C01: El número trece.

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La universidad Miami West Coast es una de las universidades más prestigiosas del país y no porque lo diga yo, en realidad eso es lo que dicen ellos en un enorme mural con letras doradas justo debajo de las tres siglas que nos representan

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La universidad Miami West Coast es una de las universidades más prestigiosas del país y no porque lo diga yo, en realidad eso es lo que dicen ellos en un enorme mural con letras doradas justo debajo de las tres siglas que nos representan. MWC. Lo que ellos en realidad no dicen es que hay un montón de niñas descerebradas que babean sobre sí mismas cada vez que el equipo de fútbol americano repleto de chicos sudorosos pasa frente a ellas enfundados en los pantaloncillos blancos que suelen usar para los partidos, ni que suelen soltar suspiros de enamoradas cuándo se da el milagro de que el capitán de dicho equipo les lance una mirada.

De pie en un rincón me quedo observando como el comportamiento de la población femenina de la escuela se pone en trance apenas detectan que los futbolistas están desfilando en grupos frente a ellas en su mayoría ignorándolas -como siempre- porque en MWC existen los clichés, y ellos no se relacionan con otras chicas que no sean miembros del cuadro de animación por lo tanto para ellas el hecho de alguno algún día se fije en ellas representa algo así como un sueño inalcanzable.

Todos son iguales. O por lo menos casi todos.

Zabdiel de Jesús, no. Y es que el capitán del equipo se mantiene solo incluso cuándo muchas chicas se lanzan a sus brazos y suelen hacerla de alfombra para que él pase. Y siempre obtienen la misma respuesta. Él simplemente las ignora, lo que por consecuencia trae mucho más enamoramiento por parte de ellas.

¡Patéticas, sí me lo preguntan!

—¡Leire!—me giro sobre mis talones para encontrarme con la mirada genuina de Selina que llega hasta mí sosteniendo una bolsa de papel y un par de vasos térmicos. Los ojos de mi amiga se desvían de mí y se posan en las figuras uniformadas que siguen avanzando como en una especie de cámara lenta por el largo pasillo acaparando las miradas y robando suspiros mientras avanzan en dirección a la cancha de fútbol americano porque hoy hay un partido importante.—Uhm, que mala suerte, me los perdí.—protesta pesarosa.

—Estoy muy bien, gracias por preguntar—me burlo tomando uno de los vasos—En realidad no te perdiste nada nuevo, ellos siguen siendo los mismos brutos de siempre...—Selina ríe y luego niega un poco.

—No sé como hacen para ser tan guapos, debería ser un crimen o algo así—anuncia en medio de un suspiro—Vamos, Leire. No puedes negar que son guapos—replica observándome con sus ojos dorados.

—No exageres, tampoco es como que tengan el físico de Zac Efron o algo parecido—comienzo a caminar en dirección a la cancha de fútbol americano donde las personas ya están reunidas y Selina me sigue.

—Pensé que no irías al partido—comenta dudosa.

—Y no iba a hacerlo pero recuerdas que tuvimos la excelente idea de saltarnos la clase de lectura y redacción del señor Enríquez toda la semana, bueno, pues no sé sí es obra del jodido destino o de verdad tengo muy mala suerte pero como castigo ahora tengo que hacer una reseña sobre el estúpido partido de los futbolistas tontos de hoy—me quejo poniendo mis ojos en blanco con fastidio.—Además, el muy idiota quiere que después de eso, hable con ellos para que me den sus puntos de vista sobre el partido y los añada a mi escrito, me dio un gafete del periódico escolar para que pueda acceder a los vestidores después de que termine el encuentro—Selina ríe.

DIEZ RAZONES PARA NO AMARTE (DRPNA #1)|ZABDIEL DE JESÚS|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora