Capítulo V.- El Lado Oscuro de la Luna

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El Doctor volteó por una fracción de segundo para ver la puerta. Estaba a unos 100 metros, centrada en cuanto a su posición. Derpy y el teniente estaban al lado, trabajando en el panel de control. Justo cuando el cañón del Cyber-Executioner terminó de cargarse, el Doctor decidió la acción a tomar.

-¡DITZY, TENIENTE, CÚBRANSE!- Y se agachó justo cuando el proyectil de energía fue disparado. Este impactó contra la puerta metálica, destruyéndola.

Levantando la cabeza, el Timelord se dio cuenta de que el cañón de su enemigo estaba sacando chispas, mientras sus dos aliados salían de la parte trasera de un mueble cercano al lugar del impacto. Sin perder un segundo, él se puso de pie y corrió hacia la salida.

-¡¿QUÉ ESPERAN?! ¡SÍGANME!- Gritó cuando pasó al lado de la chica y el militar. Pronto, los tres estaban fuera del cuarto.

-¡CORRE COMO SIEMPRE LO HACES, DOCTOR!-El Cyber-Executioner tenía un tono burlón en su voz mecánica.-¡CORRE Y ESCÓNDETE, PERO APENAS TERMINE DE REPARARME IRÉ TRAS DE TÍ! ¡JA JA JA JA!

Si había algo que atemorizó alguna vez al Doctor, era el sonido de un Cyberman riendo.

Los tres pasaban a gran velocidad por el pasillo, pero Derpy notó algo raro: de todos los prisioneros salían nubes de humo blanco. Incluso creyó ver uno girando lentamente la cabeza.

-¡Doctor, creo que están volviendo a la normalidad!

-¡Me doy cuenta, Ditzy!-No sabía cómo superar esto. ¿De dónde obtuvo ese Cyberman tanto poder? No había forma de que pudiera repararse automáticamente, mucho menos actualizarse- ¡Teniente, ¿tiene idea de cómo consiguió el Cyber-Executioner esas habilidades?!

-¡Debió ser del Programa de Entrenamiento!- Respondió el hombre.- ¡Nuestro programa usa simulaciones de cada uno de los prisioneros, basándose en sus habilidades! ¡Y entre ellos tenemos a criminales magnéticos y Tecnópatas, así que...!

El Doctor giró los ojos.

-¡Luego te regañaré por las ineptitudes de tu prisión! ¡Por ahora tenemos que encontrar un lugar seguro!

El Teniente se detuvo en seco.

-En ese caso sígame, Doc.- Sin avisar, el militar se dirigió hacia un pasillo a su derecha. Sin decir nada, los otros dos lo siguieron.

Un minuto después, se encontraban en una habitación amplia, llena de computadoras y mapas. La luz roja de las alarmas inundaba el lugar. Apenas entraron, una compuerta de unos 75 centímetros de grosor tapó el único acceso

-¿Qué... es esto?-Preguntó la chica.

-Esto, señorita Hooves, es el centro de control secundario. Toda la estación puede monitorearse desde aquí. Y los Transportadores –Comentó mientras señalaba un conjunto de brazaletes con controles integrados.- nos pueden llevar a cualquier parte de la prisión.

Fue ahí cuando la vio. En una gran ventana, la superficie lunar brillaba con los rayos del sol. Y a lo lejos, girando muy lentamente, la Tierra en todo su esplendor. Antes de ver eso, dudó que el chico al que ayudó en verdad pudiera viajar al espacio, pues el lugar parecía un museo en cualquier lado del mundo. Sin embargo, esto lo cambiaba todo.

"No mentía", pensaba, "En verdad puede viajar por el espacio"

Tanto ella como el Doctor seguía admirando la sala, cuando una voz mecánica resonó en el cuarto.

"Descongelamiento completado. Gas TX-1 eliminado. Exhibiciones liberadas."

A eso le siguió un gran estruendo que parecía venir de todas las salas de la estación.

-¿Y dónde está el resto de los militares?- Preguntó Derpy.- Ya sabe, su pelotón.

-Mis hombres tienen órdenes de proteger las salidas en caso de una fuga. Todos están afuera.-Respondió con tristeza.

El viajero no sabía qué hacer. Era listo, pero hasta la inteligencia de un Timelord tenía límites.

Entonces notó los tubos en el techo.

-Oye, Stewart, ¿qué es eso?

-Oh, ¿los tubos? Sirven para transportar agua a todos los rincones de la estación. Ya sabe: baños, los dormitorios de los guardias... ya sabe, lo normal.

Una sonrisa se dibujó en la cara del Doctor.

-¡Oh, eso es brillante!-Exclamó.- ¡Stewart, me disculpo! ¡No es tan estúpido como creí!

-¿Perdón?

-Si lográramos... sí, eso podría servir. Aunque... no, no podría porque... ¡SÍ, ASOMBROSO! ¡MOLTO BENE!

-Doctor, ¿podría hacernos el favor de explicar su plan?- Comentó Derpy con hartazgo.

-Oh, sí. Verán: por lo que sé, el TX-1 es fabricado en estado líquido, ¿no? Como el gas sintético promedio.

-Correcto, Doctor.-El Teniente comentó, aunque no entendía el plan.

-Bueno, si pudiéramos tomar los botes del gas en su estado líquido y llevarlos a la sala donde contienen el agua de la estación, podríamos verter el compuesto en las tuberías.

-Pero si algo sé de química es que los compuestos gaseosos no tienen los mismos efectos en forma líquida.- Comentó la chica.

-¡Exacto! Pero si hacemos hervir las tuberías, el líquido se volvería gas. ¡Y entonces...!

-¡...entonces reventamos las tuberías y el TX-1 se esparciría por toda la prisión, congelando a todos de nuevo!

-¡Precisamente, Teniente!

Derpy no podía creerlo. ¡El plan sonaba perfecto!

-¡Teniente! ¡Usted conoce la estación como la palma de su mano! ¡Tome el Transportador y diríjase a donde sea que contengan el gas, y de ahí al depósito de agua! ¡Nosotros nos encargamos del resto!

-¡A la orden, Doctor!- Acto seguido, el hombre le quitó la empuñadura a su bastón, revelando un rifle disfrazado. Entonces tomó un Transportador, tecleó unas coordenadas, y desapareció.

Derpy dio saltitos, emocionada.

-¿Y ahora qué hacemos nosotros, Doctor?

-Usted se queda aquí, señorita Hooves.- Contestó.

-... ¿Qué? ¿Por qué?

-Nuestro inepto amigo tendrá problemas si se encuentra con el Cyber-Executioner en el camino.- Entonces tomó un Transportador y un pequeño comunicador.- Así que lo distraeré.

-¡¿QUÉ?!-Gritó la chica.-¡¿Está loco?! ¡Esa cosa lo matará!

-Y por eso te necesito aquí, Ditzy.- Agregó el Doctor.- Desde aquí puedes ver todo lo que ocurre en la prisión. Necesito que te vayas comunicando conmigo y me guíes. Que seas mis ojos en esta situación.

Derpy asintió, pero una nueva duda provocó que sus ojos se enderezaran.

-Espera... ¿guiarte a dónde?

-Necesito ir con la Prisionera Cero. Si fue capturada hace diez años, significa que aún no tenían la tecnología como para colocar sus habilidades en el programa de entrenamiento, haciendo imposible que el Cyber-Executioner conozca sus ataques. Además, ya oíste a Stewart: puede desbaratar cualquier aparato tecnológico. Si la convenciéramos de que nos ayudara, podríamos terminar con esto.

Ella lo vio como un loco peligroso.

Le caía bien.

***

El Doctor se paró frente a la puerta. Según Derpy, el Cyber-Executioner estaba en el cuarto donde habían dejado la TARDIS, como si esperara a que el dúo escapara por ahí.

-¡Oye, cariño! ¡Ya llegué!

En menos de un segundo, el verdugo del Doctor atravesó la pared, apuntando ahora su cañón de riel.

-¡Yyyyy ya me fui!- Entonces empezó a correr por un pasillo, justo antes de que alguna de las balas del cañón lo alcanzara. En su cabeza, el Doctor oía la voz de Derpy, dándole indicaciones: giro a la izquierda, vuelta a la derecha, criminal en el siguiente cuarto...

Todo eso mientras su perseguidor seguía disparando, sin poder darle ni una sola vez.

Decir que no hubo contratiempos sería exagerar: en un punto una pequeña explosión quemó parte de la chamarra de cuero que el Doctor seguía usando, por lo que se deshizo de ella. Por suerte, dicho incidente también retrasó al Cyber-Executioner, al caerle dos cables encendidos sobre su cabeza y electrocutándolo en el proceso.

Poco después, ante los ojos del Doctor, apareció la puerta que buscaba.

Él se acercó a la pequeña ventanita que estaba en ella para ver a la Prisionera Cero. Lo único que pudo observar fue a una figura encadenada, en el centro de una gran sala circular. Un ruido detrás lo hizo reaccionar: se estaba acercando, y rápido.

Sin perder tiempo, acercó su voz a un comunicador pequeño, arriba del panel de control.

-Escucha, no sé quién seas y no me importa lo que hayas hecho.- Dijo con desesperación.- Pero necesito tu ayuda. Hay una criatura que quiere atacarme, y solo tú puedes detenerla. Si me ayudas, te prometo tu libertad. Por favor, contesta.

Ningún sonido salió del comunicador, pero el de unos pasos resonó detrás de él

"¡Al diablo!"

Buscando en sus bolsillos, el Doctor sacó un objeto pequeño, parecido a una pluma. Su confiable Desatornillador Sónico, del cual casi se había olvidado, emitió su típica luz azul, acompañada del sonido vibrante que lo caracterizaba.

Sin perder un minuto, se puso al lado del panel y le apuntó con el aparato. La cerradura cambió su letrero de "Bloqueado" a "Liberado", justo cuando frente al Doctor apareció el Cyber-Executioner.

Y fue aplastado por la puerta cuando esta salió volando.

-¿QUIÉN ES AQUÉL QUE AMENAZA A MI LIBERADOR?- Gritó la prisionera. Estaba enfundada en una armadura color azul eléctrico con negro, con una larga cabellera igualmente azul, pero de un tono más oscuro. En sus ojos verdes se notaba una gran furia, y la espada que blandía a su lado lo confirmaba. Pero lo que más llamaba la atención eran las imponentes alas mecánicas que venían acopladas a la armadura, las cuales parecían hechas de cuchillas.

Sin embargo, lo que impactó a Derpy fue la voz.

-No... no puede ser... esa voz la conozco...

La mujer volvió a levantar la voz

-¡CONTESTA! ¡¿QUIÉN AMENAZA AL LIBERADOR DE LA GOBERNANTE DE LA NOCHE?!

Desde el cuarto de control, la chica de ojos bizcos parecía estar a punto de desmayarse.

"Es ella... la sub directora..."

-¡LEVANTAOS, VIL CRIATURA!-Gritó la mujer hacia la pila de escombros donde yacía el Cyber-Executioner, mientras el Doctor miraba detrás de ella.- ¡LEVANTAOS Y ENFRENTAD LA IRA DE NIGHTMARE MOON!  

Equestria Girls: Las Aventuras del Doctor y DerpyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora