Después de la lluvia

Fue una tarde de viernes, que vio el sol tras pasar por una tempestuosa mañana. Fue un auto color negro que llegó a mi vista, que llegó a la casa de al lado.

Por la puerta derecha de el asiento trasero vi salir a una chica, aunque no vi en ella una chica más.

Naturalmente me embelesar con su belleza, me deje guiar por mis instintos.

Su piel era trigueña, su cabello negro y rizado se deslizaba sobre la brisa, con la gracia con la que las hojas caen de los árboles. Aquella brisa era el último adiós de la pasada tormenta.

El resplandor del sol era débil, ella observaba las gotas de agua caer de las hojas de los árboles con la magia con la que yo la veía a ella. Poco tiempo después noté que una mujer  que aparentaba unos  38 años. Supuse que era su madre.

Mientras la chica caminaba accidentalmente dejó caer un libro, lo recogió rápidamente, y siguió su camino hasta la casa de al lado en la cual entró junto a quien supongo era su madre. Después de eso suspire y agradecí que el futuro sea tan incierto, que no exista o yo no conozca el orden en el que las gotas de lluvia al caen, por ser, y porque el fin de la lluvia marcó un nuevo comienzo.