Las Aventuras De Don Antonio.

Primera aventura.

  Era un domingo en la mañana, cuando los tenues rayos del sol se filtraron por la cristalera de Don Antonio, haciéndole despertar de su dulce sueño. Fue una noche relajante la anterior, se sentía bien, aunque en el fondo, sabía que algo andaba mal. Llevaba tres días sin recibir noticias de su mujer, que había ido a Pakistán a comprar el pan para el bautizo de su decimosexta hija, debían seguir la tradición de ir allí a comprar el pan divino como habían hecho con sus otras quince hijas.
  Don Antonio se levantó de su plácida cama, y salió de su alcoba para despertar a sus descendientes. Su palacio estaba reluciente esa mañana, y parecía que iba a ser un día excelente. Tocó la trompeta que significaba la llegada de un nuevo amanecer. Sus hijas salieron una por una de sus correspondientes habitaciones para alegrarle la mañana con un beso de buenos días a su padre.
  Don Antonio se dirigió al buzón para ver si habían noticias de Doña Irene, su mujer. Pero, en lugar de la deseada carta de su esposa, Don Antonio se encontró con una misteriosa nota anónima.
  La nota rezaba:
  Hola, Don Antonio...