Para bebés.

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Lydia rodó los ojos y negó con la cabeza tras escuchar a Stiles insistiendo una vez más. Se acercó a él, y palmeó su hombro con la mano varias veces.

- ¿Quieres ir al parque de atracciones?

- Nada me haría más feliz en estos momentos, Lydia -Respondió Stiles con los ojos brillantes, llenos de ilusión-.

Lydia comenzó a reír, y Stiles se rió tras ella, hasta que la pelirroja le dio una fuerte colleja.

- ¡Deberías tener en cuenta que estamos aquí todos tratando de ayudarte y dejar de dar por saco! - Gritó tras rodar los ojos- Te hemos traído aquí para esconderte, y para que todos, pasemos desapercibidos entre la gente. Theo puede salir, tú no. Te buscan a ti. Y a tu hija. ¿No es eso suficiente para que estés callado de una puta vez y te dejes de tonterías? 

Stiles escuchó boquiabierto aquellas palabras y se levantó de la mesa.

- A partir de ahora no tendrás que preocuparte más, voy a callarme la puta boca ¡, como dices tu, y me quedaré aquí con mi hija. Puedes irte - Musitó Stiles mientras se acercaba a la cuna para coger a la niña en brazos- Ala, vamos pequeña, la tita Lydia no nos quiere - Susurró a la pequeña mientras la abrazaba- Además ya se va, está muy ocupada creyendo que es la jefa de operaciones del ejercito del aire. Del aire por que está volada. Literalmente. Se le ha ido la cabeza a la pobre. 

- Stiles, sigo aquí.

- ¿Oyes algo pequeña Claudia? - Preguntó en tono infantil, mientras se dirigía al baño- Me ha parecido escuchar un sonido extraño, parecido a un rebuzno. ¿Que qué es un rebuzno? -Volvió a preguntar en el mismo tono- Pues un rebuzno, pequeña Claudia, es el sonido que emiten los burros. En este caso, una burra. 

- Mira, yo lo siento mucho por Theo, pero te has vuelto un insoportable de la vida, así que aquí te quedas con tus mierdas, tus ironías y tus sarcasmos, pedazo de imbécil. Me largo con los demás, mira por la ventana, puede que nos veas a todos subidos a la montaña rusa más alta de todo el parque.

Y tras decir aquello, abrió la puerta y se marchó de la habitación. 

- Lo que yo te decía hija, una burra. Y nos ha dejado solos. ¿Quién quiere ir a dar un paseo por el parque de atracciones con papi? 

Veinte minutos más tarde, Stiles caminaba por el parque de atracciones, empujando el carro que había alquilado para poder llevar a la pequeña Claudia. Para tratar de evitar ser visto, se había cubierto medio rostro con una bufanda, y se había peinado de forma distinta.

Paseó tranquilamente por el parque de atracciones, hasta que llegó a la zona infantil, aparcó el carrito, y se echó a Claudia a los brazos. 

- No tienes edad todavía para una montaña rusa, pero seguro que los caballitos te van a encantar ¿Verdad que sí? - Murmuró colocándose en la cola para poder acceder a dicha atracción- Y además hay poquita cola, que genialidad.

Tras cinco minutos de espera, era su turno para pasar. Caminó sonriente, con su hija en los brazos, hasta que la chica que atendía la atracción se interpuso en su camino.

- ¡Vaya! ¡Que niña tan preciosa!

- Gracias, sí, ha salido al padre. Es su primera vez en un parque de atracciones. 

La joven acarició las mejillas de la pequeña y señaló un cartel que había justo a la derecha.

- Me temo que es muy pequeña para montar en alguna atracción, señor. ¿Que tiempo tiene?

- ¿Señor? - Preguntó por un momento Stiles- ¿No puede montar en las atracciones de niños? 

- Me temo que no, es un bebé. 

- ¿Y dónde están las atracciones para bebés? - Preguntó nuevamente, como si le fuera la vida en ello-.

- No hay atracciones para bebés, los bebés no pueden montar en nada. Tengo que pedirle que abandone la cola, por favor. 

- ¿Y no puedes sujetarla mientras yo me subo a los caballitos no? 

Un silencio incómodo provocó que Stiles alzara las cejas varias veces.

- Señor, por favor, deje paso a la gente -Insistió la joven-.

- Está bien... -Musitó Stiles cabizbajo mientras abandonaba el lugar y volví a recoger el carrito- Deberíamos llamar a tu padre, Claudia, él podría quedarse contigo mientras yo monto en algo. Pero me temo que si lo llamamos, se va a enfadar mucho. Así que vamos a pasarnos el día paseando, comiendo helados, y cosas que encontremos por aquí. Bueno, eso yo, seguro que no tienen helado para bebés en este sitio. Y encima me ha llamado señor aquella muchacha idiota. Yo no soy una señor todavía, por el amor de dios. 

Tras varias horas paseando por el parque, Stiles se sentó en un banco para disfrutar de un helado doble bajo la sombra de un árbol. El sonido de la gente gritando lo ponía nervioso, e impaciente. El helado lo devoró literalmente. Se levantó rápidamente y comenzó a empujar el carro con desespero.

- Tenemos que volver a la zona infantil, allí los niños no gritan. O mejor, volvamos a la habitación, antes de que vuelva tu padre y me arranque la cabeza. Va a ser mejor eso, si - Murmuró para él mismo- Aun que no tiene por que enfadarse, sólo hemos dado un paseo de unas cinco horitas viendo el parque. 

El paseo de vuelta al hotel se alargó más de lo previsto, pues Stiles encontró una tienda donde vendían golosinas, y se le antojó una bolsa bien grande, para tener provisiones de dulces en la habitación. Tras salir de la tienda, dobló la esquina tranquilamente, empujando el carrito con su hija y se paró de repente.

- Mierda - Murmuró con la mayor de sus sonrisas en el rostro- ¡Dile hola a papá, Claudia! ¡Hola papá! 

- Eres, literalmente, el padre más irresponsable, infantil, estúpido, imbécil que hay en el mundo.

Stiles agachó la cabeza y dejó que Theo lo sermoneara sin interrumpirlo.

- ¿Es que eres idiota Stiles? ¿Que cojones crees que haces?

- Dar un paseo, estoy harto de estar ahí encerrado - Susurró Stiles moviendo el carrito de atrás hacia delante varias veces-.

- ¿Eres consciente de que si saben que estamos aquí pueden haberte visto? 

- No se me ve la cara, Theo. 

- Eres el único imbécil que lleva bufanda en todo el parque. Estamos a veinticinco grados, Stiles... Eres idiota. ¿La niña habrá comido no? 

- Por supuesto ¿Por quién me tomas? - Preguntó Stiles alzando una ceja-.

- ¿Le has comprado el biberón en una de las tiendas?

- Pues claro...

- Cuando pienso que no puedes ser mas estúpido, vas y te superas, Stiles. ¿Que ha comido Claudia?

- Le... Le di un poco de helado, pero del que se derretía, no estaba muy frío para que no se ponga malita.

Theo se quedó en silencio unos segundos, queriendo haber entendido mal lo que había escuchado. 

- ¿Que le has dado? -Preguntó Theo tratando de no elevar la voz-.

- Helado. Un poco, tampoco mucho. A los niños les gusta el helado.

- Cállate, no lo estás arreglando, más bien es al contrario... Me has decepcionado. 

Aquellas palabras, se hundieron en el estómago de Stiles como si fuera un cuchillo. Él no tenía la sensación de haber hecho algo malo, si no todo lo contrario. Tampoco se sentía en peligro en aquel lugar.

- Ve para la habitación, y empieza a meter las cosas en la maleta, vamos a irnos a otro sitio después de esto. No podemos estar aquí cuidando de ti como si fueras un niño, Stiles.


A escondidas (Steo). 2ª parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora