Un par de gotas de sudor frío caían sobre mi frente, estaba inquieta, no podía aguantarlo más. Cuando entonces....
-Señorita vigueras, ya puede pasar. (Decía maría, mi psicóloga)
Aquella sala era un poco extraña, pero no le di mucha importancia, me senté en un sillón recostado de piel sintética y me dispuse a estar lo más tranquila posible.
- Bueno Paula, he de felicitarte, has progresado mucho desde la última vez que te vi, enhorabuena. (decía mi psicóloga)
El caso fue tal que , estaba con Jesús montando a caballo, este dió un giro muy brusco y me caí. Quedé en coma durante unas horas, hasta que al final desperté.
No recordaba a nadie, pero los médicos me dijeron que podría estar días, semanas o incluso meses para recordarlos a todos, en especial a mi novio, Jesús.
-María,sinceramente,creo que no volveré a recordar a Jesús nunca más, ya no siento nada, por mucho que sea mi novio .No le recuerdo y le veo muy triste porque él parece enamorado.
Tranquila Paula, ya verás como todo este tratamiento funciona y todo sale bien.
Salí de la sala, sudaba demasiado. Lo había pasado fatal, pero tenía que hacer un esfuerzo por recordar a Jesús. Tenía que hacerlo