MIÉRCOLES 15:00

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Cuando suena el timbre de las tres de la tarde anunciando que la clases ha acabado. Espero que todos salgan del aula para evitar codeos o empujones, me quedo observando por la ventana el árbol que choca con el alfeizar.

-Isak, ¿puedes venir aquí un momento? -. La maestra de literatura me llama desde su escritorio, una señora de unos cuarenta y tantos años cuya piel oscura estaba marcada por una cicatriz en su mejilla derecha.

Me levanto cuidadosamente del asiento que había tomado y pongo la silla en su lugar. Me acerco hacia ella y me le quedo mirando justo al frente para lograr gesticular una falsa sonrisa y preguntar con una voz suave.

-¿En qué le puedo ayudar?

Toma una carpeta de color verde de su escritorio, se coloca los lentes y comienza a ojearla cuidadosamente, mojándose con su lengua la punta del dedo cada vez que pasaba de una página a otra.

-¿Ya te has inscrito a algún grupo? -. Dice sin dejar de mirar su carpeta como si no le importase lo que me está diciendo, que cotilla.

-Aún no. No he encontrado alguno que me guste -. Mentira, ni siquiera recordaba lo de los grupos; una excusa para los profesores para no darnos clases. El año pasado me había inscrito en el grupo de Lectura pero solo fui dos veces y una de esas fue porque sin querer entre al aula.

-Te invito a pasarte por el cartel de información, hay algunos muy buenos este año -. Toma un lapicero de un recipiente trasparente y comienza a escribir en su carpeta.

-Okay -. Asiento con mi cabeza y me doy la vuelta para salir por la puerta, cuando vuelvo a escuchar su voz.

-Hey Isak, prométeme que si asistirás a las reuniones del grupo -. Había cerrado su carpeta y la había dejado en su escritorio junto al resto de sus cosas, perfectamente ordenada y alineada con el resto de cuadernos en una pila vertical de unos diez centímetros de alto. Tenía una sonrisa dibujada en su cara.

-Claro -. Le devuelvo la sonrisa y termino de salir por la puerta.

Estaba en el segundo edificio del Instituto en el tercer y último piso. Mientras pasaba miraba todos los salones de clases con sus puertas cerradas, enumerados alfabética y numéricamente comenzando por el salón de Español al fondo que tenía un cartel de F-7 y terminando por el de Literatura de primer año el F-1, junto a su lado el ascensor y las escaleras. Las paredes eran Blancas y tenían una franja azul por medio, algunas se encontraban con folletos como: No a las drogas; Di no al abuso sexual; Los bebes también sienten. Claro, como si fuéramos a dejar de fumar porque un letrero con una tipografía linda lo decía o un depredador sexual fuera a cambiar su mentalidad porque fue previamente avisado.

Presiono el botón de la primera planta del ascensor y veo como la puerta se sierra lentamente. Escucho una voz al final del pasillo que grita "Espera" y veo como una mano entra en medio de las dos placas de metal a punto de cerrarse, estas se lo piensan un momento y luego vuelven a abrir.

La profesora de artes, la loca del F-4 le decimos; una mujer medianamente adulta de unos treinta años que expresaba estrés y ingenuidad a la vez. Sosteniendo un montón de papeles mal ordenados y un bolso abierto en su espalda. La mujer, blanca como la nieve y delgada hasta el punto de no tener senos, siempre se vestía con pantalones anchos e iba en chanclas al Instituto. Hoy, en cambio, cargaba un vestido hasta más debajo de las rodillas de color marrón oscuro con flores de distintos colores dibujadas en toda la tela. Me sonríe al entrar y luego de unos segundos el ascensor arranca. El ascensor toma un tiempo en bajar a la primera planta, suficiente tiempo para que la mujer, de la cual se rumoraba que aún conservaba su virginidad, comenzase a tatarear una canción que no podría decir de que artista era, pero puedes deducir que se trata de un artista Indie de los 60 u 80 o algún unreleased de Nirvana. Cuando al ascensor aterriza en el primer nivel del edificio la mujer sale despedida casi que corriendo del mismo.

Me salgo rápidamente y cruzo a la derecha para ir al cartel de información gigante que conectaba con uno de los patios laterales del Instituto, era de un metro de alto y de unos cuantos metros de ancho. No buscando nada en particular.

Todas las hojas de inscripción estaban casi llenas, había todo tipo de grupos: Cocina Mediterranea, Baile Clásico, Maquillaje, Deportes, etc. Logro encontrar uno donde todavía quedaban unos cuanto espacios y comienzo a cotillear quienes se habían inscrito.

"Crecimiento Personal" decía en una letra gigantesca al comienzo de la página. No conocía a nadie de ahí. Pero era ese o nada. Tomo el lápiz y encuentro un espacio vacío. "Isak Valtersen" escribo y cuando miro un poco para arriba había ignorado el "Even Bech Næsheim" escrito en tinta roja. Era el chico de segundo nuevo. Luego de poner mi nombre salgo por la puerta principal del instituto para recoger el bus a mi casa. 

MUNDO PARALELO (EVAK)Where stories live. Discover now