Dance

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-¿Por qué no regresa a casa, von Bielefeld?-pregunta uno de los soldados al ver su semblante decaído.

Se encuentran sentados en los lindes del bosque que rodea la Torre Bielefeld, tomando un receso de trabajo. El mazoku realmente desearía no estar allí; quiere llegar al castillo: ver a Yuuri, quien se supone, debe llegar hoy, pero especialmente a su hija Greta. Ha estado yendo y viniendo de Pacto de Sangre a las tierras Bielefeld en los últimos meses, ha descuidado un poco a Greta y la extraña demasiado. Si bien, en teoría la importancia del evento al siguiente día radica en Yuuri y él.

-Mañana es muy importante, no creo que llegar con un día de antelación le haga daño a alguien.- Al notar la vacilación del ex príncipe, agrega- La princesa debe extrañarlo.

Eso lo decide. De un salto se pone de pie y mientras llama a su corcel, limpia el polvo de su uniforme. -Creo que tienes razón.- Cuando llega, se sube y ordena para todos- Me iré al Castillo Pacto de Sangre, si Lord Waltorana pregunta por mi, diganle a donde me dirijo.

No espera oír su respuesta cuando ya esta a galope. Atraviesa el territorio Voltaire en un tiempo que en teoría, debería tomar cerca de ocho horas, logra que sean seis. Al llegar al Castillo y atravesar la entrada le recibe Conrad con su ya no tan fastidiosa sonrisa de suficiencia.

-Yuuri no está, se marchó hace una semana, vuelve mañana al amanecer.- Al ver que su buen humor decae, agrega: -Greta llegó ayer, está en su habitación.

-Gracias, Conrad.- Después de tanto, ya no puede seguir diciendo que lo odia. Se aleja de él, recorre los largos pasillos del palacio, saludando a algunos sirvientes que encuentra en su camino. Al llegar a la habitación esperada, entra sin tocar.

La encuentra dando vueltas sin un ritmo aparente, girando de un lado al otro, tarda un rato en darse cuenta que es un intento de vals. Parece no ser consciente de su llegada, así que la interrumpe:

-Mmm, ¿Greta? Querida, soy yo.

-¡Papi!- se detiene a medio giro y corre hacia donde esta. Se impulsa, salta a los brazos de Wolfram con gran efusividad y lo abraza. El rubio siente su corazón hincharse de felicidad por la alegría de su linda hija.- Te extrañé tanto, tanto.

-Y yo a ti, Greta. He estado tan ocupado que te descuidé, lo siento.

-Está bien, Wolfram; lo entiendo.-la sonrisa que Greta le dedica lo único que logra es aumentar su culpa.

Te vi bailando...- comienza, pero apenas pronuncia esas palabras, la niña se avergüenza. Lo suelta y se aleja un poco.

-Sé que no lo hago muy bien pero...

-Lo haces bien -miente- sólo necesitas practicar un poco más.

-¡Pero no hay tiempo!

-¿Ehhh? ¿Tiempo para qué?

-¡El baile! ¿¡No lo habrás olvidado!?

-¡Claro que no lo olvidé! Pero, ¿por qué es tan importante que sepas bailar mañana?

-Porque -comienza con la misma paciencia que el rubio le dedica a Yuuri- soy la princesa, no puedo hacer pasar vergüenzas al Maou...

-Él se avergüenza demasiado bien él solo...

-...ni a ti.- Ella no parece ser consciente de lograr derretir su orgulloso corazón.

-Greta, escuchame bien... Tú eres mi orgullo, nunca, nunca me podrías avergonzar. Te consideró mi hija, y por la manera de hablarme, quiero pensar que me ves como un padre.

-Claro que si, a pesar de ser la hija ilegítima falsa de Yuuri- ambos se ríen recordado como llegaron a eso- tú eres el que está conmigo siempre. Los quiero y los necesito a los dos, pero tú me enseñas todo.- Greta desborda ternura cuando intenta convencer de algo, y ésta no es la excepción- ¿Me puedes enseñar?

-¿A qué?

-A bailar. Eres realmente bueno en eso, igual que en todo.

-Mmm- Él duda; si es sincero, está agotado, ha sido un día pesado, necesita descansar, al igual que un baño, tiene hambre...

-Por favor, papi, por favor.-una de las pocas cosas que le son irresistibles es que le llame papi. En fin, puede dormir después.

-Claro.

*******************

-Lo estás haciendo perfecto.- le susurra cuando la alza en brazos durante un paso libre, lleva puesto un traje blanco, dándole más que nunca la apariencia de un ángel. El salón principal está abarrotado de todo el reino, no podría ser de otra forma en un día tan especial. La baja y se separan con una última reverencia y un gesto de aprobación de su padre.- ¡Lo hiciste genial!

-Wolfram tiene razón- comenta Yuuri acercándose con un traje negro, en perfecto contraste con su ahora consorte.- Hoy más que nunca eres una princesa.

-Gracias- lo abraza, y queriendo darles privacidad, se retira. Wolfram lo mira y no puede dejar de agradecer, por Yuuri y por Greta, quien aún con su dura infancia, logra amarlos. Los dos esposos escuchan el comienzo de una nueva pieza y unen sus manos para comenzar.

-Vaya, no sabía que Greta bailaba tan bien.-comenta el Maou.

-Es una de las muchas cosas que no sabes.- Contesta sin realmente reprochar. La sonrisa que le dedica a Yuuri es signo de lo dichoso que se siente. Y ni el hecho de ver a Greta bailando con un joven de, en apariencia, la misma edad que ella, puede opacarla.

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⏰ Última actualización: Jun 19, 2022 ⏰

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