tal si te das un testarazo con la pared y me dejas tranquila? —Le pregunto la chica sonriendole falsamente—

–Enserio no se como todos te ven como una chica buena, cuando eres el diablo en persona —Le dijo Luis con desprecio—

Se alivio al ver que todos estaban demasiados ocupados en alabar a Amaia y nadie se estaba enterado de la conversación. ¡Otra vez sus cambios de humor! Le odia, luego le habla como si fueran amigos, le odia y así sucesivamente. Lo odiaba, muy pocas personas odiaba Aitana Ocaña pero a él le odiaba sin duda.

–No tienes razones para hablarme y odiarme. –le dijo fríamente temiendole a su contestación—

El chico la miro intensamente, ella se sentía cada vez más pequeña y insegura ante su mirada, el la miraba fríamente y con odio, muchisimo odio.

– ¿Que por tu culpa mi hermano fuera a la cárcel, no es razón para odiarte? —se acerco a ella y se lo susurro en la oreja—

Aitana al escuchar su voz susurrandole le entró un gran escalofrío, y sus ojos inevitablemente se humedecieron, sentía una gran presión a que su hermano estuviera en la cárcel y aunque intentaba convencerse de que ella no tenía nada que ver, sentía una inmensa culpa. Ella seguia queriendo a su hermano ¿como dejar de amar al chico que le diste todo en 1 año y medio? Pero Vicente cambió.

– Yo no tuve la culpa —Le dijo sin mirarle a los ojos, intentando creer se sus palabras—

– Que va, tu nunca haces nada –le dijo sarcasticamente el chico con odio y rabia— Muérete Ocaña, nos harías un favor a todos.

Las palabras del chico fueron como una bala directa al corazón, haciéndole mucho daño. No pudo retener sus lágrimas y se le fueron escapando, estaba harta de que su pasado la persiguese y que la culpa nunca la deje. El chico se sorprendió al ver a la chica llorar y se le ablando la expresión.

–Lo siento, no quería que te pusieras  así, aunque no entiendo porque te pones de esa manera —le dijo el chico confuso—

Aitana se alejo de él, ¿ahora se disculpa? Tenía claro que no iba a volver hablar con ese chico, el le iba hacer daño, es más ya con sus palabras estaba empezando a hacerlo. Ya más calmada se acerco a Roi para ir a sus casas, el chico la noto distante por el camino, como si su cabeza estuviera en otra parte aunque decidió no preguntar.







Hoy era el día de la pequeña fiesta en bachillerato, era por la noche. Amaia cantaría "shake it out" ya que ganó justamente en la clase de los Javis.

Aitana se encontraba delante de su armario, no sabía que ponerse, sus ánimos estaban por los suelos y su mente no paraba de pensar en Cepeda.

Al final decidió ponerse un vestido rojo, corto. Se rizo el pelo y se maquillo un poco.

Se miro al espejo, se acomplejaba mucho de su altura y su flaqueza. Eso lo pensaba gracias a Vicente. Todo el mundo la veía débil y frágil, cuando la veían en bachiller a veces pensaban que era la hermana pequeña de alguien, pero detrás de su físico se encontraba una chica fuerte, madura y con un gran corazón.

Le gustaría ser mucho más alta, tener unas gran piernas de modelo como la tenían las demás chicas y no ser tan flaca y frágil.

Sus complejos lo saben solo Roi y Raoul que siempre le han dicho que sí fuera así no sería una de las chicas más deseadas en bachiller pero ella nunca lo creía.

Se puso en camino a la pequeña fiesta en su centro, se encontró a Amaia y la saludo sonriendola.

Amaia estaba guapísima, tenía su pelo recogido en una perfecta cola alta, estaba maquilla aunque no excesivamente y llevaba un bonito vestido azul. Aitana se sintió muy fea al lado suya, Amaia tenía un cuerpo perfecto, era alta con unas gran piernas. Aitana empezó a envidiarle sanamente aunque sabía que no debería hacerlo.

–Estas guapísima. —Le dijo Amaia—

Aitana le dijo lo mismo y la sonrió agradecidamente, se adentraron al centro y fueron al gimnasio donde era la fiesta.

Había un escenario, bebidas no alcohólicas, decorados y mesas donde había comida.

Aitana vio a Roi con Raoul discutiendo, ambos la vieron y se acercaron.

–Voy a tener que estar toda la noche vigilandote para que nadie se te acerque —le dijo Raoul— ¿No crees que te  has pasado para una pequeña fiesta? ¡Estás demasiado guapa!

– Callate, que he tenido que esperar una hora viendo como te ponías el flequillo perfecto —le dijo el moreno de al lado—

Aitana empezó a reírse y Amaia le siguió con grandes carcajadas.

Agoney estaba buscando con la mirada a Aitana y Amaia, las encontró hablando con Raoul y Roi, Amaia están guapísima como siempre pero no podía dejar de mirar a la pequeña chica del flequillo. Su corazón dio un gran vuelco y justo cuando iba a acercarse alguien le detuvio.

–Se nota de lejos que estas enamorada de ella, no se como puedes estarlo. —Le hablo una voz detrás de el—

Agoney se dio la vuelta era Cepeda.

–No estoy... Enamorada de ella. —Le mintió el chico nervioso— Y si lo estuviera tengo muchas razones, que no te la voy a decir, porque no debería ni estar hablando contigo. —le escupió  el chico más seguro y se dio la vuelta y se fue antes de que le dijese algo—

Se acerco ya a Aitana le toco la espalda y ella se dio la vuelta sonriendole cuando vio quien era.

–¡Estas guapisimo! —Le dijo Aitana al ver su smoking negro con su pajarita roja—

Agoney se sonrojo y le agradeció, cuando le iba decir que ella también ya era turno de que Amaia cantará.

Pero antes de que Amaia cantase un espeso humo inundó la habitación y todo el mundo empezó a salir entre gritos, antes de que Aitana saliese noto como alguien le tapaba la boca, sintió un gran peso en sus hombros y como le costaba respirar acto seguido se encontró tirada en el suelo.

Siempre seras tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora