~ N. Yuu. ~
Fue de lo más extraño.
Yo... Dejando en casa a Trevor... Se sentía tan bien que no se podía describir.
Al llegar a mi propia casa pude sentir la soledad. La misma soledad que en casa de Trevor se podía palpar aún sin haber entrado. Ciertamente su casa era hermosa pero, si él mencionó a su madre y a un par de gemelos viviendo con él... ¡Todo tan complicado!
Con todo dándome vueltas en la cabeza subí a mi habitación y tomé una almohada de mi cama emprendiendo el camino hacia el ático. Sí, planeaba pasar la noche ahí, era mejor estando solo en casa.
...
~ N. Joseph. ~
El gigante se había quedado dormido a un lado de el tal Asahi, así que nuevamente salí a recorrer los pasillos de la mansión... Sin interrumpir a mi querido hermanito, claro.
Pero... No podía engañar a nadie, mucho menos a mi mente; mucho menos a mi instinto, pues yo ya había pasado casualmente por la sala en donde la familia de Asahi guardaba todo tipo de armas de cacería y que para cualquier persona podrían verse innecesarias. Pero yo no era cualquier persona, no...
Pensaba encerrarme un rato en ese lugar, únicamente para jugar un momento, pero el tiempo y mi deseo pudieron más.
El sabor que disfrutabas al pasar sobre tu lengua un cuchillo... Ese sabor era la mayor delicia... ¡No! En realidad el hacer un ligero corte en la comisura de tus labios únicamente para sentir el sabor de tu propio líquido rojo... Sí... El placer más grande de la vida...
...
~ N. Alain. ~
No podía decirle cuán feliz estaba... ¡Me había aceptado! ¿Qué había tenido para...?
Pero...
Y si... ¿Y si sólo me quería por...?
H siempre me decía: "los hombres sólo te utilizan y se van. No son más que mi... ¿Mi...? Pero te pueden comprar helados, cargar, acariciar, complacer, besar y, sobre todo, satisfacer en todo sentido... Así que fíjate sólo en el mejor de ellos... " Sí, definitivamente eso decía... O algo muy parecido...
H también solía decir que nuestra preciosa reina era el mejor de los ejemplos para darnos cuenta de que los hombres sólo quieren jugar... Pero no todos son iguales y es lo que pienso.
Si tan sólo mi amada reina conociera a alguien como mi compañero... Pero él es mío. Yo... No me separaré de él y mucho menos ahora.
Pues aún acostado sobre su pecho, tirados ambos sobre la alfombra podía sentir su tranquila respiración removiendo mis cabellos y... ¡H no nos había molestado! Tal vez hoy era el mejor día de mi vida.
Con cuidado deposite un beso en su mejilla y me levanté de encima de él procurando no despertarlo; me acomode mi ropa y mi cabello y subí en busca de mi gemelo.
...
- ¡Te busque en toda la mansión! ¡Debiste haber...!
- Pero... Si tu te estabas divirtiendo... No quería interrumpir, hermanito - esa mirada me aterraba.
- ¿¡Qué tiene de malo que encuentre a alguien con quién compartir momentos especiales!?
- Él sólo te quiere para desahogarse... En realidad, te quiere por sexo y porque eres inocente. No te das cuenta de lo que pasa en realidad.
- ¡Bien! ¡En este momento hagamos una apuesta! Si él se enamora de mi... Si él se enamora de mi...
- ¡Simple! Yo se lo digo a la reina. Si no es así, tu serás quién se lo dirá.