Capítulo 11

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CAP. 11

Val aprendió de forma directa y temprana que, en el Agujero, no estaba segura. Solo pocas personas confiaban en ella, si es que a esa amabilidad se le podía llamar confianza. Digamos que, simplemente, no deseaban matarla.

Su primera semana entendió que deambular sola por un laberinto de túneles donde puedes encontrar a cualquier no era una buena idea. Así que se aseguró de ir acompañada siempre de alguien, ya fuera Troy o Emmy, las dos personas que más congeniaban con ella. Trueno la saludaba también pero desde su charla en la azotea no había vuelto a hablar con él y de eso ya habían pasado tres días. Tuvo la necesidad de contarle lo que Ball le había hecho pero no quería causar más problemas así que se calló, aunque su brazo aún estaba amoratado, con los dedos marcados alrededor de él. Había perdido peso y aun no se había dado una ducha aunque Emmy le prestó algo de ropa que le estaba ligeramente grande.

- ¡Tenemos arriba una habitación llena de ropa así que, más tarde, subiremos a buscar algo para ti! – le informó Troy con simpatía. Era realmente agradable aunque su timbre de voz, a veces, la enervaba. Pero tenía un aspecto tan jovial e inocente que era incapaz de ser borde con él.

- Gracias, Troy. Estás siendo muy amable conmigo – dijo ella sonriendo.

- ¡No es amable! – susurró una voz tras ella. Se sobresaltó y al mirar no reconoció a la joven. Tenía el pelo corto, como los chicos y de color castaño oscuro. Sus ojos eran azules, los más claros que había visto hasta entonces por allí, puede que incluso llegaran a ser igual de claros que los suyos - ¡solo quiere verte mientras te cambias de ropa! ¡Es un pervertido!

- ¿Cómo puedes tan retorcida, Collie? – ironizó Troy - ¡no iba a ser yo quien la acompañase! Había pensado que quizás Crystal o tú... Emmy está ocupada con Howard, ayer se torció un tobillo y necesita su ayuda.

- Claro. Yo la acompañaré, no te preocupes. Por cierto, soy Collie. – se presentó con una sonrisa algo forzada.

- Hola – saludó Val convencida de que las intenciones de aquella chica eran buenas.

Mientras Collie acompañaba a Val al piso superior a través de la sala de contadores Trueno charlaba sobre algunos problemas en la vigilancia con Ball. Se había encargado personalmente de que Troy acompañara a Val durante aquellos días en los que él no podía vigilarla y en, cierto modo, estaba tranquilo. Discutía sobre la necesidad de doblar la vigilancia en los edificios colindantes cuando algo llamó su atención. Una voz aguda y molesta desvió su atención, la reconoció enseguida así que giró la cabeza en busca de Troy, que entraba en la Sala charlando con Howard, que cojeaba apoyado del brazo de Emmy. Esperaba ver la pequeña silueta de Val tras ellos, con su pelo prácticamente blanco y su piel ligeramente bronceada, moviéndose como una gacela entre una manada de leones, esperando ser engullida en cualquier momento. Esperó pacientemente unos segundos pero no la vio y eso le hizo estremecerse. Obviamente Ball no le había contado nada sobre sus planes para acabar con la chica pero desconfiaba de él de manera automática, como si ser cruel fuese algo innato en Ball y que había que tener en cuenta en cualquier situación. Por fortuna Ball estaba con él así que, al menos, su principal preocupación no era posible. Pero aun así había muchas más amenazas. Instintivamente se levantó ante la mirada confusa de Ball, que estaba hablando.

- ¿dónde vas? – preguntó enojado por su falta de atención.

- ¡Troy! – gritó Trueno mientras se acercaba -¡Te dije que no te separaras de ella!

- ¿Qué? ¡Oh, no te preocupes! Collie la ha acompañado arriba, donde guardamos toda la ropa.

Trueno sintió un escalofrío. Si había algo peor que Ball era Collie y el resto de chicas. Val había recibido muchas atenciones desde que había llegado, puede que más que cualquiera de ellas y eso era un insulto al que tenían que responder. Obviamente nadie le diría nada a él por ser la figura autoritaria pero no tendrían ningún problema en hacerle entender a ella lo mucho que la odiaban. Y aquel era el momento perfecto, estaba sola y desprotegida, el inútil de Troy les había dado al cerdo en bandeja y ellas se iban a cebar.

Teoría del sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora