I wish you liked Girls • Taegi

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I wish you liked girls

"Creí que eras todo lo que había soñado y más de lo que necesitaba, pero te gustan los chicos y no yo, siempre pensé que me veías de forma diferente que a cualquiera que mirabas, creí que morías por verme y las muchas posibilidades, pero te gustan los chicos y no yo"

-Abbey Glovey; I Wish You Liked Girls

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Yoonji no sabía bien cómo fue que se enamoró de su mejor amiga, al principio solo le parecía fascinante la manera tan agraciada de su andar y la manera en que se vestía, siempre tan extravagante pero hermosa, pronto comenzó a mirarla más de lo normal en clases, le parecía realmente tierna la imagen de su amiga con el lápiz entre los labios mientras resolvía ejercicios de matemática con especial concentración, luego se dio cuenta de que sentir su cercanía le era muy reconfortante y que pasar madrugadas hablando de cosas banales en el techo de su casa era una de sus cosas favoritas y en un entremedio de verla en sus clases de canto demostrando lo talentosa que era y un beso robado no tuvo tiempo de ver lo mucho que había caído.

Taeyeon era la viva imagen de algo sublime, de aquello que no podía describir con palabras porque le quitaba el aliento. Con largas piernas, una más que bella proporción de sus pechos a cadera, clavículas marcadas, rasgos faciales finos perfectamente alineados, cabellos castaños, lacios y largos siempre en una coleta, expresivos ojos marrones con un brillo especial y su sobra de talento, podría conquistar el mundo, como lo había hecho con el corazón de su mejor amiga.

Cualquiera se sentiría pequeño alrededor de la castaña, Yoonji no era la excepción, ella creía ser muy normal e insulsa a su lado, con un cuerpo carente de curvas, una corta melena lacia color negro, ojos gatunos, piel pálida como porcelana y rostro poco expresivo no se creía merecedora de estar al lado de Taeyeon, por supuesto que aquello no evitaba que quisiera dedicarle todas y cada una de las canciones que escribió pensando en ella en las tardes lluviosas en que se quedaba en casa jugueteando con el viejo piano de su padre.

La pelinegra se preguntaba todo el tiempo como había sucedido todo. Aún recuerda como a la corta edad de 10 años cuando conoció a Taeyeon había pensado que ni siquiera las bellas princesas de Disney eran tan bellas como ella.

Cuando se hicieron amigas todo era tan inocente, ambas pasaban sus tardes libres juntas jugando a las muñecas, al avioncito o saliendo a pasear en sus bicicletas por el vecindario, con el paso del tiempo y conforme la adolescencia se hizo presente, Taeyeon comenzó a desarrollar interés en los chicos y las pequeñas fiestas de fin de semana a las cuales la arrastraba con la excusa de que sin ella no sería lo mismo.

Su amistad iba tan bien y aunque ambas eran en extremo diferentes se complementaban a la perfección, Taeyeon era la luz de los días de Yoonji, la que evitaba que se encerrara en sí misma y se convirtiera en una completa antisocial, la que le hacía ver el lado alegre de la vida y la que le incitaba a experimentar sentimientos nuevos mientras que Yoonji era la que mantenía a Taeyeon con los pies en la tierra y le daba ese toque tranquilizador que a veces era necesario en su hiperactivo mundo.

A veces Yoonji creía ver algo especial en los ojos de Taeyeon cuando estaba con ella, a veces quería creer que tal vez está la miraba de la misma forma en que ella lo hacía, quería creer que tal vez, solo tal vez si lo creía con todas sus fuerzas algún día ambas podrían caminar tomadas de la mano, podría tener su primer beso con la persona a la que amaba y ser muy felices juntas pero de nuevo, todo era una simple fantasía, solo podía desear que a la otra le gustaran las chicas, porque claramente le gustaban los chicos.

"Todo lo que sube tiene que bajar" Esa era una de las frases que más mantenía presente la pelinegra y lo podía observar en muchos aspectos, tenía la pequeña esperanza de que esto no se aplicara a su amistad pero cuando Kim Seok Jin apareció en escena sus ilusiones se fueron por la borda.