CAPÍTULO 13: TRECE días

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                                                                                NARRA MARTA:

-¿Y que hacemos ahora?- Susurró Sofía.

- El edifico es grande, pero no tardará mucho en darse cuenta del engaño y subir. Eso sin tener en cuenta que Óscar ya abrá terminado de revisar las habitaciones, asi que podríamos ...

- ¿Qué? ¿Cuál es el plan? ¿Huir toda la noche?

-Pff. ¿ Y si despertamos a los demás? 

- No, ni de coña, entre que se supone que estamos enfadados y que al despertar a los demás Óscar y Carlos disimularían... ni de coña.-    

La cabeza me daba vueltas. Cientos de planes surcaban mi mente, pero ninguno bueno, estaba colapsando.

-Pues no sé, tú eres la genio.

Impresionante, Sofía, que no había hecho prácticamente nada, Sofía, que básicamente se había limitado a usa el móvil y a hacer preguntas, me lo echaba en cara a mí, que lo había hecho todo.

  -¡¿Yo?! 

-Si. Tú eres la genio de las estrategias.

- Perdona ¿Qué se supone que has hecho tú? -Ahora sí, ahora si que había colapsado. Ya no podía pensar con claridad, ni quería.  

  -Callad- ¿Encima ahora Javi me iba a cortar? ¿Esto que coño era? NO iba a quedarme de brazos cruzados mientras todos aquellos insolentes se metían con migo echándome la culpa, por una vez en mi vida no me iba a quedar de brazos cruzados mientras me insultasen.

- A mi no me mandas callar.

-No en serio, escuchad.

"Plinc" El sonido venía de mi izquierda. Todos nos giramos de golpe.

El ascensor estaba allí, y la placa numérica estaba ya en el dos, y seguía subiendo.

- ¡¡¡Corred!!!

Claro, el ascensor. Estaba prácticamente a mitad del pasillo.

Sin pensarlo mucho, corrí hacia el lado más cercano que tenía, allí estaban las escaleras generales, así que todos corrímos hacia allí.

-¿Donde están Dani y Juan? -Javí era el único que se había dado cuenta.

Sin parar de correr miré al grupo, es cierto, no estaban.

-Creo que han corrido en la otra dirección.  -Sofía iba prácticamente a la cabeza del grupo, con Javi.

Llegamos a las escaleras generales. No sabíamos si Óscar nos había seguido a nosotros o no, así que bajamos las escaleras corriendo, hasta la planta baja. Solo allí, nos permitimos para un momento a recuperar aire.

Sofía rompió el frágil silencio.

-Oye Marta... respecto... -La frase se cortaba, pero no sabía si era porque necesitaba recuperar el aliento o no sabía como seguir- a lo de antes... lo siento... Creo que me he pasado... y ...

-Lo sé, yo también. Ambas estábamos cabreadas.

-Callad- Esta vez fue Belén quien interrumpió la conversación.

Todos nos callamos y empezamos a escuchar, habíamos aprendido la lección.

-No, esta vez es sol que estaba siendo muy cursi.

Todos nos reímos, es increíble como se libera el estrés en situaciones así.

-¡¿Quien anda ahí?! 

Las risas pararon de golpe y se me haló la sangre en las venas.

Nos miramos unos a otros. Era la voz de Carlos y venía de la sala contigua.

Belén nos hizo un gesto para que le siguiésemos y se metió por una pequeña puerta que había al lado de las escaleras.

Todos entramos rápidamente. 

Aquella pequeña habitación estaba llena d escobas, trapos, fregonas... Nos habíamos metido en el cuartito de la limpieza. Estábamos todos apretados y la puerta dejaba entrar una rendija de luz. La silueta de Carlos surcó fugazmente varias veces por delante de la puerta.

Un molesto picor invadió mi nariz. Polvo, era alérgica al polvo y me había metido en el cuartito de la limpieza.

Me puse una mano sobre boca y nariz y me ayudé con la otra.

El ligero picor era cada vez más fuerte, y no tardaría mucho en volverse un estornudo.

La silueta de Carlos seguía inspeccionando el lugar.

Apreté fuertemente las manos sobre mi cara. El picor era ya muy molesta, sabía que no podía contenerlos más.

Un pequeño estornudo salió de mi nariz, pero fue disipado por mis manos. No había sido muy fuerte, pero si lo suficiente para que los demás se diesen cuenta, incluido Carlos, Que se paró en el sitio y agudizó el oído.

Un segundo estornudo se estaba apoderando de mi, esta vez mas fuerte. Varias manos se pusieron sobre las mías, pero sabía que si estronudaba no serían suficientes.

Carlos alzaba la cabeza, como un perro que olfatea a su presa.

El picor se fue apoderando de mi, cada vez más y más y .
-Atchuaaa
El estornudo fue disipado en gran parte por las manos y llegó a los oídos de Carlos como un leve sonido, pero fue suficiente para que se acercase.
Avanzaba paso a paso.
Contuvimos la respiración.
Carlota estaba frente a la puerta.
Alzó la mano y la apoyó sobre el pomo.
Contuve la respiración, cerré los ojos y esperé a que abriese la puerta.
De repente unos fuertes pasos retumbaron en el techo, como si alguien corriese en el piso de arriba.

Carlota liberó el pomo y subió corriendo escaleras arriba.

Con algo de miedo y todavía empapada en sudor, abrí la puerta.

- Estamos ¡Atchuaa! Solos.- dije sorbiendome los mocos.

-¿Que a sido eso?

-Ni idea, pero vámonos antes de que vuelva.-Belén tomó la iniciativa, nosotros le seguimos a ritmo rápido, pero sin correr.

Las salas de la planta baja eran más grandes y estaban mejor iluminadas, quitándole el ambiente tétrico a el resto de pisos.
Los pasos seguían retomando en las paredes mientras seguíamos a Belén pero ¿A donde?¿A donde íbamos? ¿Qué podíamos hacer? Sólo huir y huir, teníamos que asumir nuestro papel de presas e intentar no ser cazados por el depredador. Así se sencillo y así de complicado.






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