Como una mujer

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Me encontraba esperando a Ebina-chan en el parque, ella había dicho que quería comprar unas cosas y que necesitaba mi ayuda, me pregunto de que tratara.
Mire mi celular y me di cuenta que llegue muy temprano, habíamos quedado a las 4:00, pero yo ya estaba aquí y todavía ni eran las 3:30, no se porque me apresure tanto en venir.

-O...oni-san!?-

Voltee y pude ver a Ebina-chan, con una increíble sorpresa, tal vez le sorprendió que ya estuviera aquí.

-Llego.....temprano. P..Perdón!, por el retraso-

La calme diciéndole que yo era el que había llegado temprano y que en realidad no llevaba mucho esperando. Ambos llegamos mas temprano que la hora acordada así que nadie había llegado tarde.

Nos dirigimos al centro comercial sin decir ninguna palabra, quería preguntarle que quería comprar, pero me sentía bastante consciente de la situación, ¿Como le hacía para hablar tan naturalmente con ella antes?. 

-Lle...Llegamos-

Mire el local y me di cuenta que estábamos en el mercado, específicamente en el área de verduras, así que se trataba de cocina.

Estuve ayudando a Ebina a escoger las mejores verduras, para un caldo que quería hacer, ella me contó que no esta acostumbrada a comer frutas y verduras, pero después de decirlo se arrepintió de sus palabras.

-!N..No..es que coma pura carne¡, es...es...es...-

Me reí al darme cuenta de lo tierna que se veía. Acaricié su cabeza para que se calmara, pero se alteró más. Se puso muy roja y dio varios pasitos para atrás, se tropezó con el carrito de una señora y tiro todo lo que había en este.

-E..Ebina-chan!-

Corrí para ayudarla, pero cuando extendi mi mano me di cuenta que había lágrimas en sus ojos. Su rostro me encogió el corazón, nunca la había visto llorar, ¿Se habrá lastimado?.

-Ebina-chan, te lastimaste?-

Ella intento pararse por si misma y me di cuenta que se había torcido el tobillo. La detuve para que no se cayera, y nos dirigimos a la farmacia del mercado.

Mientras pedía unas vendas, las enfermeras revisaban el pie de Ebina, eran realmente amables por habernos ayudado, pues ya que su trabajo solo consiste en vender medicamentos. Cuando su pie fue vendado, compre unos helados y le entregue uno. Ella se veía realmente triste, no me gustaba verla así.

-¿Te duele mucho?-

Dije mientras intentaba ver su rostro oculto por su cabello. Ella solamente lo negó con su cabeza, pero no dijo ninguna palabra.
Nos quedamos un tiempo en silencio mientras comíamos nuestros helados, no sabia que decirle. Pude darme cuanta que el helado de Ebina se estaba derritiendo, cosa que me sorprendió, siendo que ella realmente le encantaban.

-Ebina-chan, tu helado-

Ella lo miro, y lo siguió comiendo, ya no podía verla así.

-Que pasa?-

Ella me miro y pude ver sus cristalinos ojos.

-Lo siento-

Dijo mientras volvía a mirar al suelo, opte por no decir nada y dejarla hablar.

-Yo no quería que las cosas terminaran así, yo...quería dar mi mejor esfuerzo y ...con.. con..tratacar como había dicho Kirie-chan, pero todo me sale mal-

No entendí a que se refinería con contraatacar, y no sabía que le había dicho Kirie-chan.

-Yo, solamente quería que.......me vieras como una mujer!-

El silencio reino en el lugar, ¿Que había querido decir con eso?. Pude ver como el rostro de Ebina se encontraba totalmente rojo.

-!O..Olvida lo que dije!-

Después de decir eso intento salir corriendo, pero el dolor en el tobillo se lo impidió. La agarre de la cintura para detenerla y en ese instante nuestras miradas chocaron, pude ver su rostro con esos hermosos ojos confusos y no pude evitar contestarle.

-Yo si te veo como una mujer-

Me di cuenta lo vergonzoso que había sido aquello que dije y sentí mi rostro arder, mire a Ebina y vi que se había desmayado.

-¡Ebina-chan!-

Los sentimientos de ambos (TaiheixEbina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora