"Había una vez, en un reino muy muy lejano, un apuesto príncipe que estaba en busca de su amada. Partió un día decidido a regresar donde sus padres con aquella mujer que sería la indicada para acompañarlo durante sus años de rey. No pasó mucho tiempo para que éste, después de haber recorrido un par de castillos, se topara con una bella dama. Ambos se enamoraron tanto al verse que decidieron casarse y vivieron felices para siempre. FIN".
Ja, como si eso realmente sucediera. No es que no crea en el amor, sólo que... olvídenlo, no creo en el amor; la vida me ha dado las razones suficientes como para no hacerlo y la verdad es que no me incomoda en lo absoluto. Después de bastantes fracasos con múltiples razones, ahora me encuentro aquí, cursando el cuarto cuatrimestre de relaciones internacionales mientras tengo fantasías estúpidas y cero posibles con un tipo asiático -no reconozco su nacionalidad- que estudia español.
Él no es tan wow, pero pasa. Tiene la piel muuuy blanca , cabello negro aunque a veces se lo tiñe, ojos café obscuro y no muy alto, como un metro setenta y tantos. Se ve que es algo reservado y serio, no parece que tenga muchos amigos.
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Me encontraba pagando mi cuenta en la cafetería de la universidad, tomé mi bandeja y justo cuando levanté la mirada para buscar un lugar donde sentarme lo vi, estaba solo en la mesa de enfrente, me acerqué lentamente y le pedí sutilmente permiso para sentarme ahí, a lo que accedió con amabilidad. Los primeros cinco minutos fueron fatales, ninguno de los dos hablaba, nos limitábamos a vernos, sonreírnos y así una, tras otra, tras otra. Hasta que por fin me anime a hablar:
-¿Y qué tal las clases?- si lo sé, horrible tema, pero no se me ocurría otra cosa y el tiempo se estaba pasando exageradamente lento.
-¿En serio quieres hablar de eso?- ok, era más directo y serio de lo que pensaba. Me acababa de dejar boquiabierta, la manera tan sexy de pronunciar esa pregunta, por más descortés que fuera, provocó que mi imaginación se pusiera a trabajar a 3567km/h y aún no estaba preparada para mostrarle lo mucho que me afectaba su presencia -y no me refiero a la manera romántica- así que mi única manera de salir de ahí fue ponerme a la defensiva.
-No tenía mejor tema, y tú no hablas ¿ qué esperabas que hiciera?
-Sabes, te ves linda cuando te enfadas- ahora me miraba algo pervertido, directamente a los ojos, me empezaba a dar miedo -me gustaría conocerte mejor, se ve que eres buena.
-Pues mira, me llamo Leonora, he vivido aquí toda mi vida, tengo 19 años, mi cumpleaños es el 9 de marzo...
-Sabes que no me refiero a eso, aunque se me hace interesante que cumplamos el mismo día- sabía muy bien que no se refería para nada a lo que yo le había contestado, pero intentaba evadir el tema sin hacerlo tan notorio, obviamente no pude. Tenía ambos brazos cruzados sobre la mesa, lo que hacía que se viera más sexy. Tuve que evitar su mirada para no tener un accidente o algo ahí mismo.
-Gracias por la interrupción.
-Lo siento- dijo agachando la cabeza y riendo un poquito. Apoye mi cabeza sobre mi mano y me le quede viendo un tiempo hasta que levantó la cabeza -ven, sígueme- me tomó la mano y me jaló fuera de la cafetería.
-¿A dónde vamos?
-Tú sólo sígueme- no tenía la mas mínima ni remota idea de a donde me llevaba y me estaba poniendo nerviosa. Cruzamos casi todo el campus (y valla que es grande) hasta un edificio en el que sólo dan dos materias de diseño, así que los demás salones están vacíos pero cuidados. - Pasa- dijo abriendo la puerta de uno de ellos y entrando detrás de mí, fijándose en que no hubiera nadie que estuviera viendo y, acto seguido, cerrando la puerta. -Ahora sí.
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Jugamos? - Min YoonGi (+18)
Fanfiction- Yo no quiero nada serio con nadie -¿Y quién dijo que yo quería algo serio? LEMON, léanlo bajo su propia responsabilidad. Todos los derechos reservados. HETERO.