Capitulo 1

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Todo el tiempo pretendí que no tenía algún sueño, o más bien, pensé no tenerlo, ver las calles llenas de niños de edades entre 3-4-5 hasta los 12 años, con un viento tranquilo, saltar por el barro, correr en círculos, escondernos en silencio mientras se escuchaba uno, dos, tres por Juan, caminar a hurtadillas entres los autos y casas, todo oscuro, nada mejor que tener 5 años, escuchar risas, jugar hasta tarde, pensar que nuestra energía era eterna, que en todo nuestro alrededor nada nos podía frenar, nada podía detener a esos chicos que jugaban durante horas, que reían a carcajadas, cada juego que creían haber inventado: kidbol, escondidas, niños a correr, el famoso tin tin corre, hasta el stop, todos esos niños tenían un solo propósito a esa edad el cual era divertirse.

Con el tiempo quería que esa diversión nunca terminara, poder ver a todos cada día con algún juego nuevo, llegar del colegio y pensar en cuanto faltara para que se vaya a laburar papá, para así poder salir a jugar, era el toque de inicio a un nuevo día de risas, y al ver el sol ponerse y ver a mama como salía de casa gritando son las 9! Es hora de cenar! y nosotros lo único que queríamos era jugar 20 minutos más, los cuales sin conocer el sentido del tiempo pensábamos que era una eternidad más de juegos, hasta que llegaba el momento en que mama enojada salía gritando salgan o voy por ustedes y no me salen más! esa era nuestra señal de retirada, de saber que un día más estaba por terminar.

A los 7 años, quien diría que el ir al colegio fuese fácil, eran todo risas, gritos, y hasta mantener el orden, era segundo de primaria, creía tenerlo todo en la vida, pero, algo no iba bien, algo presentí que faltaba, no era normal, desde que tengo memoria en casa todo era hermoso, ver a mis padres saludarse con un fuerte abrazo y un beso del cual siempre se escondían para dárselo, no entendía, por que esconderse para darse un poco de afecto físico, eran esposos, siempre creí que su amor seria eterno, pero mi inocencia no me permitía ver más allá de mis deseos, ver a mi familia unida toda mi vida, éramos una pequeña familia, solo mi mama, mi papa, mi perro scoth (un Husky de 1 año) y yo, era todo lo que quería, lo que amaba, lo que siempre me hacía querer más, pero a la vez me sentía tan satisfecha.

¿Alguien me podría decir, si es normal ver discusiones a diario? ¿Así es como se llevan los adultos con el paso de los años?, no tenía respuestas, solo más y más preguntas, y un día al llegar del colegio no vi más a mama, no estaban sus cosas, no había más ropa de ella, sus perfumes habían desaparecido, su maquillaje, ni un rastro de él, y para peor, no estaba ella, no entendí que sucedió, solo vi sobre la mesa una nota, estaba doblada por la mitad al lado de una caja de Zucaritas y un tazón vacío, camine lentamente a la mesa, dejando mi mochila por el sofá, solo hice una cosa llore, no entendí el porqué de esas lágrimas en ese momento, solo sentí que algo estaba muy mal, la carta tenía un beso de mama pintado con su labial favorito rojo carmesí y una frase escrita por encimaPerdón leer eso simplemente termino de hacerme caer en llanto, ni siquiera había leído la carta y ya sabía que me arrepentiría de hacerlo, así que la tome y corrí a mi recamara saltando sobre mi cama, sin importarme que Scoth dormía ahí, a lo cual por el susto dio un salto al piso, no podía pensar y solo me recosté sobre mi almohada a lo que mi cachorro se acostó a mi lado.

Era increíble que largo sentí el tiempo en que me quede dormida, solo habían pasado 3 horas, eran las 6 de la tarde y no podía dejar de ver la carta sobre mi mano, tenía miedo a leerla, pero sabía que de no hacerlo me arrepentiría más, así que con las pocas fuerzas que sentía al despertar después de haber llorado me decidí a leer la carta

Leí cada palabra escrita en esa carta, si, dolía, y mucho, no dejaría que nadie viera la carta, no podía enfrentarme a la realidad, no podía creer lo que me escribió, debería de haber una regla para hacer estas cartas menos dolorosas, pero era inevitable, dolía demasiado, mi madre... no podía creerlo, nunca pensé que todo la llevara eso, a mi corta edad había perdido a la persona que más amaba, yo simplemente tenia 9 años

El SecreoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora