Teoría del sueño

Capítulo 26

CAP. 26

Estaba Austin descansando en el sofá de la habitación de Val cuando un fuerte alarido lo despertó. Dio tal salto sobre el asiento que casi cae hacia atrás. Se acercó a la puerta y se asomó al pasillo. Había un gran revuelo en torno a una habitación que había más a la derecha. Un gran número de médicos entraban y salían murmurando cosas y con expresión de sorpresa. ¿Qué estaba pasando? Al fijarse más detenidamente en el bullicio vio a aquel matrimonio que conoció en el ascensor... ¿Cómo se llamaban?... ¡Doyle! Recordó. Harry y Jane.

Tenía curiosidad por saber qué pasaba. Estaba seguro de que no era nada malo porque los rostros de ambos estaban llenos de... esperanza. Les brillaban los ojos. Se acercó a ellos con precaución, no quería ser impertinente.

- ¡No puedo creerlo! – exclamó Harry mientras su esposa se limpiaba las lágrimas - ¡Dijeron que era imposible!

- Hola – saludó Austin - ¿Va todo bien? He oído mucho ruido y me he preocupado.

- Oh... - dijo Jane entre sonrisas – nuestro querido Joseph... ha despertado.

- ¿Después de dos años? Es un auténtico milagro. ¡Enhorabuena! – dijo Austin abrazando con verdadero afecto al matrimonio – ¡Me alegro muchísimo!

Austin estuvo allí un rato hablando con la familia del joven. Estaba realmente feliz por ellos y además eso les daba esperanzas a ellos mismos porque si aquel chico había vuelto después de tanto tiempo ¿quién decía que Val no podría? Era una gran noticia para todos.

Caía ya la noche cuando Gwen fue a ver a Val. La chica estaba igual aunque en las últimas horas había padecido de una ligera taquicardia y además le había subido la tensión mucho. No le dijo nada a Austin para no preocuparlo porque no eran cosas demasiado graves aunque por supuesto estaría muy pendiente de su estado en los próximos días.

- Hola Austin – dijo Gwen cuando el joven salió del baño. No esperaba ver allí a su novia porque se sorprendió - ¿Cómo estás?

- Bien... ehmm... ¿Has oído lo del chico ese del final del pasillo?

- Joseph Doyle – dijo ella con una gran sonrisa - ¡madre mía! He llorado cuando he ido a verlo y lo he visto con los ojos abiertos. ¡Ese chico es increíble!

- ¿Crees que Val podría tener tanta suerte?

- Eso espero – respondió ella colocando la mano de Val sobre la cama de nuevo – por cierto, tengo que darte una noticia.

- ¿Otra más? No me vayas a decir ahora que son gemelos porque ya me tiro por la ventana.

- No, tranquilo. En realidad ni siquiera hay uno – dijo ella sonriendo – hace un momento en el baño me ha venido el periodo. Siento haberte asustado pero estaba un poco cagada.

Austin se mareó ligeramente pero disimuló lo mejor que pudo hasta que llegó hasta

encantaría ser madre y si llegara el momento y fuese contigo muchísimo mejor

- ¿Y tus padres? – preguntó ella al ver que él no decía nada.

- Vienen hacía aquí, entonces ¿No vamos a ser padres?

- No – dijo ella con una media sonrisa – no me malinterpretes. Me pero somos muy jóvenes.

Gwen se acercó a él y se sentó sobres sus rodillas.

- Es lo mejor, la verdad. No te cabrees.

- No me cabreo Austin...

Un ligero tintineo alertó a Gwen, que dejó de mirar a Austin para girarse y mirar al monitor donde Val estaba enchufada. Se levantó y salió corriendo para llamar a sus compañeras.