Parte única

2K 245 10
                                    

Kim Taehyung caminaba con pasos decididos hasta el parque más cercano de su casa donde se podía apreciar con claridad las preciosas flores que rodeaban el parque.

Su hermosa y gigantesca sonrisa iba acompañado de sus suaves pasos. El castaño estaba con su uniforme de colegio luciendo como un hermoso jovencito, todo galante.

Taehyung estaba particularmente feliz ese día. Era viernes y por lo mismo era una prometedora tarde. En pocos minutos estaba por verse con su querido amigo.

Después de unos largos días de sufrimiento finalmente estaría de vuelta a su lado.

—Ya quiero ver a mi bebé—mencionó con gran emoción imaginando al niño pelinegro de grandes ojos sonriendo para él con esa tímida pero preciosa sonrisa de conejito que lo caracterizaba al pequeño a la perfección.

Se llevaban por tres años, para Taehyung eran unos pocos años sin importancia, pero siempre lo aprovechaba al máximo para hacer de las suyas y manejarlo a su antojo.

Taehyung trataba a Jungkook como su mimoso bebé aunque por extraños momentos Jungkook parecía volverse en los ojos del castaño como una adorable mascota al que mimaba y lo adiestraba.

El mayor no vio la hora para tenerlo al frente y de ese modo poder darle varios besitos, estar entre el pequeño cuerpecito de Jungkook mientras el menor lo rodeaba con sus pequeñas manos, poniendo sus mofletes del color del delicioso melocotón que Taehyung tanto le encantaba ver.

Taehyung quiso apresurarse a grandes pasos para llegar lo antes posible al lado de Jungkook, necesitaba tenerlo con él, abrazarlo y que Jungkook también lo abrazara. Sin embargo Taehyung no debía hacerlo, correr hasta el parque para llegar lo antes posible no era una buena opción.

Jungkookie era un niño demorón, no se sabía nunca por cuánto tiempo tendría que esperarlo. Era por ese motivo que él debía esperar con calma o entraría en pánico por imaginar cada una de las posibles causas de su tardanza y terminaría minutos después llorando de la angustia. Las ideas que venían a su mente solían asustarlo sin piedad imaginando feos escenarios.

En pocos minutos después, Taehyung llegó al parque ansioso. Sus ojos buscaron al pelinegro pero no estaba, todo estaba casi desierto y no sabía exactamente qué hacer. Muy pocas veces sucedía y esos días eran mayormente los días festivos.

En el parque no había señal de otros niños. Ni siquiera estaban las abuelitas que solían pasar el rato en las bancas con otras abuelitas de su edad. Todo estaba muy silencioso. Con tanto silencio era difícil entretenerse hasta que Jungkookie llegara.

—¿Por qué no viene mi bebé?

Con su boca formó un inevitable puchero mientras arrugaba su entrecejo de enojo y tristeza. Se suponía que Jungkook estaría allí y no lo estaba. ¿Por qué? Él necesitaba de su amigo para sentirse completo. Quería verlo ahora. ¡Ya!

—¡Taetae!

El lindo chillido de Jungkook se escuchó finalmente a través de sus oídos y cambió su expresión de cachorro lastimado a uno donde recibía un gran premio.

El pequeño venía corriendo de forma graciosa y tierna, sus oscuros cabellos revoloteando en cada paso.

—¡Jungkookie!—fue corriendo hasta el menor y tiró al pobre niño al pasto verde. Jungkook sonreía gustoso. Estaba cómodo en el suelo, conforme con el brusco recibimiento de Taehyung. —Te extrañé un montón—aseguró Tae mientras envolvía sus manos en el cuerpo del contrario.

—Yo también—respondió Jungkook de inmediato, avergonzado todavía por sus palabras. Quería decirle que últimamente solo pensaba en el mayor, pero no quería asustarlo. —Es aburrido estar sin hyung.

My Babe ❣ Taekook OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora