Prologo

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Habían dos niños de 4 años saltando en una pradera.

El cielo estaba gris y charcos hechos por la lluvia estaban acumulados junto al lodo y el frío.

Uno de los dos niños se llamaba Mike. Su capucha estaba baja, sus ojos azules resplandecían y su sonrisa inocente brillaba. Brillaba con la alegría de un niño.

Mike usaba un abrigo de plástico azul. Sus botas, echas de goma marrón de hundían con fuerza en los charcos.

"Pap, pap, pap" Mike Thompson cantaba.

Atrás de él, estaba su mellizo. Su abrigo era rojo y sus botas negras. A diferencia de su hermano, Tyler no contaba, ni bailaba en los charcos de agua. Su capucha estaba sobre su cabeza, escondiendo sus ojos verdes y sus manos pequeñas escondidas en los bolsillos de los abrigos.

Atrás de ellos, Xavier y Sarah Thompson caminaban sujetando a la pequeña Charlotte entre brazos. Sonreían al ver a Mike sonreír, pero Tyler...Él nunca sonreía.

-¡He encontrado un sapo!-Gritó Mike, poniéndose de rodillas en el lodo y tomando al animal en sus manos.

-Mira, papá. Mira, mamá-Sus padres se acercaron sin dejar de rodearse el uno al otro con sus brazos. Se agacharon a la altura de su hijito y sonrieron a éste.

-Es un lindo sapo-Dijo Xavier, al momento que Tyler se acercaba y echaba una mirada a lo que tenía su hermano.

-Es asqueroso-Comentó Tyler. Su cabello rubio le cubría sus cejas, pero podías notar por su tono de voz, la repulsión. La repulsión a todo.

-Es mi nueva mascota-

-Es la cena de alguna águila-Se quejó Tyler. Era difícil admitirlo, porque era solo un niño, pero él no era un niño común. Era Tyler Thompson, pero eso no significaba nada bueno.

-¡Tyler!-Le acusó su madre y el la expresión del chico cambió. Estaba molesto, rabioso, pero era un niño. Un niño de 4 años.

-¿Por qué no lo besas, eh, Mike? Así se vuelve tu príncipe-Mike cerró sus puños con fuerza y Tyler sonrió satisfecho. Los ojos del pequeño Mike se inundaron en lagrimas y no dudó en llorar.

-El bebé está llorando-Replicó de nuevo Tyler y Charlotte le siguió el llanto a su hermano mayor. Ambos padres Thompson se miraron horrorizados. Parecía como si un viejo amargado se hubiera metido en el cuerpo de su dulce hijo, pero ellos sabían que pensar eso era engañarse.

Tyler nunca había sido el dulce.

Los llantos de Mike se hicieron cada vez más fuertes y las burlas de Tyler no paraban. El sapo de Mike saltó de su mano y huyó lo mas lejos que sus saltos le permitieron.

El aire se tornó aun mas frío. Mike había dejaos de llorar y sus ojos azules, azules como el mar, ahora miraban a Tyler con una expresión demasiado fuerte para un niño.

Odio.

-¿Que? ¿Me vas a pegar?-

Los ojos de Mike parecían perdidos en otro mundo.

Un hilo de agua lo suficientemente grueso para no desaparecer empezó a cruzar por el suelo. Pasando hierbas y flores muertas, hasta los diminutos pies de Tyler, quien aún no había notado lo que pasaba.

-¿Por qué me miras así, raro?-

Sucedió tan rápido que el horror de Xavier Thompson se convirtió en pánico. Su hijo, su hijito...No podía ser

Pero claro que podía ser posible

Tyler cayó de un solo golpe al suelo y su sonrisa se transformó en llanto. Quería ponerse de pie, pero las cadenas de agua en sus pies no lo dejaban. Mientras se intentaba parar, estas lo apretaban en los tobillos tanto que el pantalón de seda de rompió. Estaba desesperado. Intentando ponerse de pie de sin éxito. Llorando y viendo a su hermano como a los monstruos en su armario.

-¿Que me haces?-Lloraba-Mike, déjame, por favor. Duele. Duele mucho-

Entonces las cadenas de rompieron y Mike recuperó el brillo en sus ojos. Quedó en silencio, completamente perdido y había apretado tanto sus puños que tenía las marcas rojas en la palma de sus mano.

Tyler se puso de pie, tambaleándose y aterrorizado. Corrió. Corrió gritando por ayuda. Lagrimas salían de sus ojos verdes y las marcas rojas en sus tobillos lo hacían gritar de dolor.

Charlotte había parado de llorar. Sus ojos castaños parecían no entender que sucedía. Sarah buscó ayuda en su esposo, quien asintió con la cabeza y dijo.

-Ve por Tyler. Yo cuidare a Mike-Sarah asintió, miró por ultima vez a su perdido hijo y con Charlotte mirando curiosa entre sus brazos, se fue caminando rápidamente, llamando a Tyler.

Xavier se arrodilló a la altura de su hijo. Las manos de Mike temblaban. Él temblaba. No sabia que era. No sabia que había hecho.

Xavier lo tomó de los hombros y lo sacudió, llamándolo.

-Mike-

Nada

-Mike-

Nada

-¡Mike!-Fue entonces cuando Mike Thompson recuperó su mirada inocente y vio a su papá con miedo.

-¡Prométeme que jamás volverás a hacer eso!-Gritó Xavier.

-¿Me lo prometes?-Preguntó y Mike asintió. Tomó a su hijo y lo abrazó tan fuerte que Mike no tuvo más opción que rodearlo con los brazos.

-Te quiero, Mickey-

Una lagrima escapó de los azules ojos de Xavier, pero mas nunca en su vida un accidente como ese sucedió. El problema es que él se fue, pero sus hijos no, y 12 años después todo cambiaría para los hermanos Thompson.
La realidad de la sangre que corría por sus venas se reveló y mas nunca las cosas volverían a ser lo mismo. 



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Holaaaaaa. Espero que hasta ahora les esté gustando mi historia. Valoren y cometen y gracias a todos que lo han hecho.

Les dejo una foto de los mellizos Thompson cuando eran pequeños al principio.

Besos, marivi.

The Elements: WaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora