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Único

Sus tacones golpearon el silencioso pasillo en dirección al ascensor, mientras las luces iban apagándose a su espalda. Cuándo la calefacción se apagó sintió el primer asomó de un escalofrío subirle por la espalda. No podía esperar llevar a casa y cubrirse con el negruzco pijama, para sentarse de nuevo ante un ordenador junto a una taza de café.

El tono de un mensaje frente a ella la llevó a recordarse que día era ese exactamente.
Navidad. Dónde todas las personas estaban en sus hogares sentadas en familia celebrando. Y sin embargó, ella estaba abandonando su empresa, demasiado enfocada en su próximo trabajo como para haber tenido tiempo de pensar en un pavo asado o una sopa de verduras.

Ni siquiera había cuidado su imagen para reunirse con sus amigos y tomar "soju". Había descartado las invitaciones de sus compañeros de trabajo, y tampoco había tenido tiempo siquiera de hablar con sus padres. Su madre seguramente se enfadaría mucho con ella y su padre estaría defraudado. Pero si se esforzaba mucho, lograría el duro reconocimiento que costaba para una mujer conseguir.

-Jennie.

Detuvo sus pasos ante el nombramiento de su nombre. Levantó la vista de la punta de sus tacones para encontrarse con un Kim TaeHyung que no esperaba. Luchando contra el nudo de su corbata, mientras la miraba como su fuera la última persona que pensaba encontrase ahí, y sujetaba su móvil con la otra mano.

-TaeHyung.-devolvió inclinando la cabeza como salutación.-¿todavia éstas aquí?

-¿No debería?-cuestionó él frunciendo el ceño.

Jennie podía haberse reído de no estar tan cansada.

-Es navidad. Creí que habrías salido rápido para reunirte con tu familia.

Kim pareció perplejo y cuando miró su móvil, soltó un bufido molesto. El tintineo del ascensor y las puertas abrieron les hizo desviar su atención hasta este. TaeHyung la dejó galantemente entrar primero y después, presionó el botón que los llevaría desde un sexto piso hasta el sótano del parking.

Se apoyó contra la pared y observó la nuca del chico. Pese a que su cabello era castaño claro, estaba segura de que a sus casi treinta años tendría ya alguna cana oculta bajo aquellos mechones claros.
Antes, cuando eran amigos ella misma había teñido varías veces el cabello masculino, olvidándose así del cabello natural de él.
A veces se arrepentía de haberlo hecho, especialmente cuando quería que la tomasen en serió.

Estaba tan concentrada en ello que no se percató de la primera sacudida. La segunda llegó con la suficiente fuerza como para hacerla gritar y aferrarse a la espalda de TaeHyung. La tercera los dejo colgando entre el quinto y cuarto pisó.

-Vamos, no me jodan.-mascullo el joven golpeando el panel con todas sus fuerzas. El botón de emergencia chilló de nuevo más nadie contestó.

-Es navidad, y por supuesto el portero ha ido a reunirse con su familia, y no quedarse mirando si dos tontos han decidido quedarse más horas y en cerrados en el ansensor.-mascullo ella deslizándose por la pared de la caja de metal, hasta que sus nalgas dieron contra el suelo.-Que suerte la nuestra.

TaeHyung maldijo de nuevo entre dientes, y se paso ambas manos por sus cabellos des ordenándolos.

-Genial.

Se sentó apoyando las muñecas en las rodillas, dejando las manos colgando. Hasta que rebuscó en su bolsillo el móvil.

-Deja que adivine.-aventuró al verle fruncir el ceño.-No tienes cobertura.

𝐀𝐒𝐌𝐄𝐑𝐑𝐘 + Taennie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora