-Eh... hola.
Elizabeth grita asustada y deja caer el libro que sostiene en las manos. La impresión del grito hace que me suelte de la barandilla y caiga al suelo de espaldas, mientras ella se asoma brevemente por la barandilla y me lanza un libro que cae justo al lado de mi cabeza con un golpe sordo. Elizabeth sigue lanzándome libros mientras baja la escalera y yo los esquivo agilmente. Cuando llega a donde estoy, está preparada para golpearme en la cara con un libro en cuya portada se lee: “Los principios de la mecánica cuántica”.
-¿Quién eres? ¿Cómo has entrado aquí?- me pregunta desafiante.
-Me llamo Booker DeWitt, soy un... -¿cómo decir a una persona que no te recuerda que os conocéis ?- amigo.
Elizabeth, no contenta con mi respuesta, se dispone a golpearme con el libro pero le agarro la mano antes de que pueda hacerlo. Intenta golpearme de nuevo pero tiene menos fuerza que yo. Tras intentarlo una última vez, suspira resignada y tira el libro al suelo.
-Escucha, he venido a rescatarte. Una vez que salgamos de aquí te explicaré todo detalladamente, ¿vale? Pero tenemos que irnos ya.
-¿Qué te hace pensar que quiero que me rescaten?
Me quedo mirándola, desconcertado. No había visto venir eso y no se que contestarle. Es entonces cuando recuerdo la película de mi bolsillo. Intento explicarme lo mejor que puedo y sin perder mucho tiempo:
-Te han estado observando, Elizabeth, porque saben que tienes... la habilidad de crear desgarros. Eres una inversión para ellos. Sé que has estado aquí encerrada y sola. También se que tus recuerdos están difusos y puede que solo recuerdes los hechos más recientes. Yo te puedo ayudar pero tienes que confiar en mí.
Elizabeth me mira confundida y le tiendo la película que encontré. Se lleva las manos a la boca conforme se va viendo en las imágenes y veo que empieza a temblar. Sus ojos están vidriosos ahora. Parece que se va a romper en cualquier momento y eso me destroza el corazón.
-Se que esto resulta duro para ti ahora pero...
-No- me corta- quiero salir de esta maldita torre. Quiero averiguar quién soy... que soy. Quiero viajar por el mundo. Quiero vivir. Me iré contigo- me tiende la película y me la devuelve.
Su mirada me dice que aunque está aterrorizada, también está decidida. Se seca una pequeña lágrima que se derrama por su mejilla con el dorso de la mano y me mira expectante.
-¿Y bien? ¿Cómo vamos a salir de aquí? Créeme, he intentado de todo para escapar y no he encontrado la forma. Y tengo mucho tiempo libre- dice mientras se cruza de brazos.
Mierda. Estaba tan enfrascado en rescatarla que olvidé por completo que haría una vez que lo consiguiera. Soy un estúpido. Joder, joder, joder.
Con esta última palabra en mente, doy vueltas por la habitación mientras intento pensar en un plan. Elizabeth me mira con una ceja levantada y se apoya en una estantería.
-Parece ser que no eres como el príncipe de Rapunzel. Entrar aquí y no saber como salir...
-Bueno, nadie es perfecto. ¿Por que no piensas en algo en vez de mirarme tan raro?
-Ya he tenido un año para pensar, DeWitt. No hay manera de salir.
Me acerco a la robusta puerta de hierro y miro la cerradura. Sobre el dorado hay grabado “Fink” en letras blancas. No parece ser una puerta corriente y no creo ser capaz de forzarla. Suspiro frustrado y me guardo la película en el bolsillo. Es entonces cuando mi mano choca con algo duro. Lo agarro y lo saco; una larga llave negra con un dibujo dividido en la parte posterior; por un lado una jaula, por el otro, un pájaro volando. Me quedo mirándola confuso; ¿cómo ha llegado esto aquí?
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Desgarros en el tiempo
FanfictionBooker DeWitt nunca ha tenido suerte en la vida. Tras participar en la Batalla de Wounded Knee a la edad de 16 años, se traslada a otra ciudad con la intención de olvidar el pasado. Pero allí se econtrará con problemas más graves que los vividos has...