Capítulo 35- Oscuro amanecer.

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     Sus labios se unieron comenzando un lento y profundo beso, Rachell arrugó la frente tenuemente por causa de las sensaciones que comenzó a experimentar su cuerpo, su pulso se había acelerado, su respiración se volvió más pesada, sus entrañas se estremecieron en su interior ¿Cómo podía estar sintieron tal cosa? Levantó las manos por inercia y rodeó su cuello, mientras Ithan bajaba las suyas de su rostro para rodearla por la cintura. El beso aumentaba su celeridad y profundidad conforme los segundos pasaban. Ithan sentía que moría y volvía a vivir, había estado meses sin besarla de aquella manera, la extrañaba, extrañaba su boca, sus caricias, sentirla, extrañaba escuchar que le dijera que lo amaba.

     Minutos después él se separó de sus labios en busca de aire, ambos jadeando, él pegó su frente en la de ella y cerró los ojos, Rachell no los había vuelto a abrir, se sentía abrumada, con la mente y el cuerpo perdido.

-He extrañado esto Rach, demasiado...-Ella abrió los ojos y separó sus frentes, el rostro de Ithan demostraba desespero, deseo...sus entrañas se contrajeron y un jadeo involuntario salió de su boca.

-No entiendo qué estoy sintiendo.

-Es deseo...-Rachell miró sus ojos y tragó grueso, el deseo se percibía como algo incontrolable, algo que necesitaba liberar, lo necesitaba, ahora.

-Ithan...quiero...quiero...

- ¿Qué Rach? ¿qué quieres? –Preguntó con la voz ronca, sin soltarla.

-Quiero que me hagas el amor –se sonrojó mientras lo decía, Ithan respiró profundo intentando controlar su alegría. Bajó una vez más su rostro y unió sus labios, se besaron lento, despacio, profundo, con tiento, mientras él la llevaba al interior de la oscura habitación, la llevó con cuidado sin dejar de besarla, hasta los pies de la cama y antes de acostarla, le quitó el vestido, separándose de ella por unos segundos para quitar la prenda.

     Comenzó a besar sus hombros, su cuello, mientras acariciaba con su mano sus brazos, su cintura y caderas. Ella estaba nerviosa, pero quería experimentar eso que ya no recordaba. Él fue tierno, delicado y cuidadoso, probando su piel con sus labios, dejando pequeños besos húmedos, acariciando con sus palmas donde su boca no pasaba. La recostó de la cama con cuidado, sin quitarle aun el traje de baño y se quitó la camisa, para luego posarse sobre ella apoyándose de los brazos, la castaña lo cogió por la nuca y lo acercó a sí para que volviera a besarla, así lo hizo Ithan.

     Se besaron y acariciaron, los dos perdidos en el deseo, olvidando todo lo que estaba ocurriendo, como si nunca hubiese sucedido, o eso fue lo que pensó Ithan en aquel momento, ella se estaba dejando llevar, estaba entregándose a él como solía hacerlo, nada había cambiado, ella seguía siendo la misma, pero su mente estaba atrapada en el pasado.

Le quitó la prenda de arriba del traje de baño y besó sus pechos, ella se tapó avergonzada, pero él retiró sus manos con cuidado, sin dejar de besarla.

-No tienes nada de qué avergonzarte, Rachell, te lo dije antes y lo volveré a repetir. Eres perfecta.

     Terminó de desnudarla en medio de besos y caricias mientras ella se dejaba hacer sin arrepentimientos. Cuando estuvo lista, e Ithan se aseguró de que así fuese, él quitó su Bermuda junto al bóxer y le abrió las piernas sin dejar de besarla o tocarla, para que ella se sintiese segura. Se separó sus labios y clavó sus pupilas azules en las grises dilatadas, los labios los tenía rojos e hinchados entreabiertos, respirando por ellos.

-No dolerá...-Dijo cuándo miró el rasgo desconfiado en su gesto. Ella asintió y él poco a poco de hundió en su interior. Rachell cerró los ojos y gimió echando la cabeza hacia atrás, Ithan besó su cuello y lo lamió mientras ella jadeaba enterrando las uñas en su espalda.

Ascendiendo de las Tinieblas - Segunda parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora