Capítulo 31

56 6 0
                                    

   Despierto entre los brazos de Michael, nunca me imaginé que fuera tan bello despertar así.

   Dejo un delicado beso en sus labios y me incorporo. Sus ojos se van abriendo con lentitud.

   -Buen día- saluda- ¿Cómo dormiste?

   -Con los ojos cerrados- río.

   -¿Se despertó graciosa señorita Jackson?- dice con ironía.

   -¿Se despertó con mal humor señor Jackson?- respondo entre risas.

   Me pongo de pie y camino hacia el baño. Luego de lavar mi cara, cepillar mis dientes y peinar mis cabellos, salgo del baño con una sonrisa mañanera.

   Él ya estaba esperando vestido por mi. Luego de ponerme mi ropa, ambos abandonamos el hotel para ir a desayunar a algún bar.

   Con los labios encorvados en una sonrisa y la panza llena, salimos del bar. Él condujo lentamente hacia casa.

   -¿Liz? -exclama luego de abrir la puerta- Llegamos.

   -Bueno- nos recibe con ambas manos sobre su cintura- Veo que por fin llegan- sonríe luego de un rato- ¿Cómo les fue?

   Ambos nos miramos y asentimos con la cabeza, como buenos cómplices que somos.

   -Iré a tomar un baño. Sigan sin mí- escucho a Michael y, por un momento, quise detenerlo, sin importar la presencia de Liz y besarlo.

   -Ven, vamos a la cocina- Liz pasa una mano por mi espalda empujándome hacia allí. Giro mi cabeza y veo a Michael subir las escaleras con una sonrisa en su cara.

   Me siento en una banqueta alta mientras ella caminaba de un lado al otro preparando la cena de esta noche.

   -¿Por qué tantos preparativos?- pregunto. No era normal desplegar semejante cena sólo para tres.

   -¿Sabes qué día es hoy?- esa pregunta me desconcertó.

   -¿Viernes?- vacilo.

   - No, es sábado y es mi cumpleaños- la miro sorprendida y corro a abrazarla mientras le besaba la mejilla y le deseaba un feliz cumpleaños- Esta noche vendrán a comer amigos de tu padre para festejar mi cumpleaños- siguió explicando una vez que la solté-, yo le dije que no quería nada, pero él insistió.

   -Creo que debería ir a descansar para estar bien está noche- propongo.

   -Me parece bien, vas a necesitar energía para aguantar los celos de tu padre al verte con Manuel.

   -¿Él vendrá?- expreso como, si ver a mi novio, fuera una molestia.

   -Sabes que su padre y el tuyo son buenos amigos- bufo por lo bajo, doy media vuelta y salgo de allí dando pequeños saltos y sacudiendo mis cabellos.

   Luego de subir las largas escaleras, llego al segundo piso jadeando. Me recargo contra la pared e inhalo una bocanada de aire. En eso, veo a Lisa salir de la habitación. Le dedico una sonrisa forzada a modo de saludo y ella solo me mira con desprecio.

   Michael sale tras de ella, estaban organizando las cosas para esta noche, seguramente. Entro a mi habitación, prendo el celular, hace mucho que no lo prendo. Tenía varios mensajes de Manuel.

[01:23 p.m.] Manu: "Hola amor, ¿cómo estás?"

[01:30 p.m.] Manu: "Yo estoy aburrido, te extraño"

[02:15 p.m.] Manu: "¿Pasa algo que no me contestas?"

   Piensa que estoy enojada por no contestarle, no quiero que piense eso, lo quiero mucho como para hacerle pensar eso.

[05:18 p.m.] Yo: "Hola amor, estaba en el centro preparando las cosas para el cumpleaños de Liz esta noche. Perdón por no contestar, estuve muy ocupada."

   Esto era raro, nunca le había mentido, pero me vi con la necesidad de hacerlo. Por suerte, al rato llegó su respuesta.

[05:19 p.m.] Manu: "Hola linda, no puedo esperar a verte esta noche. Ya quiero volver a besarte."

[05:19 p.m.] Yo: "Yo tampoco puedo esperar."

[05:20 p.m.] Manu: "Nos vemos esta noche, linda."

[05:20 p.m.] Yo: "Chau."

   Guardo el celular y salgo de la habitación para buscar toallas limpias del cuarto de lavado. En el camino me choco con Lisa, venía por el pasillo en bata y pantuflas.

   -¿Qué, acaso no me ves?- exclama enojada.

   -Lo siento- murmuro entre dientes poniendo mis ojos blancos.

   Sigo mi camino, busco una toalla rosa que olía a flores y vuelvo arriba. En el camino me cruzo a Michael, este me mira fijo, sabía que no podía tocarme estando bajo este tejo y bajo el permanente cuidado de Lisa.

   -Controla a tu damisela en apuros, no creo poder aguantar otro de sus malos tratos- advierto.

   -¿Qué piensas hacer? ¿Encerrar al príncipe en una torre alta, alejada de todo el mundo? Es buen plan, en cuanto la princesita decida venir conmigo- sé a que se refería.

   Me acerca a él y me abraza, siento su aliento sobre mi oído y sus manos deslizar sobre mis muslos.

   -Está Lisa, podría vernos- susurro en su oído.

   -¡Michael! ¿Qué haces?- escucho su voz aguda gritar desde la habitación de ella.

   -Tranquila- intentó calmarla.

   Ella viene caminando hacia nosotros, lo mira a Michael con cara de enojada y este no tiene más remedio que irse a la habitación. Luego me mira a mí, me tocaba la peor parte.

   -Te lo dije el primer día que viniste y te lo digo ahora: eres una zorra- revoleo mis ojos desafiándola y ella prosigue enojada- Escucha una cosa, aléjate de Michael, por tu propio bien. Él me ama a mí y eso no va a cambiar. Por eso, por tu propio bien, vas a sufrir a su lado, nunca te va a amar. Aléjate de él y evitate sufrir.

   -Gracias por el consejo, mamá osa- digo entre dientes con cierto sarcasmo.

   -¿Cómo me llamaste?- voltea y me dirije una mirada fulminante.

   -Nada, un apodo. ¿Suena lindo, no?.

   -Lo que sonará lindo será cuando Michael te diga que me ama más que a tí. El sonido de tu corazón partiéndose en pedazos, eso sonará hermoso- ríe malevolamente y sale del lugar. Podría jurar que, sobre su cabeza, se le azomaban cuernos como los de Maléfica.

Adoptada por. . . ¿accidente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora