Atrapada en el Infinito

Parte 1 Sin Título

Tic-tac, tic-tac, tic-tac...

Las tres de la madrugada. Ahí esta, puntual a su cita. Como todas las noches, esa lúgubre sombra, ese fantasma miserable viene a perturbar mi sueño y a habitar mis horas. Llevo así unos 1000 años y así seguiré otros muchos. De pequeña no  era mas que una niña que adoraba sus juguetes, lloraba por cualquier estupidez, amaba leer y aprender cosas nuevas...  A los 18 años, sin embargo, mi vida dio un brusco giro. Mis sueños me mostraban la manera en la que las personas importantes para mi dejarían este mundo. Veía la muerte de todos menos la mía. Me aterraba la idea de ver a todos mis familiares y amigos desaparecer. Desaparecer en un camino hacia un mundo mejor. Temía quedarme sola. La primera vez que vi la muerte me salio una mancha en forma de infinito. Yo intente seguir adelante como si no pasara nada. Como cualquier chica conocí a un joven. Me enamore de el en nuestra primera cita. En la segunda, supe que seria el amor de mi vida y enseguida nos casamos.

Todo era perfecto para mi. Todo menos mis sueños. Un día vi como moriría mi marido. Me desperté llorando y el me consoló como siempre. A la mañana siguiente, me pregunto por mi sueño. Yo no sabia si contárselo, pero me di cuenta de que era el hombre al que amaba y siempre amaría. Le conté todo y le enseñe la mancha. Me escucho atentamente  sin decir palabra. Le pregunte si quería saber como moriría y me respondió: 

"- No quiero saber como moriré, tan solo quiero saber que me amaras hasta que eso pase. Quiero saber que disfrutaremos cada momento juntos y seremos felices todo el tiempo que nos corresponda."

Me eche a llorar, después de aquello no pasamos untos ni 2 meses. Se fue a la guerra. Nos despedimos puesto que sabíamos que no volveríamos a vernos. Y así fue. Desde entonces todas las noches ese miserable fantasma viene para enseñarme una nueva muerte. He visto tantas, que empece a tomar pastillas para dormir. Dormir y no soñar. Pero era imposible. Siempre a las 3 de la madrugada y ahora también. No sé lo que veré hoy , pero sé que no quiero verlo. Lo único que quiero es morir para vivir junto a él.