Ithan sonrió al ver su gesto dramático.
-Suficiente por hoy, señorita. Ahora, a dormir
-Pareces mi padre –colocó los ojos en blanco, el volvió a reír y se levantó para acobijarla mejor- Espera –Lo detuvo- Quiero quitarme éste vestido y colocarme una pijada, será un poco incómodo dormir con él.
- ¿Quieres que te ayude? –Ella abrió los ojos mirándolo, sus mejillas se ruborizaron.
-No.
-No te sonrojes ni me mires así, te he visto un montón de veces –Ella se sonrojó más y bajó la mirada.
-Sólo llévame al cuarto de baño y alcánzame un pijama del armario.
-Vale –Ithan buscó un pijama del armario y regresó hasta ella. La desabrigó y ella se sentó para bajar, no obstante, Ithan pasó un brazo por debajo de sus piernas con el otro sostuvo su espalda y la cargó para llevarla al cuarto de baño.
-Esto no era necesario.
-Pero es más rápido –ella se sostuvo rodeando su cuello con los brazos, cerró los ojos cuando su olor masculino llenó sus fosas nasales sintiendo un extraño estremecimiento en su interior, él la llevó sin esfuerzo hasta el baño, abrió la puerta y luego la bajó con cuidado. Ella se puso de pie y se sostuvo de su brazo tatuado.
- ¿Podrás sostenerte?
-Sí, está bien. Gracias.
-Esperaré fuera –La dejó junto al lavabos y el pijama puesta en la superficie, mantuvo la puerta entre abierta para poder escuchar si necesitaba ayuda y se recostó de la pared junto a la puerta. Ladeó el rostro y miró como ella luchaba para bajar el cierre del vestido en su espalda, colocó los ojos en blanco y preguntó.
- ¿Necesitas ayuda? –Rachell cerró los ojos, resopló y anunció.
-Sí –Él volvió a adentrarse, se posó tras de su cuerpo y cogió el cierre con sus dedos, lo bajó lentamente mirando su piel blanca y sorprendentemente suave aparecer mientras la tela se abría. El pulso de la castaña se aceleró, se había puesto de pronto muy nerviosa, del mismo modo los latidos de él se hicieron más de prisa.
-Listo...-susurró. Ella respiró profundo y asintió. Ithan salió nuevamente del baño, cerrando los ojos para controlar a su cuerpo traicionero, esperó a que ella volviera a vestirse y la sacó cargada de la misma manera para llevarla a la cama.
-Gracias.
-No ha sido nada...-Dejó un beso en su frente y volvió a su asiento. Rachell respiró profundo y cerró los ojos ¿Podría algún día acostumbrarse a aquello? ¿A estar junto a un hombre como aquel? Era incapaz de verse casada en aquel momento, sin recordar nada, era como casarse con un extraño.
Ambos se quedaron en silencio, Ithan pensando en cómo serían las cosas de ahora en adelante ¿cuándo volverían a ser como antes? ¿Cuándo podrían volver a hacer el amor como solían? ¿Ella podría aceptarlo? Esa y más interrogantes pasaban por su mente. Rachell se quedó dormida y él la siguió tiempo después, cuando su viste se perdió en su tranquilo rostro apaciguado, y su mente se relajó.
Los días pasaban y Rachell iba en buen camino, las terapias para la movilidad de su cuerpo había sido tarea ardua para todos, pero al fin lo estaba dominando correctamente, ya podía dirigirse sola al cuarto de baño, levantarse con un poco de ayuda, y mantenerse de pie junto a una muletilla ya que no podía afincar el pie que tenía la férula. Las vendas de su cabeza habían sido retiradas y apenas adornaban su frente unas pequeñas cicatrices, la evolución de las heridas habían sido satisfactorias.
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Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.
RomanceEl dolor de la ruptura y la pérdida había sumergido a Ithan Collins por largos meses. Cuando pensó que ya no quedaba más nada que le dieran ganas de vivir; en su vida, descubre que no todo está perdido. Después de haber atravesado un oscuro pasado l...