Capítulo Único

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El crujir de las ramas bajo sus pies era lo único que se hacía oír aparte del sonido del fuerte viento. Tenía los dedos de las manos entumecidos y las mejillas rojas por el aire frío de la tarde.

Vivi, el pequeño Bichon Frisé de dos años de edad de su hija, había vuelto a escaparse. Había regalado el animal a su hija por su primer aniversario, aunque fuera él quien lo cuidase.

Vivía solo en un pequeño pueblo lejos de la capital; teniendo que conducir todos los días cerca de media hora para llegar al trabajo. No se arrepentía, le gustaba vivir lejos del estrés de la ciudad, era perfecto después de horas dentro de una clase llena de adolescentes revoltosos.

Estudió el terreno con detenimiento, esperando ver a la bola de pelo blanco que tenía como mascota en algún lugar en medio de tantos árboles.

Un chasquido en el aire y ramas rompiéndose le alertaron. De pronto, los ladridos de su perro se hicieron presente; corriendo en dirección al ruido, SeHun se deparó con este ladrando a un montón ramas caídas.

—Aquí estás —con un suspiro, se acercó para coger en brazos al perro, cuando un quejido proveniente de entre las ramas en el suelo hizo que detuviera su acción.

Observó las ramas durante unos segundos en confusión, hasta que lo vio.

Sintió como su ritmo cardíaco se disparaba y la respiración se le cortaba; tardó dos segundos en reaccionar.

Cuando por fin sus piernas le hicieron caso, apartó con algo de brusquedad al perro y se aproximó rápidamente al montón de ramas. Con las manos temblorosas las apartó torpemente hacia un lado hasta que hubo despejado casi todo.

Allí en el suelo había un hombre. Estaba completamente cubierto por lo que parecía, o al menos lo suponía, ser hollín, aunque no tenía ningún sentido. Tenía la cara y toda la ropa sucia, lo que explicaba porqué que no pudo divisarlo antes.

Se arrodilló a su lado y le tocó la mejilla; Estaba helado. Vivi a su lado había dejado de ladrar y se aproximó más a su dueño.

—Hey, ¿puedes oírme? —golpeó levemente sus mejillas, esperando alguna reacción por parte del hombre semiinconsciente, hasta que este abrió los ojos con algo de dificultad, intentando enfocar su vista.

En el momento que pareció recobrar sus sentidos; este se incorporó rápidamente haciendo que SeHun botará hacia atrás por el susto. Se abalanzó contra él quedándose arriba mientras hacía presión contra sus hombros en el suelo.

Vivi empezó a ladrar de nuevo hacia el desconocido. El hombre encima de él pareció asustarse por el pequeño animal pues se puso rápidamente en pie, mareandose por levantarse tan rápido, se apoyó contra el árbol que había detrás de él.

Estaba temblando, y no solo por el frío. Se veía totalmente asustado y desorientado. Miraba al perro con temor y sorpresa, como si nunca hubiera visto uno antes.

—Oye amigo, tranquilo. Solo quiero ayudar —se puso de pie muy despacio y levantó las manos enseñando sus palmas para reforzar sus palabras—. Te habrás dado un golpe muy fuerte y sé que estás asustado, pero hace mucho frío y acabarás cogiendo una hipotermia si sigues aquí —avanzó un paso hacia él y este agarró con más fuerza el árbol—. Tranquilo, él no te hará daño, ¿vale? Solo está asustado al igual que tú —enclinó la cabeza en dirección a su perro, señalandole. Se aproximó con cuidado al hombre, cuando estuvo parado delante de él, le extendió una mano; un gesto que pretendía le diera confianza.

Un extraño en el bosque - SeKaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora