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WARNING CARAJO, el os viene picante, espero les agrade.
El tan esperado final de su primer año de universidad había llegado, y para festejarlo, Jungkook junto a Jennie, Lisa y Yoongi, saldrían de fiesta a un club, Herror's para ser específicos, inaugurado hacía un mes en pleno Seúl.
Al principio, el castaño, no tenía intenciones de asistir, pero luego de que sus camaradas insistieran tanto no se pudo negar a tal oferta, pues si bien tendrían un largo viaje hasta el dichoso club, Lisa, había alquilado dos habitaciones en un hotel frente al lugar, para no tener que volver a la hora que saliesen.
-¡Yo voy a dormir con Jennie! No voy a estar en la misma habitación que ustedes dos.- atacó Lisa, incluso sin que ninguno de los chicos dijeran nada.
-Claro, van a dormir.- contestó el peliverde con sarcasmo.
-¡Yoongi o te callas o te callo!- gritó Jennie, captando lo que su amigo insinuaba.
-¿De qué hablan?- preguntó el castaño sin entender nada.
-Lento.- susurró Yoongi.
-¡De nada, de absolutamente nada!- gritó Lisa, se había sonrojado tanto que hasta sus orejas estaban rojas.
Habían llegado al club y lo primero que hicieron fue tomar vodka, algo a lo que ya estaban acostumbrados a beber.
La música invadía los oídos de Jungkook, quien se encontraba un poco ebrio, eran las cuatro de la madrugada y había perdido a sus amigos, caminaba por todo el lugar buscándolos sin tener éxito. El club estaba completamente lleno, tanto que las personas apenas podían bailar, siguió abriéndose paso entre la gente hasta que logro encontrar a Yoongi, que bailaba con una sonrisa en el rostro con personas a las que ni siquiera conocía.
Comenzó a acercarse a él lentamente, intentando no botar el trago que traía entre sus manos, hasta que vio a su amigo, siendo besado por un hombre, apresuro su paso hasta llegar a Yoongi, éste al verlo le sonrió.
-¿Qué mierda estás haciendo, imbécil?- por una extraña razón le había molestado ver a su amigo siendo besado por un hombre.
-¿Quieres tú también?- habló el mayor, arrastrando las palabras.
Estaba muy ebrio.
-Nos vamos.- contestó el castaño arrastrando a su amigo.
-Que aburrido eres.- se quejó.
Llevó a su amigo hasta el hotel, que era una verdadera pocilga, su habitación estaba alado de la que compartían sus amigas. Al entrar, vio que solo había una cama matrimonial, "Lo que me faltaba", se quejó. Acostó a su amigo y fue al baño para poder cambiarse, no iba a dormir con aquel jean ni loco. Solo podría conciliar el sueño si dormía solo con su boxer, como de costumbre.
