Tú. Eras, Eres y Serás.

La chica debajo de un kiosco

"A veces siento que muero en China, me entierran en Noruega y amanezco en México."

La parte difícil de conocer a un grupo nuevo de personas es tratar con la difícil tarea de integrarte a ellas y comprenderlas, corrían las semanas y mi existencia sólo transcurría en querer regresar al bachillerato, mientras mi mente estaba en otro plano de la vida, mi cuerpo se encontraba ya en un lugar al que ahora debía adaptarme; era difícil, ver como por los diferentes creencias e ideales de cada chico el salón se veía fragmentado y a pesar de mi percepción de la situación yo no hacía nada por mejorarlo.

En aquel muchacho, Rodrigo, encuentro una amistad, aún con la dificultad de la idea de creer que él era torpe; era de esas amistades que no empiezan con el pie derecho aún tengo en mente uno de los primeros días que me tocó tener un buen acercamiento a él, teníamos que hacer un trabajo respecto a Aristóteles y lo creía tan torpe que incluso me molesté porque pensaba que yo debía hacer todo solo. Aquellos chicos, Manuel y Enrique me hacían sentir en confianza y comenzaba a entenderme con ellos, recuerdo que uno de los primeros días al salir de clases decidimos ir a tomar unos tragos y convivir un poco más y así lograba conocerlos poco a poco... Her, es gracioso pensar que, de un momento para otro, ella era la persona con la que más convivía, en algunas ocasiones cuando buscaba estar solo, me nacía preguntarle a ella si quería desayunar conmigo y ella siempre aceptaba, todavía tengo en mente como ella me platicaba sus experiencias personales,  me contaba sobre sus amigas, sobre sus amores, y sus admiradores; me gustaba escucharla, de la nada se había vuelto una persona arraigada a mí... o ¿yo me habría arraigado a ella?

Cuando conversaba con el chico de la camisa cool, teníamos pláticas como de "gustos culposos" era una de las primeras personas, que no sólo sabía, sino que entendía mi gusto por la moda y la costura, era un muchacho con orientaciones sexuales distintas a las mías y que me hacían sentirme aún más abierto a la hora de hablar. Con los muchachos aquellos recuerdo que manteniamos conversaciones musicales, influencias e instrumentos, eran chavos que emocionalmente guardaban algo, pérdidas, aprendia a valorar cada cosa que tenía gracias a su experiencia, me enriquecía en conocimiento, cultura y humanidad. Pero Her, ella iba más allá de mi entendimiento, no había maneras de detallar ese vínculo, yo la odiaba, era necia, desesperante, molesta, gritona, parecía que no la habían educado, indiscreta, empalagosa y la veía con una imagen inmadura, pero a pesar de sentirla tan diferente a mí, existía algo en ella que me recordaba a mí. Cuando la veía, y aún cuando la pienso, siento que tengo presente todavía toda aquella belleza, humildad, carisma, bondad y alegría que ella desbordaba. A veces cierro los ojos y me gusta pensar que, por un momento en mi día, dejo de existir en este mundo y mi pensamiento se enfoca todavía en ella, aún la veo sonriéndome y mirándome con la gracia con la que solía hacerlo; no entendía que sucedía.

"¿Por qué las estrellas caen desde el cielo siempre que tú estás cerca?" Close to you. Carpenters.