Epílogo

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No fue aquel día ni al otro. Al tercero senté a Amy en el porche.
Han pasado cuatro años ya desde que dejamos Ottawa.
Justamente había cumplido los 30.
La llevé al porche porque hacía un día espléndido. La senté frente a mí.
Amy, tienes que decirme ya lo que te callas.

–No me callo nada, Mappy.

–No, Amy, no, sabes que hay algo que no quieres decirme y tenías que habérmelo dicho, me parece, desde el primer día que lo has sabido.

–Yo no he sabido nada, y no me hagas llorar otra vez.

–Llora otra vez si quieres, pero me lo tienes que decir. Dime qué sabes de la muerte de Denis

–Quiere mucho a Oliver replicó.

Ya lo . Oliver, que yo pensaba que era frío, es sencible y cálido, es un hombre bueno, por eso yo me fui enamorando de él más cada día.
Dímelo Amy, dímelo.
Todo el mundo lo sabía en la finca de Ottawa, ¿verdad?

Asintió con la cabeza y dijo:
Todo el mundo, sirvientes y cualquiera que conociera a Denis.

–¿Qué pecado cometió?

–No iba solo en el auto, y eso que estaba esperándote para casarse contigo.
Iba con una prostituta, esas mujeres que hacen el amor cobrando.

–No me digas eso, Amy.

–Te lo digo, Mappy, tenía que habértelo dicho el mismo día que lo supe.
Y lo supe en cuanto llegamos a Ottawa.

–Pero…¿y Oliver?

–El no podía decírtelo. Es demasiado caballero, demasiado honesto y quería mucho a su hermano, y por mucho que te quisiera, no iba a ensuciar su memoria, por eso se lo ha callado.

Me quedé anonadada. Pero en eso tocaron a la puerta. Amy y yo nos miramos, como si presintiéramos algo y aquel presentimiento nos levantara a las dos.
Abrí el portón con ímpetu, como si de repente enloqueciera, y allí vi a Oliver.

Lo tiró todo y me abrazó contra sí, mucho, mucho.
Pensé que me rompía. Me besó en la boca, fuerte primero y despacio después.
Oliver me soltó y fue a abrazar a Amy. La besó en la mejilla con devoción y reverencia.
Estábamos tan emocionados los tres que nos miramos como tontos.

Cenamos los tres juntos y Amy se despidió, como hacía siempre.
Yo la acompañe a su cuarto y bajé corriendo por las escaleras, pero a mitad de camino encontré a Oliver.
Me levantó en brazos y así ascendió hasta el vestíbulo superior.
Si tienes el mismo cuarto me dijo–, donde está. Denis y yo veníamos a jugar a las cartas contigo.

–Tengo el mismo.

–Te adoro. Te adoro tanto que llevo desgarrado un montón de años esperando este instante. ¿ me amas y me deseas como yo a ti, Mappy?

–Sí, Oliver.

Oliver volvío a besarme, estaba a mi lado y me desvistió con cuidado.
Nos amamos intensamente y nos casamos enseguida, justo cuando Lucas vino un día a decirme que se había unido de nuevo a Ana.
Me alegré y como no teníamos otros amigos más cercanos, fueron los padrinos de nuestra boda

FIN

Una Boda En Dos Etapas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora