Capítulo 8.

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Salgo de alli corriendo, corro hasta no poder más, no me dirigo a ningún lado, simplemente corro sin destino.

Llego a la puerta del porche de mi casa y lo observo sin poder respirar. Me siento en el porche, no quiero entrar eso sería peor.

Las lágrimas caen por mis mejillas como si fuera una carrera de todas ellas.

-¿Qué haces aquí?- mi hermano aparece por la puerta. Me seco las lágrimas corriendo.

-Nada, no quiero entrar en casa, nada más.

-¿Es por el divircio?- esto último lo dice sin ningún tacto, pensando que no me dolería.

-Sí, Mike sabes que sí.

-Alice, sabías que iba a pasar, tú misma lo decías.

-Ya, pero ahora me importa de verdad.

Mi hermano me mira con la cabeza gacha, al parecer a él también le fastidiaba lo del divorcio, no me lo esperaba.

-No es sólo por eso- digo al fin.

-Ya se lo que te pasa, ¿es ese chico con el que te despediste ayer verdad?

En ese momento se abre la puerta del porche y aparece Eric. Qué oportuno.

-Hablando del rey de roma- susurró mi hermano divertido.

-Sabía que estarías aqui- dice mientras se sienta con nosotros.

Eric obseva a mi hermano y este incómodo se presenta.

-Soy Mike, el hermano de Alice- dice sonriendo.

Eric solo asiente y se forma un silencio incómodo, demasiado.

-Bueno, yo me voy, que me están esperando- dice Mike mientras me guiña un ojo.

Nos quedamos solos. Eric no me quita la mirada de encima.

-Te dije que no tenía ganas- digo cabizbaja.

-Ya- dice seco, con la mandíbula apretada.

-Entonces, ¿qué haces aqui?

-Quiero que me expliques que te pasa conmigo.

Nada es para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora