Lección de vida

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El camino estaba despejado, no había nadie en la carretera, solo un carro azul índigo que rompía el perfecto equilibrio. Dentro del carro estaban Sarah y Xavier Thompson, iban en completo silencio. Sarah disfrutaba de la vista al mar, negro bajo la noche y Xavier podía sentir el viento en su cara, tan libre, tan tranquilo, tan perfecto. La humead de Florida no se sentía tanto en principios de Septiembre, era el momento perfecto para ir a Tallahassee, aunque fuera por una conferencia. Xavier dejo de disfrutar del viento por un momento y miro a su esposa, sonrió y volvió a mirar al camino, pero poco después un fuego ilumino la noche. En medio de la calle, había una gran barrera de fuego echando humo negro. Xavier freno justo a tiempo y el auto dio vueltas y quedo bocabajo al borde de un gran precipicio. Con cuidado, Xavier empezó a moverse y su esposa, lo imitó.

-Sarah, sal, pero despacio, si no el carro caerá-

Poco a poco la esperanza empezó a volver a los corazones de la pareja, pero se pudieron ver un par de botas negras acercarse lentamente mientras que la persona silbaba Don't worry, be happy, el hombre se agacho y revelo a un joven de quizás 23 años, su cabello era negro y su piel clara, pero ese hombre daba miedo porque sus ojos amarillos estaban bañados en odio y su sonrisa estaba llena de satisfacción, estaba feliz, pero su sonrisa no era como la de un enfermo mental, sabía muy bien que pasaría en segundos y eso le parecía simplemente genial.

-Hola ¿Están cómodos?-Los ojos azules de Xavier Thompson temblaron en miedo e intento sacar su mano, pero Frigus la sostuvo y la volteo, provocando un terrible grito de dolor. Frigus siguió torciendo la mano hasta que Xavier dejo de luchar y sonriente, el hombre de cabello negro se paró, camino lejos y casi inmediatamente, un fuego rodeó al carro, un fuego que despedía humo negro, un fuego salido de la nada. Tan pronto como el fuego tocó el carro, muerte fue lo siguiente y lejos de ahí, 4 niños sin saberlo, eran huérfanos, pero lo especial de esa escena, eran los 4 hombres de trajes negro, sonrientes y satisfechos, de haber destruidos dos vidas inocentes.

-Cuéntame Tyler...-Dijo el Dr. Smile, mientras intentaba hablar con Tyler, que miraba a todos lados menos al doctor. Jugaba con su teléfono, silbaba, hablaba con alguna porrista por celular, dormía, todo menos prestar atención, pero seamos sinceros ¿Qué más se podía espera de Tyler Thompson?

-Tyler-lo llamó el Dr. Smile, pero los ojos verdes de Tyler se negaban a mirarlo a su cara de loco psicópata. De hecho, el Dr. Smile le recordaba a Tyler a ese hombre que siempre regalaba comida a la gente, siempre sonriendo como si todo mereciera una sonrisa, incluso cuando Tyler le lanzo huevos mesclados con lodo, el viejo seguía sonriendo y entregando ponqués. Viejo psicópata, recordó Tyler, de hecho, el Dr. Smile era así. No importara cuantas indirectas le lanzara Tyler o cuantos mensajes ofensivos sobre el Dr. Smile que mandara a sus amigos leyera en voz alta, el hombre seguía radiante.

-Tyler-Lo volvió a llamar y el adolecente hizo una vez más oídos sordos.

-¡TYLER!-Grito el hombre y Tyler a regañadientes dijo.

-¿Qué?-

-Cuéntame algo-

-¿Qué cosa?-

-Cualquier cosa-Tyler pensó unos segundos y dijo.

-Bien. Había una vez un muy atractivo chico y un psicólogo fastidioso. El psicólogo buscaba algo del chico y éste tuvo que inventar una historia para zafarse, pues el psicólogo acaparaba la hora en la que el chico salía a sus entrenamientos y aunque el chico lo intentaba, quería saltar por la ventana y escaparse pues las sesiones con el psicólogo eran una MIERDA ¿Le gusta?-

-Tyler, lamento que tengas que suspender tus prácticas, pero necesito que me digas cómo te sientes-

-Aburrido-

The Elements: WaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora