Única parte.

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Sabes que te has enamorado cuando no puedes estar ni 5 minutos sin hablarle, sin preguntarle como fue su día o cómo se siente.

Sabes que te has enamorado cuando te das cuenta que no hay sonrisa más hermosa que la suya, cuando su risa te parece el sonido más precioso que alguna vez has escuchado.

Sabes que te has enamorado cuando suspiras por esa persona, cuando aparece en tus sueños y te hace sentir la persona más especial del mundo.

Sabes que te has enamorado cuando en tus planes sobre un futuro aparece esa persona.

Entonces llega un momento donde sonríes sólo por el hecho de escuchar su voz o de sólo mirarle; te sientes afortunado de presenciar la perfección hecha persona.

Sabes que está mal enamorarte así de alguien, entregar tu corazón a una persona que quizás no te valore o lo rompa, pero no puedes evitarlo. No puedes evitar sentirte atrapado, atrapado por sus ojos.

Así me sentía yo cuando la veía, cuando sonreía o cuando contaba alguno de sus malos chistes. Me sentía realmente afortunada de tenerla, quizás no de la forma en la que esperaba, pero me alegraba tenerla cerca.

Ella tomaba mis manos entre las suyas y no podía evitar ponerme nerviosa de alguna forma. Era estúpido porque se daba cuenta al instante y claro, creía que era porque su mejor amigo estaba cerca. No, no sospechaba que ella era quien me ponía nerviosa, casi ansiosa.

¿Alguna vez han escuchado que el amor es ciego? Demonios, claro que lo era. El amor es muy ciego.

La chica de la cuál estaba perdidamente enamorada, amaba a un patán. Alguien que no la merecía, aunque la verdad es que nadie la merecía. Ella era un ángel.

Yo los observaba caminar por los pasillos de la escuela, la ojiverde siempre estaba junto a su mejor amigo Josh. Su novio, Charlie, le guiñaba el ojo a cuanta chica pasaba. Todas se derretían por él, excepto yo, yo me derretía por su novia.

Lauren se acercaba a mí y me abrazaba, podía oler su cabello, sentir su cálido cuerpo juntarse con el mio.

Podía sentir como nuestros corazones latían en una misma sintonía.

Nuestros cuerpos se unían como piezas de un rompecabezas, tal y como si hubiesemos nacido para estar juntas.

Solía mirarme a los ojos y besaba mi frente, yo atribuía eso como una muestra de afecto, de protección. Le oía hablar con atención, sonriendo de vez en cuando. Me preguntaba sobre mi día aunque no tuviese mucho que contar, me escuchaba con atención.

Minutos luego se iba con Charlie a la clase que compartían juntos. Yo lo odiaba porque estaba con ella, pero también me alegraba porque la hacía feliz y eso me hacía feliz a mí.

¿Alguna vez han escuchado sobre las personas que se creen dueños de una persona y le tratan como una cosa? Así era Charlie, se creía dueño de Lauren y la engañaba siempre.

Recuerdo que una noche mientras estabamos en una fiesta, todos bebían a excepción de mí. Odiaba el alcohol, era repugnante, pero Lauren lo amaba tanto como a Charlie. Cada vez que bebían se ponían cariñosos y no era algo fácil de ver, pero ese día era distinto. Ellos empezaron a discutir hasta que Lauren le dio una bofetada a Charlie. Unos minutos después me estaba suplicando que nos fueramos, evité que conduciera y le hice prometer que siempre me llamaría cuando estuviese borracha para recogerla. Ella me juró que no lo haría nunca y yo... le creí porque la amaba.

Terminaron unas horas luego de esa pelea, yo no comprendía que sucedía exactamente pero no planeaba refutar, me alegraba la noticia. Pero aún quería saber la razón y ella lo aclaró una semana después.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2018 ⏰

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Consequences - Camren One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora