El tenía muchas preguntas, de hecho eran demasiadas. Ella había desaparecido repentinamente y nunca volvió a saber de ella lo que solo agrandó el vacío que sentía en su corazón ante la situación con su madre quien le ignoraba por su hermano mayor. Mantuvo intacta la esperanza de verle algún día nuevamente, sin embargo jamás espero que las cosas resultasen así al llegar el día. Ella estaba allí de pie en medio del salón y sin embargo no parecía muy emocionada o nostálgica por estar presente en la misma estancia que el.
— Lo tenias muy escondido, Shu-kun~
El primogénito ignoro las palabras de Laito observando fijamente a la jovencilla rubia que le devolvía impasible la mirada. Los ojos indiferentes del mayor de los hermanos parecían estudiar en silencio el comportamiento de la chica, pues ante el pasado que esta compartía con su hermano el realmente esperaba otra clase de situación. Ella solo parecía concentrada en su presencia, sin tomar muy en cuenta a los demás.
— No estoy interesado en una pequeña muñeca gótica.
Esa fue su única respuesta, fuerte y clara. El entrecejo de Reiji se arrugó ante esta contestación, resentido. Nuevamente su odioso hermano mayor era capaz de obtener todo lo que él quería con facilidad y sin embargo era lo suficientemente arrogante como para rechazarlo. La jovencita soltó una risilla, corta y delicada. Finalmente avanzó con lentitud hasta donde se encontraba el primogénito e inclinó su cuerpo lo suficiente como para dejar sus rostros a centímetros de distancia.
— No se trata de si está interesado o no, se trata un acuerdo, Shu-sama. Es algo más fuerte que usted así que no se resista inútilmente — Odiaba las palabras que había soltado, sin embargo Reiji estaba fascinado por el comportamiento tan elegante y formal que tenía aquella joven, uno que le recordaba al de su madre. Era el coeficiente de una mujer en el cuerpo de una niña, todo un espectáculo. Obsidiana retiró delicadamente un dorado mechón rebelde del apacible rostro de Shu y sonrió con gentileza, una sonrisa poco auténtica. — He sido educada con el propósito de ser una buena esposa para usted, espero esté complacido con los resultados. De ahora en adelante puede consumir mi sangre y abstenerse de buscar a la novia sacrificio.
El lugar se sumió en un profundo silencio. Los hermanos parecían bastante sorprendidos con la jovencita, imponía respeto y autoridad, algo que no muchas mujeres se atrevían a hacer con ellos. Ante el ambiente tan tenso y esperando que su hermano mayor no atentase contra la joven Reiji decidió que era el momento para intervenir.
— Le mostraré su habitación.
— Por el momento lo aceptaré. Una dama no debe compartir habitación con un hombre — Reiji casi deja escapar un suspiro de alivio involuntario, agradecido por el hecho de que la joven fuese educad de aquella manera. Obsidiana le observó por cortos instantes antes de regresar nuevamente su atención a los ojos zafiros de su odioso y bueno para nada hermano mayor. — Cuando nuestro compromiso sea anunciado públicamente entonces compartiré habitación con Shu-sama.
Reiji no podría negar tal cosa, en ese momento no era quien como para entrometerse en un compromiso ya planeado. Parecía ser que solo debería aprovechar aquellos pequeños instantes de felicidad. Como el de llevar la maleta de la joven y que esta le siguiese, por fin apartando la mirada de su hermano mayor y centrándola en su espalda. Le hacía sentir de cierta formal, alto, poderoso.
— Me gusta lo impecable que está este lugar. El orden también es bueno — Ese tipo de comentario le complacía, ella estaba valorando su esfuerzo y sabía notarlo. Estratégicamente -y aparatando que se trataba de una simple casualidad- se detuvo en una de las habitaciones vacías; lo suficientemente alejada de la habitación de su hermano y lo justamente cerca de la suya.
Reiji finalmente se giro y le observo con un semblante cordial, no podía demostrar su amabilidad si esta actuaba tan distante. Se limito a abrir la puerta y dejar la maleta en un costado de esta. — Es bueno que lo note, me esmero en ello.
— Nos llevaremos muy bien, Reiji-san — Solo así Obsidiana le dedico una pequeña sonrisa educada, un que dejo relucir unos pequeños y simpáticos colmillos rozando ligeramente su labio inferior. La imagen fue una terriblemente adorable y seductora a su punto de vista.
Carraspeo. El supo que era momento de retirarse, no quería hacer o decir algo de lo que luego podría arrepentirse. — Con su permiso.
Obsidiana le observo alejarse con una expresión apacible, y tras perderlo de vista se adentro en la habitación y cerró la puerta tras de si. Se tomo su tiempo para observar a su alrededor con detalle, y finalmente cuando comprobó que estaba sola se giro y apoyo la palma de su mano en la puerta observando esa con melancolía.
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Toda una dama ▶Reiji Sakamaki
Фанфик"- ¿Por que no ponemos a prueba tus modales? -" • • • Portada → @Ryukumi #15 EN DIALOVERS - 27/06/2018