úɴɪᴄᴏ.

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–Renjun– Bien, aquí vamos de nuevo –Sabes que Jaemin es sólo un compañero que vino de otra ciudad y me tomó apego.

El castaño rodó los ojos con hastío. Jeno le había repetido tanto esa oración en tan poca índole de tiempo que ya se la sabía de memoria.

–Yo sé, Jeno, sólo que me molesta que además de que esté siempre encima tuya, me voltea los ojos y cada vez que estamos los dos solos, me habla mal y me insulta como si fuera la peor mierda del mundo.– Hizo un pequeño puchero involuntario que llamó de inmediato la atención de Jeno.

El menor volteó la cabeza hacia un lado– Sabes que eso no es verdad– aclaró– Sólo estás exagerando las cosas. Nunca he visto a Jaemin insultandote o mirándote mal.

–¡Porque sólo lo hace cuando no estás tú, Jeno!

El mayor tomó entre sus manos sus lentes de pasta gruesa, quitándolos y frotando el puente de su nariz con molestia.

–Renjun, cálmate– Llamó el de cabellos negros inclinándose más cerca del nombrado.–¿Porqué te molestas, cariño?

–Jeno–Quitó las manos de su cara en un rápido movimiento dejándolas colgando a sus lados–¿Tú no te ves en un espejo todos los días?

Jeno, confundido, sólo atinó a mover la cabeza afirmativamente.

–¿Y será que tú no te das cuenta de que eres un dios griego, capitán de fútbol, eres jodidamente perfecto y eres novio de una plasta como yo?

El menor, entendiendo la indirecta que le estaba lanzado Renjun, caminó los pocos pasos que los separaban y lo tomó de la cintura acercándolo a su cuerpo en un compasivo movimiento.

Suspiró– Bebé, solo... es inefable. e
Eres etéreo, ¿Como no caer rendido ante tus pies? Eres la definición de perfección, de magneficiencia, eres maravilloso. ¿Cuántas veces tengo que repetirte que tú eres insuperable y excelso para mi y, que aunque sea 'jodidamente perfecto' –Hizo comillas con los dedos– Tu siempre, siempre estarás en primer lugar en mi corazón, renjun?

El castaño bajó la mirada, abochornado. Colorado hasta las orejas, habló con voz casi inaudible.

–Hasta que me la crea, Jeno.

Jeno sólo sonrió, anticipando dicha respuesta.

–Pues, te lo repetiré hasta el cansancio Renjun.– Hizo que el castaño subiera los brazos a su cuello y lo rodeara.– Eres extraordinario, superior ¡Asombroso! Eres la mejor cosa que me ha pasado, y, lo más importante, tienes mi corazón en bandeja de plata. Te amo.

El castaño, sonrojado a más no poder, levantó la mirada con los ojos brillosos, deleitando como siempre al cabellos negros con esa sonrisa chueca que tanto le gustaba admirar.

Renjun se levantó un poco en sus puntas de pie y le dió un pequeño pico a Jeno.

–También te amo, mucho, Jeno.

el menor viró los ojos divertido.

–¿A eso llamas beso, Renjun? Creí que podías hacerlo mejor que eso, amor.

El castaño sonrió con picardía a su novio y le tomó el cuello de su camisa con fuerza.

–Puedo hacerlo mejor, oh, claro que sí.

Y, lo que ocurrió en esas cuatro paredes quedó en la penumbra de sus placeres.

Insecurity ⸙ ⁿᵒʳᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora