Acababo de mudarme con mi madre a un nuevo lugar, como ha de imaginarse sólo conocía a mis familiares que vivían cerca, después todos eran desconocidos para mi. Según ellos, decían que me conocían pues cuando estaba pequeña había ido a pasarme días donde mi tía, que ha vivido muchos años por aquí.
No me esforcé por salir a conocer a nadie, sólo iba donde mi tía, y al colmado.
Veía varios chicos y chicas pasando, y a veces me daban deseos de hablar con ellos, conocerlos, pero me daba mucha vergüenza, pues era tan tímida.
Me sentaba todos los días libres en la galería de mi tía, y sólo veía las personas pasar. Nadie me hablaba, sólo los mayores que saludan no se si por compromiso o que, y decían -buenas tardes vecina, como le va, pero no era más de ahí.
Y así eran mis días, nada interesantes, mi celular se había dañado y no tenía como conectarme a las diferentes redes (Facebook, whast app, etc.)
Pasados los días, un chico que tenía una peluquería casi al frente de mi tía cuando pasaba me decía -Hola. Y yo le respondía con otro Hola.
El fue el único de todos los que pasaban que me había saludado. Un día nos encontramos en el colmado y pasamos palabras.
Entré al colmado y no saludé porque había entrado varias veces:
- Cuando uno llega a un lugar se saluda. _Me dice_ (sólo pensaba, que estúpido porque dijo eso)
-Disculpe, es sienta había entrado. _Me respondí con sarcasmo_
-Pero yo no estaba aquí cuando entraste ¿cierto?
-Si, cierto, ya sé para la próxima.
-Gracias señorita, adiós.
El que vende es mi amigo y me dice:
-jajaja no le hagas caso manita.
-¿Cómo se llama ese idiota? _le pregunto_
-Deibi -me dice- ¿Porqué? ¿Te gusta? _me dice en plan broma_
- No, con lo estúpido que es.
-jajaja está bien manita.
Luego de eso nos encontramos unas cinco veces en el camino, y el sólo me miraba con esos ojos hermoso que le brillaban.
Lo busqué en Facebook, me conecté del celular de mi madre sólo para eso. Me Di cuenta de que habíamos hablado hacía años, por lo cual capté que me había hablado hace unos días porque me conocía. Decidí hablarle por Facebook
-Hola deibi.
Esperé casi 1 hora y no respondía, y me desconecte.
Decidí volver a conectarme en la noche porque vi que llegó a su casa (éramos vecinos y no me había dado cuenta)
Respondió, no se porque me sentí tan felíz.
-Hola señorita asslin, ¿Cómo está?
-Muy bien señorito ¿y usted? _respondí_
- Me alegro, yo bien. ¿Y que haces?
-Aquí aburrida en casa. _(Como siempre pensaba dentro de mi)
-¿Quieres que te visite?
Mi mente decía: dile que si. Pero por otro lado, me decía NO. Para no hacerlo sentir mal, le dije:
-Hoy no, mejor otro día.
-¿Cuándo? ¿Mañana está bien?
-No, mañana no estaré en casa. _mentí_
-Pues ¿el viernes?
-Sí, el viernes está bien.
-Perfecto señorita, el viernes será...Este chico me ha enseñado, que no debo juzgar sin antes saber el porqué de las cosas.
ESTÁS LEYENDO
Para el que sabe querer.
Teen FictionHistoria que narra los sucesos que pasó una adolescente, los golpes que le dio la vida, y como resistió a ellos.