"Destruyeme, ahogame, marchitame, haz que no sienta nada, porque la verdad esque no quiero sentir nada.
Hablame, gritame, insultame, mienteme, todo son palabras sordas en una mente en pause.
Empujando verás que ya no puedes undirme más asi qué no lo intentes, porque ya no puedo caer más bajo.
O mejor, no hagas nada de eso, sonrieme, quiereme, cuidame, salvame, cambia mis lagrimas por sonrisas, sacame del infierno porque no soy un demonio, aunque lo pienses, aunque lo creas, no lo soy te lo prometo, te lo aseguro, aún guardo mis alas, pero necesito que me las pongas, porque quiero alcanzarte."
-Voy a dejarte que te quedes en el infierno que tu misma creaste, gracias.- Reí levemente, porque lo creó ella solita ¿Verdad? Vuelvo mi rostro en un tono neutro ¿O lo creamos?, No definitivamente no, ella lo creo, ella está allí por su culpa, y yo estoy aquí viéndola desde las alturas.
Arrugo el primer papel extraído de mi bolsillo, y lo guardo en el contrario y antes vacío.
La calle está desolada, solo la luz blanca de un par de farolas iluminan la calle, ando por el asfalto mojado sin temerle a ningun coche.
Comienzo a silbar e instintivamente es nuestra canción, gruño y apreto mis puños, cierro los ojos e inclino mi cabeza hacia atrás, la imagen de sus ojos verdes invade mi mente, esa mirada, que desde que comenzó todo o más bien debería decir terminó, es una mirada triste aguada en lágrimas, que intenta camuflar, pero en mi mente... en mi mente es distinto, no disimula, veo como una lagrima se amontona poco a poco y lucha por salir de sus ojos, quiero alcanzarla, limpiarle las lágrimas pero entonces recuerdo que debo de estar enfadado con ella, y de repente la lagrima se desliza por su rostro y por casualidad, coincidencia, destino o como queráis llamarlo una fina gota cayó sobre mi frente, abrí mis ojos y contemple como la lluvia caía sin llegar a ser molesta. No me importaba.
Continuo caminando. Mi mirada está fija en el suelo, circulos de luz se dibujan en ellos desprendidos de las altas farolas a ambos lados de la calle, a mi derecha una senda de casas se alzan y luchan por ser la mejor, a mi izquierda un río que fluye. El agua sigue su recorrido lento asta que un muro amplio y alto impide su paso, entonces se estanca, lucha por cruzar y seguir con su vida, su felicidad, por conseguir perdón tal vez, pero solo una pequeña parte del agua logra pasar quedándose lo demás en un gran pause, en una tristeza errante, en la nostalgia por su recorrido, esperando a que algún día las puertas se abran y pueda pasar y seguir siendo feliz. Y sin saber porqué me recordó a ella.
No quería ser el malo de la peli, supongo que todos somos el malo del cuento de alguien , pero no quería ser el de ella, lo mejor era ignorarla, que ella tomase el camino de la derecha y yo el de la izquierda, cada cuál por su lado, siempre ha sido lo mejor, el tiempo, tiempo para olvidar, para pensar, para partir de cero y crear nuevos caminos, de los que ella ya no formará parte, sin duda eso será lo mejor.
Continuo caminando en dirección contraria a ella, introduzco la mano en el bolsillo y saco otra carta, se que es hacerme daño a mi mismo, se que me volveré melancólico, pero lo necesito, porque parece que no siento nada y no es así, yo quiero sentir, quiero emocionarme pero no con ella.
"Aun conservo un pedazo el luchador el fuerte, tal vez el débil, lo debo de cuidar, se ha quedado sin amigos, sin amor , y sin vida, solo un pequeño rayo de esperanza hace que sobreviva, lo encierro entre mis manos y siento como lentamente palpita. Ahí es cuando pienso en todos los pedazos que le faltan, en lo roto que está y lo fuerte que parece, todos esos pedazos naufragos en un mar sin tierra firme llamado amor. ¿Que se sentirá cuando no sientes nada? Porque yo no quiero sentir nada, tengo la vida en mis manos y puedo fácilmente destruirla. Es pobre, está sufriendo, para que darle esperanzas, para que, si ya dejé de creer en eso hace mucho tiempo. Y sin yo tocarlo, el solo se autodestruyo, y ya no sentí nada, solo vacío, solo tristeza, solo nada. Y supe que ya no me podían hacer más daño, y sonreí, porque sentía que no sentía nada, pero seguía sientiendo y eso me enfado, porque no era suficiente."
...
Undi la llave en la cerradura y hice que la puerta se abriese, como de costumbre, nadie en la cocina, nadie en el salón, nadie en la casa, solo yo, otro día más. Subo a mi cuarto y me desago de la chaqueta, me descalzo y me tiro a mi cama como si me tratase de una piscina, tras botar con mi repentino contacto con el colchón, me extiendo sobre la cama y respiro lentamente mientras admiro el techo blanco de mi habitación.
Y ahí pensé, y llegue a una conclusión.
Comprendí, entendí, que ella ya no tenía que importarme, que no me queria, que yo no la quería, y que ella no me importaría, intente convencerme de ello, intenté convencerla a ella.
Pero seamos honestos, si le pasa algo, soy al primero al que se le va la cabeza.
Mi enfado se aumentaba a cada pensamiento así que apagué mi mente y soñe, con el miedo a que tú aparecieses en mis sueños, y que estos se convirtieran en pesadillas.
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Tarde, Espero Que Nunca
Teen FictionSu vida no es facil, ya no le ve rumbo, tampoco sentido, asi que decide hacer algo por la humanidad y escribe cartas a la espera de que alguien la ayude. Un dia como hoy , como cualquier otro Chris encuentra las cartas, por error , por curiosidad...