3:Averno 2

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Halo muchachos, espero que les este gustando este libro, ya saben que pueden apoyarme recomendando mi libro y dejar una estrellita si realmente se merecen los capítulos, bueno, sin mas preámbulo, ¡sigamos!
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Después de ver a Belial retirarse de la sala, traté de forcejear mis cadenas las cuales me ataban mis muñecas.
Ví el cuchillo que Belial había olvidado por mis pies, así que traté de alvanzarlo y sujetarlo con mis pies, logré mi cometido después de varios intentos. Ahora tengo que pensar la forma en poner el cuchillo mi mano e intentar romper las cadenas.
— ¡De-demonios, es jodidamente difícil esto! —Maldecí mientras trataba de que mi pie con el arma blanca llegase a mi boca, en medio de tal acto, escucho que la puerta pesada se vuelve a abrir lentamente y deja de sonar después de un corto periodo de tiempo, como solían hacer otro a demonios cuando iban a informar a Belial sobre un par de "Asuntos pendientes".
— Mierda, me jodí, me jodí, me jodí —repetía varias veces en mis adentros, puesto que si me descubrían todo empeoraría— H-hola, ¿h-hay a-alguien aquí? —Resuena en la habitación la voz tímida y dulce —casi como la voz de un ángel— de una joven chica la cual resonó en toda la habitación, dejo el cuchillo en el piso, lo suficientemente cerca de mi pie para poder defenderme.
— ¡Hey! ¡Por aquí, necesito ayuda! —Dije en voz alta para que se pudiese guiar hasta mi. Ella vestía una capa deteriorada, cubriendo casi todo su rostro con la capucha de la capa y un pañuelo de color negro que tapaba la mitad inferior de su rostro. Ella al verme, noté en su mirada el sentimiento de sorpresa.
— Oye, ¿me podrías ayudar? —Susurre, pero ella solo se dio la vuelta, supongo porque debió asegurarse de que no le siguiese nadie— b-bueno, lo intentaré —susurró mientras se acercaba. Ella se acercó más para revisar las cadenas, me imagino que ha de ver la forma de romper las cadenas.
— E-tto... Va a ser un poco difícil, porque esas cadenas no se rompen fácilmente —dijo desanimada— ¿y por qué se debe eso? —Articulé mientras la miraba decepcionado— es porque las cadenas están con un hechizo de alto nivel y complejidad, y eso tardará bastante tiempo en romperse —explicó aquella encapuchada— eso significa que estaré aquí por siempre —susurre decepcionado, no me gusta la simple idea de estar aquí encerrado y siendo torturado de todas las maneras habidas y por haber.
Varios recuerdos vinieron a mi mente, mi infancia, y lo que viví de mi adolescencia, todo se volvería nada al estar en este infierno, tuve varios sentimientos encontrados en ese momento, no sabía como reaccionar.
Sentía lágrimas recorrer mi rostro, y un profundo remordimiento al no poder decirle a las personas que amaba lo que yo sentía, rompí en sollozos.
— ¡Dios perdoname, por todos mis pecados! ¡Dios perdoname, por todo! ¡Dios perdoname! ¡Dios perdoname! —Grité hasta quedarme sin voz, sentía que todo fue en vano, fue como un sacrificio desperdiciado.
Ella solo se limito a limpiarme las lágrimas, y en el momento en que se iba a sacar aquel pañuelo que tapaba la mitad de su rostro, se escuchó como la puerta se abría de par en par, se podía oir las pisadas desesperadas de una persona con armadura, los pasos resonaban en aquel cuarto.
La chica se percató de aquella presencia y se fue corriendo a esconderse
— Por favor no te vallas... —susurré— por favor —dije en un tono casi inaudible— ¡Oh, vaya, vaya, ¿cómo ha estado mi querido prisionero? ¿Se habrá vuelto loco con tan pocos días de castigo? ¿O será que esta buscando manera de refugiarse en sí mismo? —Decía Belial burlándose de mi,  mientras se acercaba a mi— ¿me extrañaste Alex? —Susurró en mi oido Belial, yo solo me limite a verlo con desprecio e indiferencia— Bueno, parece que ellos no necesitarán mi ayuda después de un largo tiempo, así que continuemos con lo que estábamos —Dice mientras se sacaba su pesada armadura, quedándose solo con un pantalón ajustado de color negro.
