Capitulo 1: El jefe

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Me veo al espejo que está a lado de mi cama, estoy con mis clásicos bluejean de 3 botones y un cremallera que no baja ni sube, es decir, esta atascada por los años de uso, una blusa negra llana con cuello en v y mangas cortas pero existentes y los que nunca pueden faltar los convers negro con blanco gastados, mi cabello es un rebelde, se puede decir que tiene vida propia pues por más que insista en peinarlo este siempre se enredará y terminaré con una cebolla o chonguito en la cabeza , no uso mucho maquillaje solo delineador negro y a veces labial café oscuro.

Como dato curioso lo que menos me gusta de mí es que siempre estoy en el medio de todo y ¿cuáles son mis motivos para decir esto? Soy la amiga del medio, mi estatura no es ni baja ni alta, mi peso es neutral, es decir, no gorda no flaca, no tengo muy grandes mis senos o mi trasero, pero si tengo lo suficiente para rellenar un brasier copa b o para que un pantalón apretado no se me vea mal.

Acabando de vestirme debo desayunar junto a mi mejor amiga y compañera de departamento Nicole, quien me llevara a trabajar como pasante en la empresa Collins la cual es conocida por ser multifacética puesto que tienen áreas de moda, ventas, turismo creo que en hoteles e incluso su fundación que ayuda a niños sin hogar.

Nicole conducía su auto Hyundai I10 de color negro con asientos de cuero y olor a lavanda por las heladas y mojadas calles de Guayaquil, la lluvia no cesaba y como los parqueaderos eran por fuera entre a la empresa un poco empapada.

Fui a la oficina de recursos humanos a que me digan en donde debía laborar. Luego de una corta espera conocí a la sra Monique, jefa de TTHH, me hizo llenar unos papeles y firmar otros, luego me envió a la torre B pero, donde carajos quedaba ese sitio.

Posterior a mi perdida procedí con mis funciones de esclava, tuve que llevar recados y entregar paquetes por toda la torre, la cual tiene 10 pisos y aunque tiene ascensor es muy cansado recorrer todo con una carreta estilo supermercado; al medio día tenía que dejarles los almuerzos en cada oficina incluso en la del jefe de esa área, Alexander Collins, es el encargado de los hoteles y las ventas de la empresa, suele ser reservado con sus relaciones personales y por qué decir que "suele" pues no ha tenido una relación seria hace años solo chicas de una noche o máximo una semana, aunque no se si creer en lo que dicen en los corredores puesto que solo llevo horas en este mini infierno.

Entré en su despacho con mucha curiosidad y con su almuerzo en mis manos, él estaba sentado en una silla de cuero detrás de su gran escritorio, mirando papeles que parecen importantes. Se ve guapo con su traje formal negro, pude notar el color azulado de sus, pestañas largas, cejas en forma de s que van acorde con su rostro ovalado, nariz respingada y sus labios... ¡oh, sus labios! Parecen un manjar de dioses son simétricos y en la parte superior tiene forma de corazón.

─ ¿Te quedaras viéndome todo el día o me dejaras mi comida? ─dijo sarcásticamente sin mirarme.

Aclare mi garganta y deje su almuerzo sobre el escritorio tratando de que no se me note el rubor de mis mejillas, me di vuelta y camine para salir de su oficina, pero me detuvo diciendo─ ¿Eres nueva? ─. Gire mi cuerpo para verlo, nerviosa conteste. ─ Si señor─.

─ ¿Acaso la pongo nerviosa? —dijo mirándome fijamente y con una sonrisa pícara.

Volví a aclarar mi voz ─. No señor Collins. -

—Debes ser la pasante ¿Samira? —.

—De hecho, es Samanta...Evans—toque mi cabello.

—Estuve tan cerca de atinarle—dijo mientras chasqueaba sus dedos pulgar y medio—. Siéntate, yo seré tu jefe por 2 meses luego pasaras a moda con mi hermanito...—me senté y lo interrumpí

—James—.

—Veo que lo conoces, ¿él tuvo que ver en tu entrada a esta empresa? —se cruzó de brazos.

—Es novio de Nicole Garden—trataba de no cruzar miradas.

—La guapa Nicole ¿Es tu familiar? —dijo con sorpresa.

—Es mi mejor amiga, casi mi hermana—.

—Ahora entiendo que haces aquí, ¿comprendes que yo no seré favoritista contigo? — me miró fijamente.

—Lo sé señor y en ningún momento le hecho esa absurda petición—.

—Que respetuosa te quieres mostrar y pensar que hace unos minutos me desvestías con la mirada—dijo con tono pícaro.

Trague saliva y respire hondo, exhale—. Señor yo no estaba...—.

—¿No estabas...? Srta. Evans le daré un consejo, no te fijes en una persona de tu ambiente laboral, si quieres acuéstate con ellos o ellas una noche por placer, incluso puede que para escalar de puesto pero que eso no sea algo serio —.

Me quede procesando las babosadas que acababa de salir de la boca que anteriormente veía suculenta—Señor Collins con todo el respeto que se merece déjeme decirle que es un total idiota—me levante de la silla molesta.

—Señorita Evans me disculpo si la ofendí más debo decirle las cosas como son, dígame si acaso no se le cruzo por su mentecita en que la tome en esta oficina sobre este escritorio— se incorporó de su asiento.

Me gire y lo mire indignada—. No soy ese tipo de chicas Señor Collins y si lo quede viendo no significa que me interese algo de usted, tan solo lo observe—.

—Todas son iguales, tarde o temprano buscará a alguien que le arregle la vida. Un esposo rico que la saque de la miseria. Ya puede retirarse—dijo con prepotencia.

Sali furiosa de la oficina, aunque luego con cabeza fría, considere la conversación y la verdad no se me haría raro que Alexander me despidiera, para colmo solo unas horas más tarde debo llevarle unos papeles para que firme ¡Qué vergüenza! quería meter la cabeza bajo tierra o esconderme en un sótano y nunca salir, aunque él tiene la culpa por decirme todo eso, puede ser mi jefe, sin embargo, eso no le da derecho para tratarme despectivamente.

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