La chica de ojos rojos

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Hola, soy Daniel, un simple chico con ganas de morir... Soy un adolescente raro, nadie me echa cuenta, simplemente, me ignora por los temas de lo que hablo. Que te gusten los videojuegos en un pueblo es un completo fastidio, ag, desearía conocer a gente a la que le guste lo mismo que a mí. Justo en uno de mis intentos desesperados de conocer a alguien que de verdad me caiga bien, vi a una chica, estaba de espaldas, por un momento quise acercarme a ella, pero no quería que me odiase, por lo que le ignoré, hasta que, se cayó al lado mía, entonces, acabé teniéndola en mis brazos, me fijé en ella, y me di cuenta de uno de los detalles que más me llamaban la atención de ella, sus rojos ojos, con un tono oscuro, que reflejaban la luz de aquel soleado día. Los dos nos apartamos de aquella incómoda situación, antes de irme, la chica me preguntó:
- Hola... ¿C-c-c-como te llamas?
- Eh... Pues... Daniel
Los dos hablamos tímidamente, luego de esa contestación, le pregunté:
- ¿Y... Tú cómo te llamas?
- Yo... Sofía...
Estaba seguro de que si me atrevía, por fin tendría una amiga, y le dije:
- Pues... S-S-S-Sofia... ¿P-p-podemos ser amigos?
- ¿Tú y yo? ¿Enserio? Nunca me han pedido que sea amiga de alguien, vale, acepto.
Puso una sonrisa como si nunca hubiese sonreído, luego, diciéndome:
- ¿Tú sabes que hacen los amigos?
- No... Eres la primera persona que se considera mi amiga...
- Pues yo suelo ir a la biblioteca, ¿Te gustan los libros?
- Ah, ¡Claro!
Respondí con completa sinceridad. Al poco tiempo fuimos a la biblioteca, leímos libros un buen rato, aunque, se hizo de noche, la biblioteca estaba a punto de cerrar, entonces le propuse que pidiesemos unos libros y fuésemos a mi casa, puesto que mi madre estaría orgullosa de que tuviese una amiga, luego de estos 15 años. Aunque Sofía se extrañó, comprendió que si no hacia eso su sesión de lectura acabaría en ese momento, me sentí bien ese día, pero Sofía tuvo que decirme algo:
- ¿Puedo quedarme aquí hoy?
- Sofía, ¿Pasa algo?
- Pues... Soy vagabunda
- Oh, perdón, ¿Pero como puedes tener privilegios, si era vagabunda?
- Pues, no te miento, realmente de día estoy en un orfanato, aunque estas últimas noches no he podido dormir allí
- ¿Eres huérfana acaso?
- No, solo que mis padres me abandonaron allí cuando tenía 6 años, porque nadie me quería...
- Pues, ¿Aún no te ha adoptado nadie?
- ... ¿Qué quieres insinuar con eso?
- Pues, quizás mi madre quiere, no sé, solo sería ir a preguntarle...
- ¿Estás mal de la cabeza? Aunque bueno, tampoco sería tan raro...
Sofía y yo fuimos a decírselo a mi madre, aunque, me dijo que antes Sofía hiciese las maletas, para que no fuese tan de repente. Era extraño, apenas le conocía y ya iba a vivir en mi casa, con la autorización de mi madre. Ella me invitó a su "casa", aunque no todo estaba bien...

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2018 ⏰

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