La enfermedad que consume todo lo que amas, ¿o no?.

Una célula, lo puede cambiar todo.

Seguramente cualquiera de los que está leyendo esto, ha sabido de alguien con una enfermedad grave, un familiar que sufre o incluso, lo han vivido en carne propia. Entre los muchos padecimientos del siglo XXI, elegí  quizá el más remiso para todos, el cancér.

Para contextualizarnos, es importante entender que, es una enfermedad que, según la American Cancer Society, cada una de las células de nuestro cuerpo tiene ciertas funciones. Las células normales se dividen de manera ordenada. Éstas mueren cuando se han desgastado o se dañan, y nuevas células toman su lugar. El cáncer se origina cuando las células comienzan a crecer sin control. Las células del cáncer siguen creciendo y formando nuevas células que desplazan a las células normales.
Esto causa problemas en el área del cuerpo en la que comenzó el cáncer tumor canceroso).

O sea que, para no entrar en tanto rollo, el cancer, se puede originar en cualquier parte del cuerpo, comenzando  cuando las células crecen descontroladamente sobrepasando a las células normales, lo cual dificulta que el cuerpo funcione de la manera que debería, y para nuestro mala suerte, el cuerpo humano está lleno de células, por lo que existen diversos tipos de esta enfermad, unos  más conocido y otros tantos, más agresivos, por  ejemplo, las células cancerosas en el pulmón pueden viajar hasta los huesos y crecer ahí, causando algo llamado metástasis, que es la  propagación de las células de cáncer, en otras células del duélele .

Los famosos tumores, en la  mayoría de los cánceres forman una masa que pareciera ser muy peligrosa, aunque no todos los tumores son dañinos y muchas veces no afectan para nada al sistema.

Pero... ¿cómo saber que tan agresivo puede ser un cáncer?

Primeramente, el médico tener un diagnóstico certero del padecimiento de cáncer, para luego clasificarlo en una de las cuatro  etapas conocidas, o sea, fase uno, dos, tres y cuatro; por tanto, una etapa menor (como etapa 1 o 2), significa que el cáncer no se ha propagado o no tanto. Un número mayor (como 3 o 4) significa una mayor propagación. La etapa 4 es la mayor.

Y bueno, a partir de lo anterior, determinar lo más complicado, ¿qué tratamiento debemos tomar?, sí, "debemos", porque esta enfermedad afecta a la persona que lo padece y a cualquiera que lo rodee.

Entre los tratamientos más comunes del cáncer están:  cirugía, quimioterapia y radioterapia.

La primera opción, consiste en extirpar el tumor canceroso, aunque lamentablemente también se tenga que retirar un área pequeña o la zona afectada por completo; y esta opción no es la más viable pues todos los tipos de cáncer.

En el caso de las quimioterapias, se administra una serie de químicos vía intravenosa o píldoras, causando así, la muerte de las células "malas" y también de las buenas.

La radioterapia también se usa para matar o disminuir el crecimiento de las células cancerosas. Puede usarse solo o junto con cirugía o quimioterapia. La radioterapia es similar a someterse a una radiografía. Algunas veces se puede administrar implantando en el área cancerosa una dosis que liberará radiación progresivamente.

Hablar sobre cáncer, puede causar una serie de revoluciones sentimentales, y créanme sé de lo que hablo, la mayoría de las veces, pareciera un laberinto con salida hacia la muerte, pero muchas otras no, inclusive si parecieras ser un muñequito de trapo al que  se le duplican los minutos restados en la vida, y evidentemente hablar del tema es muy, pero muy, complicado.
Es de lo más normal sentirse asustado, enojado, temeroso y triste, porque muchas veces no se tiene idea de lo que podrá traer consigo esta terrible enfermedad, por lo que decirle a tus seres queridos es sumamente difícil, aunque siempre es necesario, por lo que es sumamente conveniente, el hablar, claro,  cuando te sientas lo suficientemente preparado, pues a fin de cuentas es una enfermad que tarde o temprano saldrá a la luz, y es mejor enfrentarla en equipo, buscar ayuda psicología, pero sobre todo entender que no es culpa de nadie y que en la actualidad existen diversas alternativas para ganar la lucha.

Este post está dedicado a una persona muy especial para mi, mi abuelito, quien a sus 89 años venció definitivamente al cáncer, aún cuando las expectativas para él eran prácticamente nulas. Es por ello, que al escribir esto, sé de lo que hablo, pues para mí fue un obstáculo a vencer, una prueba de fortaleza y sobre todo una enseñanza que me hará recordar siempre, que lo que no te mata, te hace más fuerte.