¿Quien es?

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El vuelo duró 9 horas. Llegamos allá por la madrugada, más o menos. Estaba dormida por lo tanto no me concentraba en nada. Mi tía me dió un codazo para avisarme de qué llegamos al aeropuerto de Seoul. Me incorporé aturidida y la seguí hasta la zona de recogida de equipaje.

-Ahora tenemos qué pillar un taxi y qué nos lleve al hotel. -comentó mi tía mientras marcaba en su móvil un número de telefono-

Asentí. Miré a mi alrededor emocionada. Era mi primera vez en el país de mis sueños y estaba qué no me lo creía. ¡Habían coreanos por todos lados! Una sonrisa tonta se me acopló en el rostro. Era inevitable. Una gran suerte mía es que estuve en una academia de lenguaje coreano durante 2 años y tengo algo de base por si tengo qué comunicarme con alguien de por aquí. Mi tía termino de hablar por su móvil.

-Ya reservé el taxi, ven. -dijo mientras se dirigía a la salida del aeropuerto.-

Caminé tras ella. Estaba acostumbrada a que me prestase poca atención, porque ella es realmente independiente, pero aún asi sé que se preocupa por mi. Cogimos el taxi y nos llevo a nuestro hotel.

-Habitación 234, Ático Sur. -comentó el recepcionista del hótel-

Mi tía firmó un par de papeleos y se despidió de aquel recepcionista, qué por cierto, era muy lindo. Nos adentramos a nuestra habitación y dejamos todas nuestras cosas en el suelo para tumbarnos agotadas en las camas separadas. Miré a mi alrededor el lugar. Súper elegante, además de las camas, blanditas y cómodas. Qué gozada. Teníamos vistas preciosas a la ciudad desde nuestro ventanal. Gran ambiente.
De pronto oigo a mi tía saltar de la cama y dejarme 50€ a mi lado.

-Tomalos y date una vuelta por aquí. No te vayas tampoco muy lejos. Yo iré a ducharme y a salir después. -comentó-

Me encogí de hombros. Dejarme salir sola es propio de ella.

-Pásalo bien, Hyura.

Dijo finalmente, después se metió en el baño.

Sonreí emocionada y de un brinco en la cama me incorporé y tome el dinero para después salir por la puerta. Aunque, no sé que voy a hacer en un sitio tan grande, yo solita. Tendré que utilizar el GPS. Caminé por el largo pasillo del hotel hasta llegar a la salida, y me quedé parada enfrente. ¿Que hago? Pensé en ir a comer algo.. Era lo único que se me ocurría, así pues lo hice. Tomé el móvil y busqué bares cercanos de mí no muy caros, y con suerte me salió uno de cómida rápida. Seguí el camino qué ponia en el GPS y llegué en 10 minutos allá. Entré y estaba lleno de chicos. Me estaba muriendo de vergüenza, y encima yo siendo menor de edad. Lo peor era qué eran chicos jóvenes, un poco más mayores qué yo. Me senté en una mesa y me fije alrededor. Coreanos lindos. Me encantaba. Aún así me sentia rara. Un camarero jóvencito también vino a atenderme. Mire la carta y pedí lo más simple; Zumo y unos fideos. Asintió y se fue para llevar el encargo. Tararée "A melody of a Murder" mientras esperaba. Las vistas qué tenia eran realmente agradables, chicos hermosos.
De pronto noté una sensación de qué alguien me observaba. No le di importancia, era normal, pues era la única chica de allí. Pasaron los minutos y me trajeron la comida. El olor era apetecible así que no espere más y comencé a comer. Cuando como soy muy brusca, así que al coger los fideos con tal violencia, el zumo cayó en mis jeans, mojándome entera. Maldije palabras malsonantes.

—¡Bien hecho _____ ! -Me critiqué a mi misma.

Un chico se acercó a mi, llevaba cubrebocas negro y una gorra también del mismo color encima. Me habló en un coreano muy fluido, el cual me costaba entender. Así qué opte por decirle qué soy extranjera. El asintió y me habló en inglés. Ahora si entendía.

—¿Quieres qué te ayude? -Dijo este.

Sonreí.

—Si no es mucho apuro..

Él negó y sacó un pañuelo de su bolsillo y me limpió alrededor de mis muslos, dónde más empapados estaban. Sin poder retenerlo, me entró un escalofrío. 

—Creo qué ya esta -Dijo mientras secaba el pañuelo.

Volví a sonreir y le mire. Sus ojos estaban clavaditos a los de Jungkook. Iguales.

—Muchas gracias...em...-Intente deducir su nombre.

El negó.

—Ten más cuidado a la próxima. Me tengo qué ir, buen día linda.

Sin más, me despidió con la mano y se fue. Su voz, escuchándola mejor era también parecida a la de Jungkook. Algo no me cuadraba. ¿Era él? No, no puede ser. Un famoso nadie se lo encuentra en un bar. Y menos yo. Imaginaciones mías. Terminé mi almuerzo y me dispuse a pagar. De pronto sonó mi móvil; Era mi tía. Respondí a la llamada.

—¿Si? -Dije a secas.

Mi tía se veía nerviosa.

—Olvidé decirte que dentro de una hora es el concierto de tus chicos. Ven rápido o no llegamos.

Me llevé una mano a la boca. ¡Y me lo dice ahora! Colgué sin despedirme y me fui corriendo de allí. Para ir más rápido pedí un taxi para que me llevase al hotel. ¡Dentro de una hora veo a BTS! -Grité en mi interior-.

Mi Pequeña Army ||Vkook y tú||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora