Única Parte

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¿Por qué la amaba? ¿Por qué a ella? Eso se preguntaba todas las noches antes de consolidar el sueño pero nunca lograba responderlas. Todas las mañanas esperaba con ansias cerca de la ventana y la observaba. Hermosa y elegante ¿Cómo es posible?

El viento jugaba con su cabello castaño desordenando cada perfecto mechón mientras sonreía y su cuerpo se recostada sobre el césped, ella se divertía jugando con su viejo pastor alemán como una niña pequeña, tan hermosa.

Esa mañana, ella tocó a mi puerta, la emoción me recorría como un niño pequeño.

Tan hermosa con un vestido sencillo y un broche que decoraba su cabello, ella sonrió como siempre lo hacía, tan linda, tan respetuosa, era mi chica ideal, perfecta para despertar cada mañana, para tomar su mano y que esta esté decorada con un anillo de bodas, Jennie Kim era perfecta.

Pero había un pequeño detalle que no podía pasar por alto y que maldecía con fuerza.

—Traje su ropa, mandé a su fiel Nidel al veterinario como lo ordenó mi señor—

Ella era una empleada..

—También mande a traer sus cosas de la casa de campo y...

Ella seguía hablando, una y otra vez pero no podía escucharla ¿Por qué se tenía que comportar de esa forma? Eso me molestaba más de lo que podía soportar.

Odiaba que ella me tomara con indiferencia, mi sangre hervía, eso me enfurecía. Apreté mis manos con fuerza tratando de control mis sentimientos

—Quiero mi tina caliente—

Ella se sorprendió al ser interrumpida de esa forma. Tan repentino, tan serio.

—¿S-señor?—

—Mi tina ¿No escuchaste?—

Asintió desviando su mirada, caminó pasándome de largo pero sabía que se daba cuenta de mi mirada sobre ella.

El agua salía, la pequeña castaña acomodada todo a su alrededor, los jabones acomodados dentro de pequeños jarrones colocándolas sobre el mármol, mi exquisita loción que acomodaba a mi alcance, mi hoja de afeitar colocándola a un lado del espejo, abría espacio entre los jarrones de flores que cambiaban cada mañana, desdoblaba las toallas y colgaba la que el castaño solía utilizar.

—Está todo listo—

La ignoro..

— ¿En qué momento dije que podías irte Jennie?—

— Esta molesto—

— No.— Sonrió pero no era una sonrisa común como las que le dolía dar — ¡Estoy que me lleva el infierno Jennie!—

Había tomado los pequeños jarrones arrojándolos al espejo estrellándolo, no era una persona explosiva pero enserio detestaba sentir aquella indiferencia.

—¡¿Por qué te comportas así conmigo?!

—N-no comprendo señor—

—¿Por qué finges que nada pasó?— Susurré. —¿Por qué lo haces? ¿Por qué eres indiferente? ¿Acaso no significó nada?—

Silencio. Había un silencio que por primera vez me hizo dudar sobre mis sentimientos hacia ella. ¿Acaso no me amaba?

—¡Responde!—

—N-no

Podía ver su rostro lleno de lágrimas al borde de sus ojos, quería llorar pero no se lo permitía, odiaba que fingiera ser fuerte ante mí, odiaba cuando se comportaba de esa forma. Odiaba cuando se cerraba y no me dejaba entrar, odiaba no poder besarla cada mañana, odiaba verla y no poder abrazarla, odiaba estar cerca de ella y no poder expresar el terrible amor que sentía, odiaba solo recibir una sonrisa de cortesía y amabilidad de su parte desconociendo todo por lo que habíamos pasados, desconociendo aquella noche que la hice mía, aquella noche que le prometí amarla hasta el fin de mis días. Odiaba tener que esconder mis sentimientos por ella.

Jennie. ››Taennie‹‹  OneShot+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora