cap 10

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Me desperté, esta vez no sería por algun grito o broma de mis hermanos, si no por el asombro y rareza que creció dentro de mi, ya que extrañamente mi hermano mayor si cumplió su promesa y mi celular estaba vibrando en la cómoda, me lo pensé un par de segundos antes de tomar el teléfono, Lo levanté, toqué la pantalla y enseguida escuché su voz.

- Hola, emm... Unos amigos vendrán a casa- dijo agitado- ¿Podrías hacerme el favor de limpiar la casa?

Cómo me lo esperaba, si cumplía su promesa era para pedirme algo después, ese era un mal hábito que yo misma cree, pero este es tan inútil que no me quedaba más remedio que hacerlo yo.

-¿Qué gano yo?-

-em...pues no sé, ¿qué quieres?-

- qué tal...unos lápices de colores, no son tan caros-

- está bien, solo, termina antes de las 12 ¿Si?-

-ok, adiós- corté.

Miré la hora de mi celular, 10:14am,mierda.

Era hora de convertirme en aquel ser místico de los fines de semana, un duende con una coleta muy alta y ojeras hasta el piso, si, esa era yo, que ya estaba acostumbrada al infierno de la suciedad en esta casa, pero no lo haría yo sola, mis pequeños ayudantes también van trabajar hoy. La faena comenzó con los baños, aquel lugar en donde respirar te daba asco, ya no sabías si algo era polvo mojado u hongos que querían gobernar el planeta. El Living, el causante de mis malestares tales como los estornudos y lo ojos hinchados, porque, que mejor que un ser místico limpiador que es alérgico al polvo, por último la cocina, en la cual habían más restos de comida que de comida, y limpiar no era lo más difícil, este sería el último nivel, la montaña de trastes, cada uno estaba perfectamente acomodado para que ninguno se cayera, si hacia un movimiento de mas, aquella montalla se caería y lo único que quedaría para limpiar, si eso pasara, serían mis entrañas que estarían por toda la cocina gracias a la golpiza que mi madre me daría. Entonces así lo hice, con cuidado y calculando que ninguno se cayera, el ser místico estaba presente y en su máximo esplendor.

Terminé de lavar el último traste y miré la hora, 11:37, me sobraba más tiempo del que pensé, así que subí a mi habitacion y me quedé esperando mientras tomaba una siesta en la cama.

-¡______!-

Mi hermano ya había llegado, miré de nuevo la hora 12:13, rasqué mi cabeza confundida, según yo la siesta que había tomado solo tomó un par de segundos y así me quedé, mirando a la nada, hasta ser interrumpida por otro grtio de mi hermano, entonces bajé, y me encontré con tres chicos altos y un poco mayores que mi hermano, uno de ellos resaltaba, este tenía un cuerpo ejercitado, vestía con unos pantalones algo ajustados de color gris y una camisa blanca que se transparentaba un poco, dejando ver su pequeña cintura. Me acerqué a ellos junto con mis hermanos para saludar, ahí fue donde vi su rostro, el señor Jungkook estaba en mi casa y con mi hermano, me puse algo nerviosa y me fui a la cocina. ¿Que pasaría si Jungkook le cuenta a mi hermano sobre mi trabajo y de las cosas que me hizo? Mi hermano me mataría.

Salí de la cocina y miré a Jungkook haciendo señales para que se acercara a la cocina, este inmediatamente se acercó.

-¿Que pasa “pequeña”?- dijo en tono burlesco.

- no me digas así- dije fastidiada- no le digas nada a mi hermano-

-¿Sobre qué?-

- sobre mi trabajo-

-ah, y ¿que pasa si le digo?-

-no juegues conmigo niño falditas-

-niño.. ¿qué?- dijo exaltado.

- para ser tan musculoso no pensé que te gustaban ese tipo de vestimenta- dije riendo- faldas cortas y medias-

-¿Quién te contó sobre eso?- dijo nervioso.

-bueno digamos que... Cuando llegaste a la casa de Namjoon, dejaste una mochila en el sillón, estaba mal cerrada y de ahí salió una tela de color rosa pastel, como toda niña cuirosa me acerqué a ver y era una falda, al principio no pensé que era para ti pero...- me detuve.

-¿Pero qué?- dijo aún nervioso.

- cuando Namjoon me llamó, pude ver el celular de Jimin, este tenía una conversación abierta y ahí vi las fotos- me ruboricé un poco al recordarlas, en algunas salía con ropa y en otras completamente...

- osea que ¿Me viste el culo?- preguntó enojado.

Me puse nerviosa hasta morir, él también estaba nervioso como furioso entonces solo respondí lo primero que se me ocurrió.

-no... Bueno si...osea si lo ví...pero tienes un buen culo, redondo y firme... Deberías estar orgulloso...osea también tienes un buen miembro...osea está genial... Osea no está... Genial..pero tiene un buen tamaño...-

Lo miré, estaba rojo, y yo estaba segura de que también yo estaba.

- oye, ______ - nos miró a ambos- ¿Que les pasó a ustedes dos?-

-nada- dijimos al unisono.

- ok, después te digo-

Entonces mi hermano se va, dejandome sola con aquel hombre que siento que quiere matarme.

- no diré nada y tú no dices nada- dijo extendiendo su mano-

La tomé, entonces el trato ya estaba hecho, él no diría nada sobre mi, yo no diría nada sobre su lindo culito.

Subí a mi habitación, cerré la puerta con llave , me tiré al la cama y pensé en lo ocurrido, ¿Decir que tiene un buen culo y un buen miembro? Me ruboricé de nuevo pensando en esas fotos y una desagradable idea se mostró en mi cabeza, ¿ Y si Namjoon, también tiene fotos mias, y alguien más las vió? El no sería capaz, el me ama.

Mi hermano mayor me llamó nuevamente para que todos bajáramos y así lo hicimos, la pizza que mi hermano había comprado había llegado y no era una pizza, eran cuatro, tres para ellos y una para nosotros, mi hermano y sus amigos conmian en el Living y yo con mis hermanitos en la cocina mientras contábamos algunas anécdotas en la escuela.

Estaba feliz, estos momentos eran inimaginables anteriormente, y todo era por mi culpa, si hubiera tenido mejores ánimos mis hermanos siempre hubieran estado bien, al igula que mi madre, que todo el tiempo se sacrifica por nosotros, y por la misma razón, pase lo que pase, tengo que trabajar en esa mansión, tendré que sacrificarme por mi familia esta vez, para que todos estén bien, para que momentos como estos se vuelvan a repetir. Incluso si mi corazón se entromete en mi trabajo.

Después de mucho tiempo sin subir capítulo, aquí está. Perdón por las faltas ortográficas y que tengam un buen día.

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