— También te avisare algo mi querido prisionero —dice tomandome de la barbilla— aquí Él no oíra tus suplicas, tampoco tus lamentos ni tus oraciones, aquí rige la ley del más fuerte y astuto —explica mientras inspecciona mi rostro.
El mira hacia mis pies y recoge su cuchillo
— Gracias por guardarlo, así que como premio... —dice mientras clava su cuchillo en mi abdomen, y realiza un corte vertical lento, como si estuviese destripando a algún animal, yo gritaba por él horrendo dolor que me hacia sentir
— ¡eso es¡ ¡Grita! —Grita eufórico Belial— quiero oír esos dulces gritos —dice con un tono seco pero sádico— j-jo-dete m-maldito dem-demonio —susurré cabizbajo mientras que las lágrimas brotaban sin parar de mis ojos.
Él sonrió sádicamente, el se acerco y poso su cara en mi hombro— no te lo repetiré de nuevo —susurra en mi oído— de ahora en adelante, cuida más tu vocabulario —dice mientras recorre con su mano mi espalda— o sino...
Él muerde mi cuello, arrancando con sus dientes mi yugular y mis cuerdas vocales, no podía respirar, no podía decir nada, solo sentía el dolor infernal y como resbalaba la sangre de mi cuello por todo mi torso.
— Te castigaré de formas que ni tu mismo te imaginarias —Dice mientras lame la sangre que brota mi cuello— así que más te vale quedarte con esos lindos labios cerrados.
Él paso su mano por mi pecho, el cual aún estaba abierto, y sacó mi corazón por debajo de mi esternón, veía su sonrisa extasiada por mi sufrimiento, su mirada no tenía brillo alguno, incluso su esclerótica se comenzaba a poner negra.
Él miraba mi corazón el cual estaba en sus manos, se alejo un poco de mi y  empezó a devorar, literalmente, mi corazón.
— Parece que fue mucho por un día, deja descansar al muchacho, no creo que puedas seguir con tu diversión mientras el esta casi inconsciente —resuena una voz reconocida— c-como or-ordene mi señor, dejaré que tenga un pequeño descanso —dice mientras dejaba los restos de mi corazón a un lado— bueno, parece que alguien se apiado de ti, así que mas tarde seguiremos con esto —dice mientras se acerca para arrancar un pedazo de mi camiseta la cual estaba un poco limpia. Hizo uso del pedazo de trapo y se limpió su rostro y su cuerpo, para luego ponerse la pesada armadura.
— Bueno, nos vemos —dice mientras se aleja lentamente.
Al cabo de unos minutos, el ya se había ido y mi garganta estaba regenerada casi del todo, la chica que se escondió por fin había salido y logró desatarme de uno de los grilletes que me aprisionaban— g-gr-grac-gracias —articule dificultosamente mientras ella con una rara llave con un cristal de color obsidiana incrustado en ella, abría el otro grillete— de nada, después de todo, hay alguien que quiere verte —dice alegremente mientras termina de abrir el último grillete, y el cristal de su llave se agrieta— esto no es bueno... —aclara mientras ve preocupada el cristal— ¿P-por qué? —Pregunté intrigado— simple, el hechizo pierde fuerza, se gasto demasiado cuando te libere —explica mientras me da una capa parecida a la suya— disculpa, ¿cuál es tu nombre? —Volví a preguntar— valla, parece que no me recuerdas —dice mientras se saca la capucha y el pañuelo, y pude reconocer ese cabello blanco, su tez pálida, era ella— soy...
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Eso ha sido todo :3
he estado ocupado por el colegio y un par de pedidos de dibujos aparte de varias practicas de guitarra y canto, así que nada, esperó que les haya gustado y ya saben que pueden recomendar la historia y apoyarla con una hermosa y sensual ★
~¡Hasta quién sabe cuanto!~
-E. A.-

Entre Ángeles Y Demonios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora