Capitulo 14

1.1K 7 4
                                    

Sophia Alisher.

Entre tanta conversación nos habíamos quedado dormidas, el ruido del despertador de Candice nos despertó a todas, solo se me ocurrió ir a la cocina a ver que había preparado Clara, mientras bajaba las escaleras noté que hoy sería un buen día para salir, aunque andaba en una pijama bastante chica no me importaba, era mi casa… Aparte estaba segura que ninguno de los empleados me vería, así que solo era Clara, ella prácticamente me vio nacer y crecer, es como una 2da madre para mí.

- Buenos días Clara… - le di un fuerte abrazo, esta ya un poco mayor, pero con fuerzas.

- Mi pequeña Sophia, que bueno es tenerte devuelta. – sonrió, extrañaba esa sonrisa, nunca dejé de recibir su apoyo a pesar de estar en otro continente, me mantenía en contacto constantemente con ella.

- Que bueno es estar contigo nuevamente. – le regalé mi mejor sonrisa. – Que hay para desayunar? Muero de hambre.

- Pensaba que no ibas a preguntar, todo está casi listo, te sorprenderás. – aun seguía preparando una ensalada de frutas, por lo que pude notar.  – Quieres probar una?

- Como no? Se ven deliciosas. – cogí una fresa, mientras comía sonó el timbre, Clara quería ir a abrir. – Tranquila Clara, yo iré.

Quien podría ser a estas horas de la mañana? Digo, Qué hora es por cierto? Espero que no sea muy tarde…

Al abrir la puerta me encontré con un rostro familiar con muchas personas detrás de él, noté como todos se quedaron azorados conmigo, tardé un segundo en entender porque… Tenía la pijama aun puesta, solo quería que la tierra se abriera y me tragara.

- AHHHHHHHHHHHHHHH. – grité y les cerré la puerta en la cara, creo que sobreactué, pero fue un impulso.

Parece que al escuchar mi grito, Mónica fue la primera en bajar…

- Que sucede Sophia!? Está todo bien? – parecía asustada más bien que preocupada.

- Quienes son esas personas que están allá afuera!? – pregunté alterada, señalando hacia la puerta.

- Si la puerta estuviera abierta, te dijera con gusto quienes son… - dijo sarcásticamente,  lo cual me molestó bastante, me hizo recordar la niñada que había hecho.

- ARRG! Pues abre tú la puerta y averigua. Yo me iré a la habitación a ver si se me pasa la vergüenza que he pasado… - me fui de allí bastante enojada, subí las escaleras dejando sola a Mónica, desde que entre a mi habitación solo pensé en buscar mi ropa e irme a bañar.

- Sophia… Pasa algo? – entró April a la habitación sin siquiera tocar.

- Toca antes entrar, ok? – aun seguía de malhumor.

- Lo siento, pensé que te pasaba algo, pero ya veo que solo te levantaste con el pie izquierdo… - se sentía ofendida como le hablé, pues admito que lo hice muy mal.

- Perdóname tú a mí… Es solo que pensaba andar libremente en pijamas en mi casa, cuando de pronto tocan el timbre y se me olvida que no estoy apropiadamente “presentable” para abrir puertas… Para colmo eran un grupo de chicos y todos quedaron boquiabiertos por mi aspecto.

- Espera… Un grupo de chicos? Acaso puede que sean…. – salió disparada de la habitación, se fue a la de Mónica, al parecer ya se encontraba en ella…

No puedo creer que me haya dejado con la palabra en a boca, cada día más están todas locas… Lo mejor que hice fue irme a preparar.

Cuando me encontraba bajo la ducha cerré los ojos por un momento, y lo único que me vino a la cabeza fue el rostro de este chico en la puerta, pelo castaño claro, ojos color almendra, se me hacía conocido… pero quien, quien carajos era?

Los Ángeles en LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora