OSCAR

CAPÍTULO 4: conecta CUATRO

-¡Ese tío es un psicópata!

-Ahora si que me da miedo.

Las opiniones y los insultos volaban.

Habíamos juntado las tres camas y habíamos hecho un pequeño corro sentados en ellas. Teníamos el pijama puesto. Eran las dos y media. Las chicas no querían ir a su habitación y, yo tampoco querría haber ido por aquel pasillo.

-¡¿Veis?! Y decíais que estaba loca. –Marta había vuelto a ponerse en modo defensivo.

- Nadie lo dudaba Marta, pero es que cada vez va a más.

- ¿Pero quién es ese tío? –Sofía no se había enterado de nada.

-¡¿No le habéis contado nada?! –Dije sorprendido

-Claro que no –Dijo Dani tranquilo- Si no no hubiera venido.

-¿Contarme nada de que?

Belén y Javi tomaron la palabra.

-Pues verás...

Tardaron unos veinte minutos en contarle todo con pelos y señales. Belén contó la mayor parte. Javi exageraba algunas partes y Dani le corregía. Marta soltaba de vez en cuando algún comentario y yo, me limitaba a escuchar aquella historia que, todavía, no llegaba a creer del todo.

-¡Pero ese tío es un acosador!

-Si ya lo he dicho yo –Marta estaba orgullosa de que por fin todos le hiciesen caso.

-¿Pero quien es ese pavo?

-Pues... Oscar.

-Si joder, eso ya lo se. Oscar y Carlos, es lo único que me habéis dicho de ellos.

-Pues...

-Haber...

Nos miramos unos a otros sin saber que decir, emitiendo palabras sueltas sin saber que decir.

En ese momento nos dimos cuenta de que no sabíamos nada de ellos. No teníamos ni idea de a qué nos enfrentábamos.

El silencio se prolongó unos segundos.

-Es oficinista –Dijo Dani orgulloso.

-Ni de coña –intervine- Si ese tio es oficinista yo soy atleta.

-¿Por? –La pregunta la había hecho Marta, pero la curiosidad se asomaba desde cada uno de ellos, mirándome con caras de interrogación.

-Verás –Paladeé ese momento al máximo, como el detective que empieza a explicar el asesinato delante de todos los sospechosos- Si es oficinista se supone que pasa muchas horas delante de la pantalla, sin embargo, no había rastros de ello en sus ojos: Ni gafas, ni lentillas, ni ojos irritados...

- ¿Y por eso está mintiendo? Se habrá acostumbrando

- O usará un colirio –Añadió Marta.

-Pero no solo eso –Levanté la mano a la vez que decía estas palabras. Sabía que todos me estaban mirando, que tenía toda la atención, que había pasado de ser un actor de reparto a ser el protagonista. Me lo estaba pasando tan bien que casi olvido de quien estábamos hablando- ¿Os habéis fijado en sus dedos? Tenía las yemas redondeadas y carnosas, algo imposible para alguien que pasa horas tecleando.

-¡Eso es verdad! –Añadió Dani sorprendido mientras se miraba las planas y duras yemas de sus dedos- Esas partidas de LoL pasan factura.

-Además, si controlase de informática habría usado un método mas limpio para deshacerse de las autorizaciones que romper el ordenador.

-¿Porque nos ha mentido? –Dijo Belén

-Pff... A saber. –A Marta no le extrañaba ya nada- Otra cosa para la lista de cosas que dan mal rollo de ese hombre.

Seguimos hablando durante una o dos horas. Todos teníamos sueño, pero ninguno quería irse a dormir.

-Creo que deberíamos acostarnos –Me atreví a decir lo que nadie se atrevía pensar.

-Pues yo no pienso ir hasta mi habitación si esta ese hombre en el pasillo. –Marta iba muy en serio.

Pues aquí solo hay tres camas –Repuso Javi- A ver... A mí no me importa dormir en la otra habitación.

-Yo si alguien me acompaña... -Dani no estaba muy seguro, pero se vio obligado a acceder.

Todos me miraron a mi. Sabía que sería lo idóneo. Tres chicos, tres chicas. Decidí hacer lo que todo buen caballero hubiera hecho.

-A mí no me miréis, yo me quedo aquí.

- ¿Tienes miedo? –preguntó Sofía irónica.

-Si tu no tienes mido vete tu huevona. –Respondí con bastante más sequedad de la que quise, pero al menos lo dejé claro- Yo no me muevo.

Todas las caras se giraron de golpe hacia Marta.

-Si, yo precisamente.

Todos lo entendimos rápido y cambiamos rápidamente de objetivo.

Solo quedaban dos candidatas: Belén y Sofía.

-¿Tu no decías que no tenías miedo? –Preguntó acertadamente Belén.

-¡¿En serio?! –Sofía intentó refugiarse en la primera excusa que encontró- No puede haber habitaciones mixtas.

-Creo que ahora mismo nuestro menor problema sería que nos encontrasen en habitaciones mezcladas. –Belén estaba sembrada, por un momento parecía que hubiese superado la palabrería de Dani, "Zasca" tras "Zasca".

Todos nos quedamos mirando a Sofía, rezando para que aceptase. Ninguno lo decíamos, pero no queríamos ir por ese pasillo. Javi había aceptado rápidamente para hacerse el machote delante de las chicas, y Dani solo quería parecer tan bueno como Javi.

-Está bien. –Sofía había aceptado- Que asco dais.

-Esperad –Todos nos quedamos mirando a Marta- Dejad aquí una de las navajas.

Todos nos quedamos de piedra. No queríamos pensar en para que las podríamos usar, obviamente parecía una buena idea, pero solo si no te parabas a pensar en su utilidad.

-Llevaos esto también –Dije mientras extendía una linterna a Dani.

-¿Solo una? –Preguntó Sofía.

-Tenéis móviles –Me apoyó Belén.

-Me habéis obligado a cambiarme de habitación, creo que es lo mínimo que podéis hacer.

-Bfff... -Les di otra linterna.

-Buenas noches.

Nos despedimos los unos de los otros y nos volvimos a distribuir las camas.

Eran las seis de la mañana todos teníamos sueño, pero no ganas de dormir. Sabíamos que dormirse sería complicado, pero más difícil sería despertar vivos.