Prólogo

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Ayer como siempre, regresaba muy cansado del trabajo, y realmente no había sido un buen día, bueno, en verdad tampoco había sido un día tan malo, había sido un día normal, normal hasta ese momento, ese momento en que la vi. Era lo más bello que había visto en toda mi asquerosa vida, nunca había sido capaz de deleitar mis pupilas con una belleza de tal magnitud, realmente era lo más hermoso que había visto jamás. ¡Tenía ganas de estrujarla!! ¡De apretarla y abrazarla tanto hasta destriparla!! ¡SACARLE LOS SESOS!! Pero, lástima que la luna no tiene entrañas. Seguía caminando y no podía apartar la mirada de ella, no me importaba tropezar y desangrarme con tal de mantener mis ojos clavados en su figura, estaba totalmente maravillado, extasiado. Pero ustedes se preguntarán, ¿Qué podría ser aquello que la hacía tan increíble? ¿Qué no es la misma luna de siempre? Pues si, era la misma luna de siempre, pero lo que la hacía así de especial, es que tenía un bonito anillo, el cual era algún tipo de arcoíris nocturno que parecía mantenerla en cautiverio, alejada de todos los demás astros, como si estuviera en una exhibición de esas en las cuales es solo ver, pero no tocar, aun así, pagaría lo que fuera y valdría cada centavo. Así me mantuve todo el trayecto hacia mi casa, viéndola, casi al punto de torcerme el cuello. Cuando estacioné mi ser en mi cuarto, tomé mi computadora para investigar acerca de aquello tan increíble. Estuve leyendo varios artículos durante un rato, de hecho, ya me había aburrido de no encontrar nada interesante, y antes de darme por vencido me topé con uno muy peculiar que decía: "Cuando la luna es envuelta por un anillo brillante que aparentemente suele ser muy bello, tenga cuidado, no es así. Desde la antigüedad, varias culturas alrededor del mundo sabían exactamente lo que significaba un suceso como ese, nada mas ni nada menos que... un augurio de muerte. En aquellos tiempos no existían tantas personas, así que era muy notorio cuando alguien moría, estaban tan acostumbrados a que, si ocurría, alguien tendría un inminente final, es por eso que idearon varias formas de ofrecer sacrificios a la luna con distintos tipos de animales, pero todos sus intentos eran en vano, seguía sucediendo sin un patrón, sin algún indicio, solo ocurría. En estos tiempos, en que el mundo está plagado de multitud, es imposible darse cuenta a simple vista cuando alguien muere a causa del famoso anillo lunar, pero vaya que sucede... Cuando alguien muere por esa razón, una muerte trágica y dolorosa es la prueba definitiva". Cuando terminé de leer semejante cosa, no pude evitar sentir un escalofrió por todo mi cuerpo, una sensación electrizante, una emoción que volvía a encender la llama que hace mucho había sentido, todos mis sentidos estaban a tope, podía olerlo, podía escucharlo, podía ¡!SABOREARLO!!, exquisito... Cabe destacar que no me sentía excitado, no soy tan sucio como creen, era un sentimiento más puro extremamente cercano a la felicidad, como cuando de niño al fin conseguías ir al baño sin ayuda de nadie, todo un logro.

Yo no podía contener ese gran sentimiento, no pude, así que, sin más, esa misma noche, salí a dar un pequeño paseo por las calles de la ciudad. De repente sin pensar, me había adentrado en un barrio solitario, relativamente oscuro, donde solo se alcanzaba a ver una pequeña silueta de lo que parecía ser una niña jugando con su pelota. No sabía si era obra del destino o sí era una señal, pero pude deducirlo rápidamente en cuanto recordé el por que de mi caminata nocturna.

-Hola-

-Hola señor-

-Veo que estás jugando con tu pelota, ¿Pero no crees que es muy noche como para estar fuera de casa tu sola? -

-Espero a mi madre, no tarde en llegar de su trabajo, aunque a veces se retrasa comprando cosas para la cena-

- Wow! -

- ¿Quiere jugar conmigo mientras llega? -

- Que niña tan linda ¿En serio puedo jugar contigo? -

Halo of bloodWhere stories live. Discover now